Gustavo Girado, economista, magister en Relaciones Internacionales y director de la carrera de posgrado sobre China Contemporánea en la Universidad de Lanús (UNLA), analizó el hecho en el aire de Radio Gráfica.
Girado sostuvo que la importancia del tratado radica en que “es el producto de una negociación muy larga, que se dio en forma paralela a otro proyecto, encabezado por Estados Unidos, el de Asociación Trans Pacífico, que no prosperó porque Donald Trump se retiró del mismo. El que se acaba de firmar, queda como el único proyecto que se consolida en la negociación, en toda la región. Este proyecto incluye quince economías, sin Estados Unidos. De modo que el ‘mascarón de proa’ y eje político pasa por China”.
“Entre los firmantes están también Corea y Japón, las diez economías del Sudeste asiático como Malasia, Tailandia, Indonesia, Vietnam, etc., y, para sorpresa de muchos, las dos economías de Oceanía que funcionan como gendarmes de Occidente, Australia y Nueva Zelanda“, sumó.
Y agregó: “Todas tenían un rol diferente en el Tratado Trans Pacífico, porque asociarse a un proyecto, en Asia, liderado por Estados Unidos, era meterse en el patio trasero del enemigo político de los norteamericanos, China. Al retirarse, por orden de Trump, quedó un espacio vacío. Y sabemos que los espacios que se ceden, son ocupados por otros“.
El entrevistado también indicó que “esto se da justo cuando Trump pierde las elecciones. Él había llevado a su país a chocar contra el multilateralismo. China, que ante el retiro de Estados Unidos quedó como la abanderada del libre comercio y del diseño de esquemas de gobierno global, se ve reforzada por estos criterios. Si la nueva gestión de Estados Unidos cobra otro sentido, será porque el primer paso lo dieron los chinos“.
Girado se refirió a la relación entre la firma del acuerdo y el futuro de América Latina. Al respecto afirmó que “por el despliegue alrededor de la ‘Ruta de la seda’ y la periferia china, pareciera que, a primera vista, la iniciativa no está planteada pensando en América Latina. Pero ahí está el punto. Hay que ver a la iniciativa como algo más vivo, maleable. Entonces nace de una manera, aparentemente ajena a nuestra región, pero de repente Latinoamérica, que no aparecía jamás en la iniciativa, resulta que hace todos sus proyectos pensando en el financiamiento chino, en el marco del proyecto de la iniciativa de la Ruta de la seda“.
- Entrevista realizada por Úrsula Asta y Valeria Rodríguez en Feas, sucias y malas (sábados de 9 a 12)
- Redacción por Martín Gorojovsky
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