En el escenario internacional actual, con la pandemia del COVID-19 como eje, varios son los actores que tomaron un rol central en la coyuntura geopolítica. Néstor Borri, integrante de Factor Francisco, habló en el aire de Radio Gráfica y dialogó con Gabriel Fernández acerca de la postura social y política del Papa.
El rol de Jorge Bergoglio, en las relaciones internacionales, es central. En sus últimas apariciones, el Sumo Pontífice señaló como fundamental tratar el tema de la deuda externa, fundamentalmente en países empobrecidos o vulnerables, así como también la necesidad de garantizar el acceso universal a los tratamientos de salud.
El entrevistado, que forma parte de Factor Francisco, un espacio de debate y reflexión sobre la figura del Papa, señaló que él “está jugando en varios tableros a la vez”. Y analizó que, por un lado, juega “tirando una oración cotidiana, considerando a un actor, a un sector y a una situación”, y por otro, “lanza una jugada más estructural hablando sobre la deuda”.
Además, recordó que el día de Pascuas, “el Papa mandó una carta a los movimientos populares haciendo una mención al salario universal. En este sentido, la deuda externa se inscribe en un abanico de cosas”.
En relación a la situación de la deuda externa, Borri afirmó que la condonación de esta a los países más pobres se inscribe en una línea histórica de pensamiento del Sumo Pontífice. Además, destacó que “en el año 2000, la Iglesia había tenido otra iniciativa, llamada Jubileo 2000, con el mismo contenido y que tuvo que ver con una propuesta para el jubileo de las deudas de los países pobres”. Borri añadió que, en ese contexto, Bergoglio relanzó aquí, con su propia impronta, una línea de trabajo del Vaticano y de la Iglesia Católica, conectándola con la historia de nuestro país.
Con su marcada visión política y social, las prédicas y discursos del Papa no olvidan nunca la condición económica y social de los pueblos. Enmarcada en un escenario de incertidumbre y de emergencia sanitaria internacional, Borri sostuvo que Bergoglio, “en el momento en el que conecta la ética con la política, dice claramente que la economía tiene que estar subordinada a la política. Es su lineamiento histórico desde sus primeras encíclicas, como la Laudato Sí”.
Luego explicó cómo está interviniendo la Iglesia Argentina con el Pueblo, y cuál es la relación con el Papa. En primer lugar, informó que desde la Iglesia “están muy desbordados en la atención de base. Los obispos que están diócesis de fronteras estuvieron con la cuestión de los problemas de gente varada de uno y de otro lado de frontera”.
En segundo lugar, señaló que “existe una voluntad de no salir a tirar en contra de políticas nacionales y populares, pero uno esperaría una palabra más, suscribiendo y haciendo resonar, con más fuerza, este tipo de planteos estructurales de Francisco”.
En este sentido, Borri indicó: “Uno esperaría más presencia explícita, clara y visible de las situaciones que pasan en la Ciudad de Buenos Aires, con respecto a las villas de emergencia”. El señalamiento es claro, y la referencia al papel de los Curas Villeros es necesaria. Borri opinó, en relación a la importancia de estos actores, “que el episcopado no los está censurando, y eso es todo un apoyo”.
Marcó, además, que “la actual cúpula del episcopado es una de las más potables y de las más cercanas a Francisco“. “Y creo que tiene un compromiso sincero con el pueblo”, sumó.
En añadidura, reflexionó sobre el rol de la doctrina de la Iglesia, y señaló que “hay algunas cosas del capital simbólico que, puesta en boca de los obispos, podría ayudar más a configurar un escenario de diálogo más consistente y menos neutro”.
Por último, explicó que la relación de la Iglesia con el Gobierno Nacional es muy sería, fluida y abierta. “Me parece muy valioso que el Gobierno esté en diálogo con otros sectores religiosos, como es el caso de la Federación Argentina de Iglesias Evangélicas”, opinó.
Destacó que “es un signo de seriedad y madurez” y que la relación “es buena y de colaboración”. “Estar en la trinchera te une, no te deja embromar. Ahí hay una seriedad de los dirigentes eclesiales y una inteligencia y voluntad del gobierno, donde el corte se da en aquellos que les importa la vida de la gente y los que les importa la maximización de la ganancia”.
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