Cuando se habla de escuela de metal en Argentina, Azeroth es una mención imprescindible. Con un primer lustro de lujo y un amplio impacto en la escena nacional, la banda se hizo un lugar en el corazón del público metalero. Tras años de silencio, volvieron al ruedo en 2017 de la mano de su fundador, Fernando Ricciardulli. La recepción fue cálida, pero el mapa cambió. Hoy Azeroth trabaja en su quinto disco y piensa en el mundo post pandemia.
En una intensa charla con Radio Gráfica, Ricciardulli habló sobre los motivos del retrasado regreso de Azeroth a la actividad. “Si la banda regresó recién en 2017 es porque no se dio en otro tiempo para poder hacerlo”. El bajista aclaró que estuvo doce años viviendo fuera del país, en su momento con la intención de potenciar la carrera de la banda en Europa, aunque la aventura no tuvo el final esperado. “No se dio por problemas con los miembros de ese momento. Siempre fue muy importante la banda para mí, tanto como para dejar mi país e irme a vivir a otro lado para probar suerte”.
Contextualizó el momento de la separación de la banda, recordando el nacimiento de su hija y la vida fuera del país. Además, resaltó el vínculo emocional con Azeroth y el hecho de que se trate de un proyecto enteramente militante. “Nadie vive de esto, uno lo hace de corazón”. Añadió que en aquellos tiempos necesariamente el grupo quedó en segundo plano, pese a algunas propuestas para realizar shows bajo el nombre de Azeroth en Argentina. “Me pareció poco serio. Para mí la banda siempre tuvo una identidad dentro de lo musical y dentro de lo que uno piensa”.
Sobre las primeras sensaciones luego de tomar la decisión de volver, el bajista y fundador de Azeroth recordó aquel show en Vorterix junto a Lorihen. Fue ahí dónde comenzó a gestarse la resurrección. “Fue un buen momento para ver que pasaba. Fue tremendo, no me esperaba ni a palos eso”. Y planteó cuales fueron los primeros pasos a seguir en el armado del Azeroth siglo XXI. “Lo más importante era encontrar un buen baterista. Primero porque la baterista había sido mi hermana, no iba a reemplazar a cualquiera. Y después, las canciones de Azeroth son físicamente muy demandantes. Hay que tener un buen estado físico. Por suerte enseguida apareció Dani Esquivel, que encima era fan de la banda. Probamos y me di cuenta de que iba a funcionar”. Con baterista confirmado, el grupo se formó en tres meses, menos de un año después lanzaron “Más Allá del Caos”, cuarto disco de la icónica banda.
El músico expresó su deseo de seguir creando música nueva, pese a que es consciente de que el público clásico del grupo tiene un gran cariño por sus primeros discos. Planteó que su evolución como músico y compositor, producto de la experiencia, hace que hoy busque otro tipo de estructuras a la hora de encarar un material nuevo. “Cada disco es un momento de un músico. Te toca vivir ciertas cosas y uno las expresa a través de la música y las letras”, expresó antes de analizar desde esa perspectiva a “Más Allá del Caos” como un disco que refleja fielmente el momento del renacer de Azeroth.
“Cada disco es un momento de un músico”
Ricciardulli explicó que suele escuchar bastante música, incluso los lanzamientos más recientes. Agregó que el sonido de Azeroth está influido lo que el escucha. “El sonido de Azeroth tiene que ver con la vertiente más melódica del metal, pero también es agresivo, rápido. Eso porque escuchaba las bandas de death metal de finales de los ochenta, agarré Pantera, Sepultura, esas cosas terminan influenciando”. Además, opinó sobre el momento de componer y lo que al artista lo motiva. “Uno hace lo que le gusta, es completamente egoísta el proceso compositivo. Yo hago las canciones para que a mí me gusten”.
Al momento de analizar por donde va la nueva cara de Azeroth para el quinto disco, el bajista comentó que están trabajando en elementos orquestales. Buscando la forma de incorporarlos al sonido del grupo sin perder la esencia. “A pesar de haber tenido distintos cantantes, la banda ha mantenido una identidad a través de los años. Eso es mi orgullo”,evidenció Fernando en retrospectiva.
También destacó que gracias al tiempo ocioso que proviene del aislamiento, pudo explorar algunos elementos del audio más moderno. Con una placa de sonido, algunos programas de grabación, comenzó a grabar y trabajar otros colores para la nueva música de la banda. Resaltó, dentro de este marco, el hecho de poder trabajar y compartir demos y pregrabaciones en alta calidad gracias a los avances tecnológicos.
El bajista fue positivo pensando en este “nuevo Azeroth”. Planteó que se trata de un grupo unido, dónde también hay confianza con quienes trabajan en el área de prensa y management. Fue contundente al momento de analizar el presente del género. “Las nuevas generaciones no se acercan al estilo. Pero hay que seguir trabajando desde la individualidad de la banda primero. Después lograr generar música nueva. No podemos ser tangueros toda la vida. No podemos vivir de que “la H no murió”. Me parece que esas cosas no aportan a la música”.
“No podemos vivir de que ‘la H no murió'”
En esa línea planteó que hoy el contexto demanda inteligencia para avanzar. Si bien la tecnología parece facilitar la difusión, la sobre oferta hace que mostrar el trabajo propio sea mucho más complejo. Se mostró preocupado por lo difícil de generar interés en un grupo nacional en la escena metalera. “Tuvimos la suerte de tocar con Amon Amarth y Powerwolf tres días antes de que arrancara la pandemia. Estuvo buenísimo, tocamos en Flores, había mucha gente, pero no pudimos aprovechar eso”, planteò teniendo en cuenta la pausa en la industria musical que sobrevino a ese show. A pesar de todo mantiene la confianza en la propuesta de Azeroth. “Nosotros estamos a la altura de cualquier banda de cualquier lugar, tenemos nuestra trayectoria. Me preocupa como mover el disco. Lo que venimos haciendo es superador a Más Allá del Caos”.
Rememorando los primeros años de Azeroth, Ricciardulli esbozó algunas ideas sobre que generó el impacto de la banda en la escena. “Nosotros no éramos ex nada. En esos tiempos siempre tenias un ex V8, Hermética, algo. Nosotros éramos cinco guachos que nos juntamos e hicimos un disco que estaba bueno”. Destacó la participación de Adrián Barilari (Rata Blanca) en la voz, aunque también revalidó la propuesta del grupo luego de ese primer paso. “Se dio la casualidad de que Adrián cantara con nosotros. Quizás si el no hubiera estado no hubiéramos logrado lo que logramos. O sí. No lo sé. En ese momento estaba explotando nuestro estilo de música”.
Finalmente, el bajista de la icónica banda analizó el ambiente metalero actual. Contó que suele ver shows en vivo, nacionales e internacionales, donde las entradas se agotan en estadios y espacios de mucha convocatoria. “Hay diez mil tipos que escuchan heavy. Yo quiero que esos diez mil escuchen y piensen si está o no está bueno lo que hago”. A su vez aclaró que es difícil generar este interés para una banda del palo, y fue contundente con los motivos. “Estamos en uno de los momentos más bajos de la historia del metal. Las bandas grandes no están haciendo cosas tan buenas. Eso empieza a restar público. Siempre hubo modas. Siempre hubo cosas más populares que el metal. Pero antes siempre había un heavy en la escuela, ahora yo no veo. Es un bajón, porque esto va a hacer que, en un momento, generacionalmente, se corte”.
Puso la responsabilidad en las mismas bandas y la necesidad de sacar buen material. “Lo bueno y lo malo es subjetivo. Pero uno se da cuenta cuando una banda se pone en piloto automático porque hay que sacar disco, o cuando le ponen onda. Después te puede gustar o no, pero la gente no come vidrio. Y si las bandas pilares no sacan buenos discos, qué carajo vas a ir a escuchar a Azeroth. La verdadera alternativa hoy está en buscar las bandas emergentes. Pero si hoy viene una banda de afuera y llenan un teatro, es porque gente hay”.
Azeroth está de vuelta. Crítica, explosiva y con la convicción de hacer buena música para defender el metal donde siempre se lo defendió, arriba de un escenario. El blend logrado por la esencia de los tardíos noventa sumado a los nuevos sonidos de este siglo puede lograr, quizás, ese aire fresco que necesitan las huestes del metal para no perderse como una joya más de la historia. Los Azeroth saben que la pelota, la tienen ellos.
- Entrevista y redacción por Nehuén Gusmerotti en Resistiendo con Ideas (sábados de 18 a 19, domingos de 16 a 18)
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