La cúpula de la Policía del Chaco presentó su renuncia a raíz de la negativa del gobierno provincial de reincorporar a cuatro oficiales que atacaron brutalmente a una familia Qom en mayo. La administración de Jorge Capitanich se niega a ceder ante el reclamo de quienes pretenden que los imputados sean restituidos a los cargos de los que fueron apartados por la agresión que, en su momento, tuvo repercusión nacional con el repudio del presidente Alberto Fernández. El mismo ‘Coqui’ es quien decidirá si acepta la dimisión o se expone a una acefalía de la fuerza de seguridad chaqueña.
El jefe de la Policía del Chaco Fernando Romero, el subjefe Ángel Domínguez y Mariela Noemí Aguirre, directora ejecutiva del Centro de Análisis, Comando y Control Policial, fueron quienes pusieron en consideración su renuncia, a través de una presentación ante el Ministerio de Seguridad. Fue en “solidaridad” con los 4 agentes que el 31 de mayo irrumpieron sin orden de allanamiento en una vivienda del barrio Banderas Argentinas, en Fontana, donde golpearon a hombres y mujeres de la familia Fernández-Saravia que allí vive y detuvieron a 4 jóvenes que posteriormente fueron torturados.
Los efectivos Cristian Flores, Orlando Cabrera, Cristian Foschiatti y Cristian Benítez habían sido detenidos el 9 de junio pero fueron liberados el 10 por decisión de la jueza de Garantías Rosalía Zózzoli, quien le cambió la caratula a la causa, intentando disminuir la gravedad del hecho de violencia institucional.
En comunicación con Radio Gráfica, la periodista chaqueña Pamela Soto precisó que el mismo viernes de la liberación “el Gobierno comunicó oficialmente que no iban a cumplir funciones y quedaban apartados hasta que se resuelva la situación judicial”.
Sobre los pasos a seguir que tiene el Gobierno de Capitanich, aclaró que en este momento “no se puede aceptar la renuncia de la cúpula policial hasta tanto tener las nuevas designaciones” ya que por la normativa vigente “las fuerzas policiales no pueden quedar acéfalas”. En esa línea indicó que el Ejecutivo “trata de bajar los ánimos para que no crezca el conflicto”.
“Las fuerzas policiales no pueden quedar acéfalas”
Pamela Soto resaltó el rol activo que tiene el Estado de Chaco en esta causa, plasmando que “la Secretaría de Derechos Humanos de la Provincia es querellante en la causa y ellos avanzaron lo suficiente para determinar que los hechos que las víctimas denunciaron eran ciertos. Se pudo acreditar que todo ocurrió“. En sintonía “los funcionarios de la secretaría fueron los que lograron que estos 4 agentes policiales no volvieron a sus funciones el lunes”.

Tras la confirmación de la renuncia de la anterior cúpula, Ariel Acuña asumió como nuevo jefe de la Policía del Chaco, mientras que David Vega juró como subjefe. Acuña, según precisó la periodista chaqueña, ya había estado en ese cargo en anteriores gestiones de Capitanich.
La comunicadora integrante del Frente de Trabajadoras de la Comunicación del Chaco expresó estar “bastante indignada por el manejo que tiene la Policía, porque se visibiliza como es una suerte de poder paralelo al del Estado provincial, al punto de hacer este tipo de cosas como presionar políticamente para ponerse en el lugar de víctimas, cuando sabemos que las víctimas fueron las personas que fueron detenidas, secuestradas y violentadas ilegalmente en Fontana el 31 de mayo“.
Por último reflejó que “ayer (lunes) hubo una marcha en Fontana, frente a la Comisaría, con los movimientos de pueblos originarios acompañando a familiar de las víctimas para reclamar justicia y pedir ‘basta de abusos policiales'”.
- Entrevista realizada por Lautaro Fernández Elem y Leila Bitar en Desde el Barrio (lunes a viernes de 10 a 13)
- Redacción por Marcos Maldonado
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