La historia Felicitas Guerrero, la mujer más bella de la República Argentina, está atravesada por la tragedia. La tragedia de no poder elegir el destino de su vida. De joven la obligaron a casarse con Martín Gregorio de Álzaga, un hombre que la superaba ampliamente en edad. Poco importaron sus súplicas: había en juego varias extensiones de tierra y una gran riqueza.
Por Erika Eliana Cabezas *
Tuvo dos hijos. Félix Francisco Solano de Álzaga Guerrero y Martín de Álzaga Guerrero, que terminaron falleciendo a temprana edad por la epidemia de fiebre amarilla. Al poco tiempo enviudó y quedó como heredera de todos los bienes, un hecho que, si bien le trajo un poco de alivio, la convirtió en la mujer más deseada. Enrique Ocampo Regueira llevaba la “ventaja” entre sus pretendientes – o al menos eso era lo que él pensaba – por ser con quien más trato tenía. Pero, una sorpresiva tormenta le puso en el camino a Samuel Sáenz Valiente y se enamoró perdidamente.
Los rumores no tardaron en darse a conocer. Sin embargo, fue la propia Felicitas la que confirmó su compromiso y sus sentimientos para con Samuel. A partir de ahí, comenzó su calvario porque Ocampo, no respetando su decisión, la acosó y la hostigó hasta que, finalmente, la mató. Fue un 30 de enero de 1872. Un crimen pasional para esa época, un femicidio para el ahora.
Barroco en Barracas. Las novias del templo escondido de Andrea Castelli es homenaje a Felicitas Guerrero pero también una obra que invita a la reflexión desde la puesta en escena. “Si bien el arte se justifica por sí mismo, en este caso, tomar el tema del femicidio históricamente y trabajar en esos muros, esas columnas, iluminados por la luz que pasa por los vitrales, me parece que te transporta a otro universo y, al mismo tiempo, no te saca de la historia”, expresó la directora en dialogó con Radio Gráfica.
La música barroca y la danza se conjugan con una arquitectura neogótica para expresar la violencia machista. Bailarines y bailarinas se desplazan por el Templo Escondido, ubicado en el Complejo Histórico Santa Felicitas. Las situaciones no ocurren en un espacio delimitado, las visiones son múltiples y varían de acuerdo a donde esté parado el espectador. Todos los niveles que proporciona el lugar son utilizados en una intervención que narra, por decirlo de alguna manera, el dolor de una mujer que, cuando quiso tomar las riendas de su vida, sufrió las consecuencias.
La primera vez que se presentó Barroco en Barracas. Las novias del templo escondido fue en el 2014 para la Noche de los Museos. “En ese momento participamos con un grupo de bailarinas y bailarines haciendo una performance, una intervención sobre el personaje histórico de Felicitas Guerrero. Después nos interesó mucho profundizar sobre el tema y presentamos un proyecto para mecenazgo cultural. Fue seleccionado. Luego conseguimos los sponsors que necesitábamos para hacerlo. Finalmente pudimos estrenar ya en formato de obra el año pasado”, contó.
La luz lúgubre, los techos altos y los vitrales componen la escena, y hasta contrastan con ese blanco pureza de los vestidos, que se despliegan por un espacio impregnado de fatalidad y que nunca pudo ser utilizado como tal. “No sólo las bailarinas están vestidas de blanco, de novia, sino también los varones. Es una ironía a ese ritual del matrimonio, esta cuestión de la pureza representada en el color del vestido de la novia. Personalmente me parece un poco arcaico y, además, un poco inútil. No porque no me guste el color blanco sino porque tenga que significar la pureza, asexualidad, como si la sexualidad fuera impura”, manifestó la directora.
No es la primera vez que Andrea Castelli trabaja en la intervención de espacios plagados de historia. Anteriormente hizo trabajos como Eva, un recorrido (en el Museo Evita) y Laberintos (en la ex Biblioteca Nacional). “En este caso, el espacio reúne la historia del asesinato, que ahora podemos denominar femicidio, de Felicitas Guerrero; el espacio, que es un templo increíble; y el contexto social que estamos viviendo, esta cuestión de poner en primer plano no ya estas muertes como crímenes pasionales sino como femicidios. Y también el maltrato hacia la mujer porque Felicitas fue obligada a casarse a los 14 años, con un hombre que la doblaba en edad, por cuestiones de conveniencia de los padres. Además fue vulnerada en su voluntad”.
Coincidencias. La obra, que forma parte del Festival Internacional de Buenos Aires (FIBA), tiene una de sus presentaciones hoy, día en el que se cumple el aniversario de la muerte de Felicitas Guerrero. “La fecha no fue elegida por nosotros. Creo que quienes dispusieron la fecha no lo tuvieron en cuenta. Fue como una especie de azar lo que hizo coincidir la presentación de la obra, que podríamos decir que es un homenaje o una conmemoración o un llamado a la reflexión, con el día. Es bastante fuerte para nosotros y nosotras estar en el lugar donde la mataron”, confesó Castelli.
Ficha artística
Dirección: Andrea Castelli / Bailarines: Agustina Annan, Nicolás Baroni, María Cecilia Bazán, Magalí Brey, Luciana Brugal, Sabrina Castaño, Lautaro Cianci Padoan, Gastón Gatti, Andrea Manso Hoffman, Lucas Minhondo, Katia Pazanin, Federico Santucho / Asistentes coreográficos: Sabrina Castaño, Federico Santucho / Vestuario: Abril Rosenrauch Bonetto, Andrea Castelli / Diseño de iluminación: Leandro Calonge, Emiliano Caffarelli / Sonido: Sebastián Pascual, Alejandra D’Agostino / Escenografía: Marcela Alonso / FX: Martín Roa / Fotografía: Guillermo Dorfman / Diseño gráfico: Natalia Battellini / Asistencia de dirección: Carina Mele / Producción: Sabrina Castaño, Andrea Castelli, Diego Fernández, Carina Mele, Federico Santucho, Gisele Teixeira / Producción ejecutiva: PerformArtes, Asociación Civil para la Promoción y Difusión de las Artes Performáticas / Coproducción: Asociación Civil para la Promoción y Difusión de las Artes Performáticas (Performartes), Mecenazgo Participación Cultural, Buenos Aires Ciudad / Duración: 50’
(*) Columnista de artes escénicas de Abramos La Boca.
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