Por Lucas Molinari
“Hay dos millones de argentinos que economizarán sobre su hambre y sobre su sed para responder en una situación suprema a los compromisos de nuestra fe pública en los mercados extranjeros”, sentenció el presidente Nicolás Avellaneda (1874-1880). Esa frase fue retomada por Raúl Prébisch que tras el golpe de 1955 fundamentó en su Informe el ajuste que llevó adelante la Fusiladora, que también definió el ingreso del país al FMI.
“Ya no son 2 millones, sino 18 millones de argentinos los que están a disposición”, criticó Arturo Jauretche, que denunció el “retorno al coloniaje” de esa dictadura: “La enorme masa de obreros y empleados tendrá que ajustar el cinturón a fin de salvar al país de una catástrofe que sólo existe en la inventiva de Prebisch. Pero al tiempo que el pueblo efectúe ese sacrificio, las clases parasitarias argentinas volverán a participar desmesuradamente en el reparto de una riqueza a cuya producción no han aportado ni esfuerzo ni inteligencia”.
Si actualizáramos la cuenta del impacto que tiene el modelo económico del gobierno de Milei, diríamos: “Ya no son 18, sino más de 40 millones de compatriotas”.
“El gobierno de Milei es la expresión de los grupos económicos a nivel mundial que ya no necesitan del Estado, de las Universidades, ni la de la Matanza ni la UBA, ya no necesita de las áreas de producción ni de servicios, por eso estallan el INCAA y Télam…”, plantea Pablo “Mono” Lombardi del sindicato de Canillitas.
“Es el gobierno de Blackrock” explica el economista Horacio Rovelli, que describe al fondo de inversión conducido por el empresario estadounidense Laurence Finkelstein (conocido en los medios como Larry Fink que visitará Argentina en mayo):
“Emplea a unas 14.000 personas en 30 países donde tiene oficinas que venden productos financieros y que se dedican a invertir en empresas y declara administrar activos por 7 billones de dólares (14,5 veces más que nuestro PIB). De ser un país (es cierto que es un stock y no un flujo) se ubicaría en el tercer lugar de la tierra (detrás de los Estados Unidos y China), pero sin tener que mantener un ejército, ni programas de salud, etc., etc”.
Rovelli destaca el plan que Blackrock tiene en nuestro país:
Por un lado, en el ámbito financiero: “Tiene fuerte participación accionaria en los principales bancos privados por volumen de depósitos recibidos del país (Galicia; Santander-Río; BBVA; Macro; y HSBC)” y “pretende quedarse con gran parte de los depósitos del Banco de la Nación Argentina para financiar (con ahorro nacional) sus actividades en la Argentina”.
Tiene más del 25% de la deuda externa en manos privadas y posee títulos de las provincias, como la de Buenos Aires.
Juega también en la actividad extractiva: “En Vaca Muerta a través de Pampa Energía, Chevron y el 5,67% de YPF SA. En la minería, en el litio y minerales raros lo hace a través de NewCo, que es la fusión de Allkem y Livent, cuyos principales accionistas son Blackrock, Vanguard, JP Morgan y HSBC. Y en oro, cobre y plata lo hace a través de Glencore PLC”.
Sumado a esto, en la exportación de granos y derivados, Blackrock integra el fondo Viterra Argentina SA, que en 2022 “fue la empresa agroexportadora con más Declaraciones Juradas de Ventas al Exterior (DJVE) registradas, por 12,32 millones de toneladas (15% del total)”.
¿Cómo se expresa Blackrock en el gobierno? A través de sus empleados: Luis Caputo y Santiago Bausili, que definen el rumbo económico.
Que toman decisiones que entran en contradicción con los intereses de la “burguesía local”, por llamar de alguna manera a quienes conducen la Unión Industrial Argentina (Arcor, Molinos Río de la Plata, Clarín).
Esta semana, tras conocerse que la inflación de febrero fue del 13,2%, un 276.2% anual, el gobierno habilitó beneficios impositivos para ingresar al país productos de otros países como carnes, pescados, lácteos, frutas, verduras, hortalizas, legumbres, aceites, cervezas, bebidas sin alcohol, máquinas de espuma de afeitar, papel higiénico, pastas dentales y medicamentos de venta al por menor.
Desde la Unión Industrial Argentina se quejaron en un comunicado: “Mientras los productores nacionales deben pagar en 4 cuotas mensuales y con impuesto PAIS los insumos necesarios para la fabricación, los importadores de bienes terminados estarán exentos de impuestos y tendrán acceso total a las divisas necesarias en un solo pago a 30 días“.
La propuesta de la UIA es que pueden bajar los precios si se reducen o eliminan impuestos. También si se avanza en la reforma laboral. Esta semana la entidad gremial de los industriales se presentó ante la Corte Suprema para que se aplique el capítulo laboral del DNU 70/23 que habilita la flexibilización y la pérdida de derechos de los laburantes.
Es decir, tanto los grupos financieros internacionales como las corporaciones locales comparten la práctica fugadora y la política antisindical. En términos generales bancan el experimento Milei que está reseteando la democracia liberal argentina, pero no hay que desconocer las disputas que tienen.
La importación de alimentos es la respuesta a la “formación de precios” de las alimenticias, que el propio Caputo denunció esta semana cuando habló de los precios de las góndolas 50% más caros que en Estados Unidos: “Los productores reconocieron que ´pricearon’ (fijaron precios) imaginando un escenario caótico que no sucedió“. También se expresa esta disputa en el terreno de las comunicaciones, cuando Milei denuncia a Clarín argumentando que no quiere competir con grupos económicos como el de Elon Musk (se acabó el control total de Magnetto de la política pública para proteger los intereses del Grupo que conduce).
El analista económico Rodolfo Treber explica: “Las grandes empresas que están radicadas también en el país, además en el extranjero, pierden mucho con este modelo que tiende a beneficiar únicamente a la minería, a la exportación de energía, a todos los grupos económicos en los que tiene participación accionaria BlackRock”.
Esta semana se desarrolló el evento anual de Cámara de Comercio de los Estados Unidos en la Argentina, AmCham Summit. En la apertura, el presidente de la entidad, Facundo Gómez Minujín, también titular de la filial local de JP Morgan, dijo que “durante décadas nos quisieron hacer creer que el Estado era el único capaz de sacar adelante a la Argentina. Pero no, el único sector capaz de generar riqueza es el sector privado. Son las empresas quienes producen bienes y servicios las que dinamizan la economía y son capaces de aportar valor y generar empleo de calidad”.
En síntesis, según analizan los economistas que consultamos, la postergación de la devaluación está en el respaldo de los fondos internacionales al gobierno que apuestan a que este experimento continúe. Tienen mucho por ganar y buscan evitar un estallido social. En parte, así se explica que el dólar no se haya movido, sin desconocer el crecimiento de las reservas del Banco Central que absorbe muchos de los dólares que venden los sectores medios para llegar a fin de mes (la pérdida de poder adquisitivo no tiene límites: La nueva “ley bases” propone que 1,5 millones de trabajadores que hoy están exentos pasen a pagar Ganancias).
Mientras tanto, la colonización de Argentina es veloz. En apenas tres meses, el gobierno de Milei cedió la red troncal fluvial al control de los Estados Unidos y el Reino Unido de Gran Bretaña extendió su control sobre el Atlántico Sur.
Ahora bien, ¿qué pasa en el Campo Popular?
La resistencia se desarrolla por ahora de manera fragmentada, aunque la crisis acelera algunos procesos de unidad.
Empecemos por los medios. En Télam ya van dos semanas de cierre de la agencia de noticias. El gobierno abrió un plan de retiros voluntarios que fue rechazado en la asamblea de trabajadores que se realizó en el salón Felipe Vallese de la CGT. Fue un encuentro importante en el que hablaron laburantes que ya vivieron otros intentos de clausura, como 1996, en el 2000 y durante el macrismo.
La diferencia es que el experimento Milei rompe todo esquema conocido desde el retorno de la democracia.
Se mantienen los acampes en la puerta de las dos sedes, sobre la calle Bolívar y la Avenida Belgrano, en el centro porteño. Allí estaremos como Radio Gráfica el próximo miércoles con una transmisión especial.
Vale recordar que el interventor en los medios públicos es Diego Chaher, un abogado mendocino que ocupó durante 20 años cargos gerenciales en medios del grupo América, de los empresarios Daniel Vila y José Luis Manzano.
No es casual que en el grupo América también haya estallado un conflicto fuerte. Hace una semana dispensaron (como en Télam) a todo el personal encuadrado en el sindicato de Televisión (Satsaid) en América TV, que significa un lockout. Es en respuesta a las medidas conjuntas que realizaron Satsaid y Sipreba. “Están cebados”, dice un delegado que nos informa que aún no pudieron entrar a laburar. Habrá una audiencia en la secretaría de Trabajo el próximo martes por la mañana.
Las Universidades fueron al paro el jueves. La medida fue convocada por Frente Sindical de las Universidades Nacionales -que nuclea a siete federaciones y organizaciones gremiales docentes y no docentes. En la conferencia de prensa, Carlos De Feo, titular de CONADU planteó: “El gobierno decide congelar el presupuesto y, en consecuencia, no podrá funcionar más allá de mitad de año. Esto significa que no solamente no va a haber inclusión, no va a haber becas ni comedores, se van a caer los programas de extensión, los programas de investigación”. Por su parte, Daniel Ricci, de FEDUN, dijo: “Los trabajadores universitarios estamos cobrando la mitad de lo que cobrábamos el 10 de diciembre, antes de que Milei fuera presidente”.
Veremos cómo sigue esta pelea y qué ocurre en el movimiento estudiantil que no parece estar activo como en otra etapa de la historia nacional.
Esta semana también se realizaron diferentes acciones como una concentración en defensa del Incaa y del cine Gaumont. Fue el jueves, al mismo tiempo que el Senado debatía el rechazo del DNU 70/23. La represión volvió a desarrollarse en Plaza Congreso. El protocolo salvaje de Patricia Bullrich volvió a la carga para meter miedo y llenar de impotencia a los sectores en lucha.
El viernes hubo una movilización conjunta de ATE Nacional y Capital a Juncal y Pellegrini donde tiene su oficina la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello. Se denunció el ajuste, la licuación de los salarios y los despidos. Como planteamos en la anterior edición, este fin de mes será muy complicado porque deben renovarse 70 mil contratos. Se esperan novedades el 27 de marzo, o antes, porque luego viene Semana Santa.
Mientras tanto la secretaría de Trabajo busca desconocer la negociación colectiva. Por eso no está homologando las paritarias. Alimentación, textiles, encargados de edificios, plástico, aceiteros, molineros, mineros, pasteleros y camioneros, son todos gremios que lograron acuerdos de actualización salarial con las cámaras patronales, pero en Trabajo no fueron convalidados.
La explicación que da el oficialismo es que no van a homologar paritarias por encima del 15% que fijó Caputo. Camioneros, por ejemplo, logró un 45% en dos tramos, a cobrar un 25% en marzo y un 20% en abril.
Es cierto que la homologación finalmente se logra de manera “tácita”, trascurridos los 30 días (según la ley de régimen laboral 25.877 de 2004), pero se trata de un desgaste permanente al sindicalismo.
Ahora bien, Omar Yasin fue echado esta semana por la “minicrisis” del aumento salarial del presidente y asumió un hombre de Techint: Julio Cordero.
Cordero es abogado y es un representante del grupo que conduce Paolo Rocca, como también de la UIA. El 26 de septiembre de 2023, disertó en Diputados sobre el proyecto de ley para disminuir la jornada laboral. Allí dijo: “Yo limito la jornada para que trabaje menos, ¿para qué? ¿O sea, está mal trabajar, estamos en contra del trabajo? ¿Para qué, para ir afuera a hacer qué?”.
Se espera que Cordero profundice la ofensiva contra el movimiento sindical. Por eso Pablo Moyano hizo declaraciones que buscan aumentar la confrontación: “Ayer hablaba con (Abel) Furlán. Dice que no es un gorila, que es una manada de gorilas. Es anti obrero, anti sindical. Van a buscar pulverizar los convenios colectivos de trabajo”. Luego, Moyano convocó a la marcha del próximo domingo: “El 24 vamos a marchar para repudiar la dictadura y este modelo económico”.
Hablando de Abel Furlán, secretario general de la Unión Obrera Metalúrgica, este jueves dialogamos con él. Vale repasar el final de la charla que abre un interesante debate sobre el futuro de la Patria:
¿Cuál es la charla con los empresarios PYME? El otro día leía un artículo que contaba que hay un descontento que no se expresa en las entidades gremiales, ni la CAME ni la UIA, que pueden quejarse del tema importaciones de alimentos, pero en general respaldan al Gobierno.
Furlán: Hay un sector de las PYMES que tiene la misma preocupación que nosotros que piensan en un país igualitario y equitativo. Y hay otros que se miran el ombligo.
¿Que siguen pensando que el problema son los sindicatos?
Furlán: No, peor, el problema son los trabajadores. Y yo te puedo asegurar que no hay ningún convenio colectivo de trabajo que haya sido culpable del cierre de una PYME, nunca un convenio colectivo de trabajo tuvo esa responsabilidad, por el contrario, nosotros estamos padeciendo las consecuencias de políticas de industricidio. (…) Y no hablan de las cuestiones de fondo que sí le impiden a una PYME poder crecer, poder ser más competitiva, poder exportar más, que es el precio de los insumos difundidos. A mí me gustaría una vez escuchar a todo el arco de las PYMES hablar descarnadamente de cómo le imponen los grupos hegemónicos de la economía que manejan los insumos difundidos, cómo le imponen precios exorbitantes que condicionan absolutamente toda la cadena…
Ahí volvemos a Paolo Rocca, ¿no?
Furlán: Exactamente, ese es el tema central que hay que discutir. En Argentina en noviembre, antes de los aumentos desmesurados, se pagaba el kilo de chapa un dólar con 55, mientras que en Brasil se compraba un dólar, mientras que en Europa se compraba 0,90 centavos de dólar, mientras que en Chile se compraba 0,55 centavos de dólar. Entonces, ¿por qué hay que condicionar a toda la cadena de valor? ¿Qué es lo que se esconde detrás de esa estrategia comercial? ¿Y sabés lo que se esconde? Cuanto más oprimamos al salario de los trabajadores, más posibilidades tenemos de sostener la rentabilidad de nuestra empresa, de imponer los precios que queramos.
Sobre esto que estás diciendo, si uno va a la historia del grupo Techint, va a encontrar que en realidad se apropió de empresas que eran del Estado. ¿Desde el peronismo hay que rediscutir todas esas privatizaciones?
Furlán: Yo creo que la Argentina se debe a un debate claramente sobre el comportamiento de quienes manejan los insumos difundidos. No puede ser que estén condicionando absolutamente toda la cadena de valor. Toda la posibilidad de profundizar un modelo industrial de la Argentina que resuelva el problema de la gran mayoría y de los trabajadores.
En esa última pregunta aparece la necesidad de un programa del movimiento obrero, como voluntad organizada del pueblo, para proyectar un futuro de soberanía política, independencia económica y justicia social.
Sobre el conflicto que lleva adelante la UOM, vale destacar que en la rama metalmecánica se logró una conciliación obligatoria semanas atrás. No así en la rama siderúrgica, cuyos delegados (más de 400) mañana lunes se reunirán y seguramente avancen en un paro de 72 horas (como adelantó Diego Espeche – UOM San Miguel – en Gráfica).
El enfrentamiento es total con Paolo Rocca. Como denunció Furlán, la “intención de Techint es que haya salarios de hambre”. Hoy un metalúrgico cobra 300 mil pesos. La intención del sindicato es “es tratar de empatar a la inflación”, explicó Espeche, que detalló: “pedimos un 35% y ellos nos ofrecieron un 12 o 15% de adelanto y seguir negociando”. El contexto es complejo porque “las Pymes están con las fábricas paradas y los compañeros están esperando el telegrama de despido”, expresó el el dirigente de San Miguel.
A la vez, en la rama siderúrgica hay un stock disponible producto de la caída de las ventas por el freno total de la obra pública, que le da margen a las empresas para afrontar el conflicto.
La UOM conoce las consecuencias de este modelo económico primarizador en marcha. En 2001 llegó a tener tan sólo 50 mil afiliados del medio millón de 1975, que hizo de ese sindicato ser el que marcaba la tendencia paritaria (en una Argentina productiva). Como solía definir el histórico de Villa Constitución Victorio Paulón: “Si el sindicalismo fuera una religión, la UOM sería la Catedral”.
Un experimentado delegado metalúrgico opinó sobre esta coyuntura: “La paritaria se está haciendo muy larga, los empresarios con Rocca a la cabeza no aflojan y amenazan. En el mejor de los casos los básicos seguirán muy lejos de las necesidades reales de los trabajadores. No alcanzaba solo con reuniones en la secretaría de Trabajo, y se logró que se avance con un plan de lucha con paros de 24, 48 y 72 horas algo que, por ejemplo, en Siderca viene teniendo un acatamiento del 100% algo que hace mucho no pasaba. Pero tampoco alcanza, hay que salir a la calle y movilizar. Y agitar en serio en cada lugar de trabajo para que se tenga conciencia real de lo que está pasando. La repercusión dentro de fábrica es más de esperar a ver que se consigue que de salir a luchar. Y en el gremio siguen esperando que los que votaron a Milei tomen conciencia del error que cometieron”.
Cerramos esta edición, con una gran noticia: La Cooperativa COTRAMEL (ex Canale Lavallol), logró que la fábrica quede definitivamente en manos de los trabajadores. Vaya un fuerte abrazo para Nicolás Macchi, su presidente, y todas las familias de esa empresa recuperada. Prometemos en el próximo Panorama contar su historia de pelea, una metalúrgica que en este contexto tan adverso nos da un espaldarazo, un grito de victoria.
El próximo domingo 24 de marzo estaremos en la calle, Radio Gráfica se plantará en Diagonal Norte y Florida para encontrarnos con oyentes y lectores, para seguir conversando, comunicando y soñando con la Patria Liberada por la que lucharon los 30.000.
De yapa, agradecemos al amigo y compañero Sebastián Maissa que está ilustrando nuestras ediciones quincenales que van a cumplir cuatro años consecutivos.
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