Luego de un año de exilio tras el golpe de Estado, el ex presidente de Bolivia Evo Morales retorna a su país, en una caravana que comenzó en la ciudad jujeña La Quiaca y que finalizará el miércoles en Chimoré, en el departamento de Cochabamba, de donde partió hace exactamente un año.
Antes de iniciar el retorno, Evo Morales pasó por San Salvador de Jujuy y se reunió con la dirigente de la Tupac Amaru, Milagro Sala, que se encuentra detenida desde 2016. Estuvo acompañado del ex vicepresidente, Álvaro García Linera.
“Significa mucho por todo lo que hemos vivido en Latinoamérica con la intervención de Bolivia”, manifestó Salas sobre la visita del ex mandatario. Y agregó: “Que hoy el hermano Evo esté acá, siendo solidario conmigo, por la prisión que estoy teniendo es un gesto de que es un excelente militante y un excelente compañero”.
Una vez llegado a La Quiaca, Morales fue recibido por el presidente Alberto Fernández, con quien mantuvo una cena en el Hotel de Turismo. También estuvieron presente funcionarios argentinos y bolivianos.
El retorno. Antes de ingresar a Villazón, Evo Morales participó junto a Alberto Fernández de un acto de despedida en la ciudad limítrofe. “No dudaba que ibamos a volver, pero no estaba seguro que iba a ser tan pronto. Algo histórico, inétido. Gracias a la inudad del pueblo boliviano y al acompañamiento de muchas autoridades del mundo. Nuevamente se repite la historia de una lucha permanente por la vida, por la humanidad, por la paz, por la democracia”, expresó el ex mandatario boliviano y agradeció al acompañamiento del pueblo argentino.
“Nunca vamos a olvidar que me salvaron la vida. Me sentí como en casa en Argentina, y parte de mi vida queda en el país después de estar 11 meses aquí”, remarcó.
Evo Morales hizo hincapié en el apoyo brindado por Alberto Fernández, el gabinete nacional y los movimientos sociales. “Somos parte de una familia, venimos de muy abajo y entendemos los problemas políticos, económicos y sociales”, afirmó.
Y agregó: “Somos la Patria Grande, un pueblo que trabaja en solidaridad pero también en contemporaneidad”.
Por su parte, el presidente Alberto Fernández confesó que estaba feliz de “haber podido tenderla la mano y albergar a Evo, a Álvaro y a los compañeros de Bolivia”. “El pueblo no se equivoca y ha vuelto por las urnas a reivindicar el proyecto que Evo representa“, sostuvo.
“Somos parte de una Patria Grande que quiere crecer, quiere justicia, y quiere el desarrollo no para algunos sino para todos. Una patria que quiere abrazar a todos, y que cada uno de los latinoamericanos sea parte de este continente maravilloso”, aseguró Fernández.
Y continuó: “No queremos países para algunos, sino países para todos, en los que todos puedan crecer y desarrollarse”.
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