Coronavirus y las consecuencias en la economía. Crisis y oportunidades, el rol del Estado en el proceso que se abrirá cuando haya pasado pandemia. Un nuevo 24 de marzo. Algunos de los temas que desarrolló el referente de los trabajadores gráficos y dirigente de la Corriente Federal de Trabajadores Héctor Amichetti en diálogo con Radio Gráfica.
Por Lautaro Fernández Elem y Leonardo Martín*
“Acá estamos, tratando de coordinar parte de las tareas del gremio en esta situación excepcional”, comienza la charla Héctor Amichetti, secretario general de la Federación Gráfica y referente de la Corriente Federal de Trabajadores. Los tiempos no son auspiciosos, la pandemia de coronavirus puso patas para arriba al mundo, obviamente también a la Argentina que hoy atraviesa un riguroso aislamiento social.
La situación de la economía es crítica, muy crítica. Venía de cuatro años de caída con la presidencia de Mauricio Macri y cuando la esperanza estaba en tiempos de reactivación con Alberto Fernández el coronavirus abrió un escenario totalmente nuevo. Más grave y complejo, pero también con algunas oportunidades.
“Es muy importante la tarea de los gremios, de los trabajadores de la salud, del transporte y de todos los servicios esenciales en este contexto”, destaca Amichetti. Los gráficos están contemplados en las excepciones o al menos un sector de ellos ligados a la producción de los envases para la industria de la alimentación, medicamentos y artículos de higiene. También continúa la impresión de diarios y revistas.
“Ha sido correcto poner como prioridad a la salud teniendo en cuenta que el coronavirus va a tener un efecto en la economía”, analiza Amichetti las medidas que tomó el Gobierno nacional de aislamiento social con severos controles a la circulación, suspensiones de las actividades no esenciales.
“Ha sido correcto poner como prioridad a la salud teniendo en cuenta que el coronavirus va a tener un efecto en la economía”.
“Aquellos gobiernos que fueron más flexibles en cuanto al aislamiento o movimiento de la población, todos han ido cayendo. Algunos lo están haciendo con una situación de muertos muy alta”, completa en alusión a países que tiene su ejemplo más dramático y trágico en Italia y España, pero que puede sumar nuevos capítulos en otras latitudes del planeta.
Pese a la gravedad de la situación, Amichetti aporta una mirada en perspectiva y aprovecha para plantear debates para el escenario pospandemia. “El mundo ha vivido tiempos muy críticos, guerras que duraron años y ha salido adelante. Una vez superada esta emergencia el Estado debe jugar un rol central para reactivar la economía lo más rápidamente posible”, asevera.
“Tendríamos que encontrar la forma de volcar a reactivar la economía los recursos de aquellos que han acumulado muchas riquezas, de los que especularon y tienen su dinero en paraísos fiscales. Para ello hace falta tener voluntad política. De hacerlo se reactivaría rápidamente la economía”, evalúa Amichetti. Sólo durante el macrismo se fugaron del país aproximadamente 90 mil millones de dólares. 400 mil millones de dólares es una cifra estimada del dinero que los argentinos poseen fuera del sistema financiero nacional, gran parte de ellos fuera del país en guaridas fiscales.
“Hay que actuar muy rápidamente, como el Gobierno lo ha hecho desde la posición de la deuda externa donde estamos diciendo que ni loco piensen que vamos a pagar por lo próximos cuatro, cinco o seis años. Hay que obligar a repatriar a los millones de dólares que hay en el exterior de argentinos, volver a controlar a las empresas de servicios públicos, cortarles el negocio a las grandes multinacionales”, detalla Amichetti. La crisis convertida en oportunidad para tomar decisiones estructurales que en otras coyunturas es más difícil de tomar.
“Hoy los que están comprometidos en esta emergencia son el Estado y las organizaciones del pueblo. El dueño de Vicentín después de estafar al Estado estaba paseando un un yate. Son insensibles. Tienen una mentalidad egoísta que tiene su reflejo en la economía, en la concentración de la riqueza”, añade.
“Hay que obligar a repatriar a los millones de dólares que hay en el exterior de argentinos, volver a controlar a las empresas de servicios públicos, cortarles el negocio a las grandes multinacionales”.
“El país va a salir adelante después de esto, pero dependerá de las enseñanzas que estamos teniendo hoy se puedan aprovechar después. La crisis es muy grande, la recesión es muy profunda. Después de esto el rol de la especulación no debería ser el mismo. Van a tener que cumplir un rol importante las naciones que puedan salir del modo más airoso posible”, analiza el dirigente gráfico.
“Gobierno activo con las organizaciones del pueblo fortaleciéndose. Un país con mayor justicia social y democracia económica. Espero que este momento sirva para fortalecer esa línea histórica”, cerró el tema Amichetti.
24 DE MARZO. “EL GENOCIDIO DEBILITÓ, DESESTRUCTURÓ LA ECONOMÍA DEL PAÍS, PERO LA CONSCIENCIA POPULAR SIGUE VIVA”
Un 24 de marzo extraño. Solitario y a la vez colectivo, con el compromiso y el recuerdo expresado en pequeños gestos que las redes ayudaron a viralizar. Se cumplieron 44 años de la jornada que dio apertura al ciclo político, económico y represivo más violento de la historia Argentina con un saldo de 30 mil detenidos desaparecidos, otros tantos exiliados, desindustrialización y una concentración de la riqueza en un oligarquía local asociada al capital financiero internacional.
“Fue una de las jornadas más tristes de nuestra historia porque dio comienzo a siete años de terror en Argentina. Al mismo tiempo la satisfacción de que a pesar de todo lo que hicieron para tapar toda esa situación y a los criminales no lo lograron. Para la Justicia que anhelamos todavía falta un camino muy largo por recorrer. Nos falta en el sector civil de aquellos que fueron mentores de ese golpe. Los militares no fueron los únicos responsable, fueron los ejecutores de un plan diseñado por civiles”, resumió Amichetti.
“En Argentina hubo un genocidio por la fuerza que tenía el pueblo en su organización. En las fábricas, en los barrios, en las universidades. Busquemos ahí la explicación porque el enemigo actuó así pensando que iba a salir victoriosos, pero tuvieron una gran frustración. Ese período generó una gran consciencia en el pueblo argentino. Es un sentimiento muy arraigado que no se ha dado en muchas otras partes del mundo”, agregó.
“El genocidio debilitó un poco, desestructuró la economía del país, pero la consciencia popular sigue viva”.
“El mejor homenaje a los 30 mil compañeros detenidos-desaparecidos es el compromiso permanente de los que hemos sobrevivido a esa lucha y las nuevas generaciones militantes para completar esa lucha y a conquistar el objetivo de nación que esos compañeros tenían”, cerró Amichetti.
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