Andrés Ruggeri, antropólogo y director del Programa Facultad Abierta de la Revista Autogestión, dialogó en Radio Gráfica sobre la historia de Paolo Rocca – CEO del Grupo Techint- y de su militancia en Lotta Continua, organización italiana de izquierda. “Es algo que no se conocía demasiado. Seguramente en el círculo del establishment se sabía. Pero a nivel popular, a nivel de la militancia, no”, aseguró.
Entrevistado por Gabriel Fernández, Ruggeri relató como se acercó a la historia del empresario italiano: “Hace unos 4 años, cuando asumió Macri, yo estaba haciendo un trabajo de investigación en Italia sobre empresas recuperadas y cooperativas. A raíz de eso, un profesor de la Universidad de Milán, que ya conocía de antes, organizó un almuerzo con gente de la universidad. Allí estaba una profesora, pero no voy a dar los nombres porque ellos me comentaron el hecho, pero no para publicarlo. Entonces, esta mujer, que era bastante grande, comentó que tenía un amigo en Argentina. El compagno Paolo. Había otro compañero más joven y que conocía más de nuestro país, y dijo ‘ella habla del compagno pero no es ningún compagno. Es Paolo Rocca de Techint’“.
“A este amigo, que le tengo más confianza, lo volví a ver y le pedí más información. Y me dijo ‘nosotros militamos en la Lotta Continua’, que es una organización de la izquierda que surge en los años ’60 en Italia y se potencia en el año ’68. En Italia fue muy grande y posiblemente más fuerte que en Francia. De ahí surgen varias tendencias de la izquierda revolucionaria, una fue la Autonomía Obrera, las Brigadas Rojas y la otra es una intermedia- ni tan apostando a la lucha obrera autónoma como el obrerismo y el operaísmo, ni llega a ser una agrupación puramente armada, pero si clandestina y militante- que es la Lotta Continua”, explicó el antropólogo.

El amigo de Andrés conoció personalmente a Rocca porque habían militado juntos en algún momento de sus vidas, en esa organización de izquierda. Y le resaltó, a Ruggeri, que existía un libro sobre la historia de la Lotta Continua que mencionaba al actual empresario de Techint. “Me puse a buscar el libro, lo encontramos. Y efectivamente lo mencionan, cuando uno de los militantes de la Lotta Continua, en Sicilia, cuenta su historia y comenta que en algún momento lo enviaron a ayudar y organizar, porque la situación con la mafia era muy difícil. Fue un militante muy comprometido con esa organización. A raíz de la nota me llegaron un par de amigos que tienen contactos en Italia y me dijeron ‘es verdad, mi viejo que militó en la Lotta Continua lo conoció en la zona de Milán’. Me van llegando más confirmaciones de que no es una versión tirada de los pelos. Mientras Paolo Rocca garpaba hacia la construcción de un emporio económico contrastante con su ideario. Adriano Sofri, uno de los jefes de la organización, seguía en la cárcel y la padecía, pagando por todo lo que había hecho él y sus compañeros. Estuvo un largo período detenido”.
“Paolo Rocca durante un tiempo de su vida luchó por todo lo contrario que está haciendo ahora”
La organización italiana se disolvió en el año ’78 y coincidió con la llegada de Paolo a la Argentina, sobre esto el docente universitario aclaró: “Ya en esa época, la familia de él era la propietaria de Techint. Fue como un rebelde y la clase lo volvió a ubicar en su lugar. Cuando decidió dejar la militancia y vino a Argentina, se incorporó a la empresa y empezó su carrera empresaria”.
“Conozco otros casos de trayectorias parecidas. Gente que fue militante comprometida y referente de organizaciones populares y después terminó del otro lado, es gente muy peligrosa porque conoce cómo se piensa del lado de la militancia, cómo funciona la organización, puede prever cómo podemos reaccionar y cómo podemos trabajar determinadas cosas. Incluso tiene una formación que muchas veces la gente de derecha no la tiene. Y en el caso de Paolo Rocca, esta organización era muy militante en las luchas obreras y en los conflictos. Otra cosa que cuentan en el libro, es que tuvo que lidiar con la mafia e incluso hasta negociar. Todo eso creo que le debe haber servido, uno piensa, para tratar con algunas otras empresas o grupos empresarios, también de origen italiano, y más vinculados a la lógica mafiosa”, manifestó el director del Programa Facultad Abierta.
Finalmente, el antropólogo concluyó con el tema de los despidos de Techint en medio de la pandemia: “Yo creo que, seguramente, él sabe que durante un tiempo de su vida luchó por lo contrario de lo que está haciendo ahora. Siempre supo dónde estuvo, dónde estaba la contradicción entre el capital y el trabajo. En una parte de su vida intentó pelear por los de abajo y después asumió que pertenecía a los de arriba. Tiene bastante más claro el sector del capital concentrado, que muchos de nuestros dirigentes políticos y algunos sectores de nuestra sociedad. Me parece que quizás esta historia ayuda un poco a clarificar estas cosas”.
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