Este 29 de enero se cumplen 100 años de una de las rebeliones obreras más importantes de la historia argentina como ha sido la de los trabajadores de La Forestal, en el norte de Santa Fe. Rebelión de los hacheros y de los operarios de las fábricas con las contaba la empresa por mejores condiciones de trabajo, de vida y por poner fin a los abusos patronales, hechos que terminaron con una dura represión en la cual se estima que fueron asesinados 600 trabajadores.
Aún quedan las marcas en el norte santafesino de La Forestal, una empresa de capitales británicos (inicialmente alemanes y franceses) que conformó un estado propio en el cual llegó a ocupar 2 millones de hectáreas. Se mantienen los pueblos fundados, entre ellos Villa Ana, La Gallareta, Villa Guillermina, Tartagal donde aún se mantienen las instalaciones derruidas, las grandes chimeas de lo que fuera una empresa que conformó un estado propio en la región.
La tarea que desarrolló la empresa fue la explotación ( hoy le llamaríamos extractivismo) del bosque de quebracho colorado, árbol del cual se extraía el tanino, una sustancia utilizada para el tratamiento de los cueros.
La dura represión se produjo durante el primer gobierno de la Unión Cívica Radical encabezado por Hipólito Yrigoyen, que quitando a la dictadura cívico-militar de 1976 a 1983 fue el período que registra las mayores matanzas obreras. Tras un momento inicial al que calificaron como una “política obrerista”, viró a una posición más dura en donde se produjeron la Semana Trágica en enero de 1919 en Buenos Aires; los hechos de La Forestal y la denominada Patagonia Rebelde en 1922, todos sucesos en donde los trabajadores asesinados se contaron por centenares.
Alejandro Jasinski es historiador y periodista, dentro de sus trabajos realizó una investigación profunda sobre los hechos de La Forestal que plasmó en su libro “Revuelta obrera y masacre en La Forestal: sindicalización y violencia empresaria en tiempos de Yrigoyen”, militando, además, la memoria de los pueblos forestales. En diálogo con Radio Gráfica repasó los hechos, las razones del conflicto y las consecuencias, así como también contó una serie de actividades que se van a desarrollar para mantener viva la memoria de esa lucha obrera y parte de la identidad de los habitantes del norte de Santa Fe.
EL CONFLICTO. “Fue un tremendo proceso de conflictividad social y laboral, que tuvo como protagonistas a los trabajadores y trabajadores del tanino y el quebracho, hechos que terminaron trágicamente”.
“El conflicto comienza en diciembre de 1919 donde los trabajadores realizan una primera gran huelga presentando un pliego de reclamos. Era casi un convenio colectivo, una jornada laboral de 8 horas, reclamaba mejoras en las condiciones de vida en las casas de los pueblos forestales con elementos como canillas de agua; también en el sistema de salud; reconocimiento de la organización sindical; reivindicación de los obreros despedidos por luchar y más respeto de la jerarquía de la empresa sobre los trabajadores. Ese pliego es un manifiesto donde queda planteado el derecho a desobecer cuando el mundo es injusto, para que sea más democrátivo, plural, inclusivo y diverso”.
LA FORESTAL. “La industria del tanino se inicia en Santa Fe en 1906, inicialmente con capitales franceses y alemanes. Cuando ven que la capacidad de producción es chica y necesita ampliarse en el comercio mundial viene la banca británica a invertir. La Forestal se hace completamente monopólica en varios sentidos, en el mercado mundial, en la producción, pero además monopólica en los pueblos donde no había diversidad productiva, ni de abastecimiento. Era la única en ofrecer todo lo que había en esos pueblos que surgieron en la región. Solo en Santa Fe tenía 2 millones de hectáreas, una dimensión similar a la provincia de Tucumán“.
“La Forestal era un pulpo que iba abriendo y cerrando fábricas en los distintos pueblos, acercándose al bosque de quebracho al que iba depredando y, también, de acuerdo a los conflictos sociales que se iban generando. Así es que termina medio siglo más tarde relocalizando productivamente yendo a Sudáfrica y luego a Kenia”.
LA REPRESIÓN. “Cuando el conflicto social se agudiza en 1920, la empresa empieza a ceder en algunas cosas como con la jornada de ocho horas, pero no con otros reclamos. Empieza, además, una contraofensiva con dos arietes, por un lado incentivar y generar el conflicto; además se crea la Gendarmería Volante que lo hace la provincia de Santa Fe, pero que financia enteramente la empresa para su funcionamiento”.
“Van cerrando las fábricas, generando el caos social, eso detona la revuelta obrera de centenares de personas que intentaban vivir en los bosques, expulsadas de los pueblos y perseguidas, que intentan retornar a los pueblos forestales. Ahí empieza la quema de las casas obreras, la persecución y asesinatos. Es difícil de calcular, pero se estima que fueron entre 500 y 600 los muertos en la represión” .
LA MEMORIA COLECTIVA. “La Forestal tiene tres etapas. Una que termina con esa masacre, la segunda que se funda en el terror y el recuerdo de eso. Allí se inicia lo que muchos recuerdan como una ´edad de oro´ de La Forestal porque hay un plan de reformas sociales con cambios en la infraestructura de los pueblos. Para algún sector de la población se instaló una memoria hegemónica de una empresa benefactora más allá de lo que había ocurrido. Un poco es parte de la memoria que quedó hasta hoy. Eso es lo que se está deconstruyendo en los pueblo forestales”.
“Esa memoria está basado en el privilegio de muy pocos y en la represión. El movimiento obrero no se pudo recuperar hasta 15 años después de la represión. Esa mano del padre benefactor y opresor conviven. Sobre la base de esos de esas dos cosas, La Forestal depredó los recursos de norte de Santa Fe”.
LOS HOMENAJES. “Desde este viernes 29 de enero comienza una serie de actividades conmemorativas de la revuelta obrera de los cuales voy a estar participando. Vamos a inaugurar en Villa Guillermina, uno de los pueblo de La Forestal, un monumento a Teófilo Lafuente, que fue el primer secretario general del sindicato del tanino, una de las personas más representativas de la lucha, más golpeada y torturada por la empresa y el gobierno de la provincia. Son actividades impulsadas por el Encuentro por la Memoria, la Identidad y la Reivindicación de los Pueblos Forestales. Vamos a firmar un comodato para crear en lo que era la fábrica de Villa Guillermina un parque por la Memoria y la Identidad e instalar el monumento a Teófilo Lafuente. Participan también en las actividades las universidades del Litoral, la UBA y Clacso, de la CGT Regional, entre otros ”.
CICLO DE CHARLAS. “Desde el próximo 12 de febrero y hasta mayo vamos a realizar una serie de mesas de debate sobre el tema. En la primera van a participar Elizabeth Gómez Alcorta (Ministra de las Mujeres, Género y Diversidad), con Daniel Yofra (Secretario General de la Federación de Aceiteros y Desmotadores), el senador nacional Roberto Mirabella, una trabajadora social y educadora de Reconquista que trabaja con las comunidades aborígenes y voy a estar participando también yo en esa mesa”.
“La segunda mesa será el 26 de febrero que va a tener como eje a las corporaciones. Allí estarán Carlos del Frade. Sergio Vargas (del gremio azucarero del Ingenio Ledesma), entre otros, que analizarán cómo se vive las corporaciones desde la posición de los trabajadores. Vincular de la masacre y revuelta obrera con todo el Desarrollo de la Forestal de extractivismo con las realidades del norte de Santa Fe y del país”.
- Entrevista por Lucas Molinari en Punto de Partida (Lunes a viernes de 8 a 10 hs.)
- Redacción: Leonardo Martín
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