Entrevista a Luis Cáceres, de 70 años de edad, cacique de la Comunidad Pihué Wichí de General Mosconi, una de las tantas comunidades originarias abandonadas a su suerte desde el momento que el sistema económico ya no demanda fuerza de trabajo. Hambre, miseria, desnutrición infantil, indocumentación, falta de agua potable es el retrato visible de los pueblos campesinos, rurales e indígenas. Y es la condición de posibilidad que sostiene el modelo productivo de la oligarquía salteña. La extensión de la frontera sojera en base a los desmontes sistemáticos en esta región, condujo a la configuración de un campo sin gente, sin trabajadores ni campesinos y expropió a las comunidades wichí de las fuentes vitales para la reproducción de la vida. En esta narración presentamos los enunciados como fueron emitidos durante un diálogo abierto, en la tentativa de captar en el relato el ritmo, las continuidades, las huellas de una vida
(Corresponsal, Radio Gráfica en Salta) Ariel Weinman: Quiero saber qué pasa con las comunidades indígenas en esta zona de Salta, querría que usted diera testimonio.
Luis Cáceres: Está hablando con un cacique, presidente de la Comunidad Territorio Indígena Pihué Wichí de general Enrique Mosconi de la provincia de Salta. Y le doy la bienvenida a usted que ha venido hasta acá para poder conocer realmente las necesidades nuestras.
Usted va a ser un testigo más; de nada sirve que nosotros miramos televisión, que tenemos un presidente nuevo que se acuerda de la gente, de todo el mundo, las necesidades, el hambre, sin trabajo; pero en este caso, de parte de usted, viene y va a llevar las cosas “clave” como se dice: verdad, no es mentira. Hasta hoy usted mismo es testigo. Si podría andar con alguna otra persona para que trate de ver, sacar fotos, cómo vive la gente de acá, del lugar.
Usted sabe bien que nosotros somos argentinos, más que argentinos, porque nosotros respetamos nuestra raza, y a usted le puedo decir “mi hermano”, que respetando mi raza que nosotros somos los wichí. Somos argentinos nativos de nuestros ancestrales, de nuestros antepasados y de ser como originarios. Nuestro dialecto creo que es verdadero de acá de la Argentina. Nosotros no dependemos de otro país.
Usted va a llevar un triste mensaje, que lo va a ver, que también nosotros influyamos con la gente de Buenos Aires: a veces, nosotros miramos por la televisión y vemos la necesidad que tienen los hermanos criollos, que es similar a las necesidades que tenemos nosotros acá. Y bueno, la cuestión es que nuestro gobierno, no es cierto, que si analiza bien todo, sería mucho mejor que la inspeccione de punta a punta del país para que una vez más mejore la situación que vivimos nosotros acá, las necesidades que tenemos nosotros. Creo que usted anda con un hermano (Cacique Modesto Rojas, de la Comunidad Kilómetro 5, Tartagal) que es testigo bien desde acá: no tenemos letrina, no tenemos agua, no tenemos luz, no tenemos trabajo y, lamentablemente, yo soy un jubilado. Pero la cuestión es que el gobierno que estuvo más antes no sé lo que ha hecho con… el 20%, no sé cuánto le habrá quitado a los pobres viejos. Pero gracias a Dios, parece que lo ha iluminado al Alberto y la Cristina, que ellos llegan para que también se pongan de acuerdo, de apoyarlos todo el mundo. Porque por nosotros creo que han ganado ellos, de sentarse en nuestra Argentina. Porque ellos son el gobierno nuestro, ellos no pueden distinguirlo nadie, tampoco racista porque somos así, somos del lugar.
Creo en este momento, usted es un testigo más, que está viendo, mirá, ¿cómo vivimos nosotros, no? Las casitas. Creo que los hermanos de allá tampoco pueden dormir bajo una casita como esta, pero qué va a hacer, la necesidad nos hace obligar que vivamos así.
Le voy a decir bien, “cómo viene la mano”, para que la gente tenga en cuenta que nosotros que somos originarios, somos…no tenemos letra, no tenemos escuela. Yo por lo menos tengo…voy a cumplir 70 años, me fui hasta 5° grado, y los demás que vinieron más primero no tienen letra, no saben ellos cómo es. Entonces esa gente decía, “yo habré tenido 19 años”, y cuando la gente del equipo de documentaciones, cuando me paré me dice: “yo le quiero contar los tiempos desde que ha nacido”. Sabe cómo me dice esa gente, “usted no diga nada, párese ahí”; me medían, me miraban, ellos no preguntaban en qué hora, en qué fecha nací, porque realmente no lo sabía. Ellos dicen, “este muchacho le vamos a hacer el documento: usted nacido en Kilómetro 6 en el año 1950, a tal hora, para que tengas documento”. Bueno, de esa…me han documentado, y he hecho un poco de escuela, y cuando tenía más o menos 18, 19 años, me citaron en el Regimiento y he hecho la “colimba” en Tartagal. He estado nueve meses y me han dado el alta, y cumplido. Bueno, así “viene la mano”.
Por eso desconozco que la gente que viene ahora a documentar la gente, como diciendo tiene que tener fecha de nacimiento del niño o tiene que tener papeles de parte sanitario. Pero en este caso, los hermanos no tienen cómo papel, nada. Lo que tienen es calcular, hacer los papeles y listo… para que tenga su documento.
De nuestra cultura, seguimos postergados acá, seguimos sin papeles de nuestra tierra, pero en este momento hermano, le voy a decir una cosa: en este momento, si un caso, este de lo que yo estoy mencionando puede llegar en los oídos de nuestro gobierno de la República Argentina que está hoy, en este momento, para que tenga grabado qué es lo que estoy diciendo: “nosotros somos los originarios, somos los primitivos de nuestra tierra, somos los dueños, somos raíces de nuestra tierra”.
De los tiempos de “los colones”, no soy una persona que cuando llega el Día de la Raza, yo no estoy festejando, cuando llega el Día de Raza yo estoy de luto. Porque aquellos tiempos cuando “los colones” arrasaron a la gente, en Buenos Aires, donde hay un monumento, en medio del pueblo ahí ha sido donde vivían los originarios de toda clase: los mocovíes, los wichís, todos.
Nosotros tenemos la Ley 26160 nacional, provincial, internacional. Hoy tenemos la Ley, por eso hermano yo le voy a decir, si alguien me dice “¿don Cáceres, usted tiene su título?”, lamentablemente le voy a decir, “no lo tengo el título. El título de mi tierra donde usted está preguntando soy yo, que estoy sentado acá”. Si usted quiere hacer como en los tiempos de antes, “no me amenace, no me tire balas de goma, venga a fusilarme y listo, ya está, esa es la solución de usted”. Así que no sé si estoy equivocado. Fíjese en el monumento en Buenos Aires, figura de lo que estoy hablando.
Este hombre que se fue de la Argentina tiene sangre de los “gringos”. Que es Macri, él no tiene piedad, él no dice “este tiene hambre”. Él es un hombre rico, él no tiene lástima a nadie. Así que menos mal que Dios es grande. Siempre me aferro a Dios.
Nosotros como ser originarios, no vamos a sentarnos debajo de un templo de…un párrafo. Nosotros los originarios creemos que Dios que vive, Dios es invisible, no es persona, es un invisible que hoy está con nosotros. Y yo no tengo qué regalarle a usted, no tengo lo qué reglar, y le doy muchas gracias por venir acá, porque yo soy una persona que siempre me pongo a sentarse a hablar con Dios. ¿Por qué, cuál es el motivo? Dios cuando vino a poner el pie acá en el mundo, él agarró un polvo de la tierra e invocó un hombre, cuando él sopló ha quedado el espíritu de él alentándose. Y hoy Dios está con usted, porque respira, mira, piensa, camina. Él está con usted, está conmigo y está con él. ¿Cuál es la creencia de nosotros, de ser como originarios?: el sol, el cielo, la lluvia, y nosotros no tenemos ventilación acá, donde estamos sentados ni bajo el techo, pero le damos gracias que tenemos el árbol, corre viento, nos está enfriando, estamos tranquilos, sin ningún problema.
Creo que tengo mucha historia. Si llego a hablar de la historia, de antepasados, creo que estaríamos sentados todo el día acá. Pero es muy bueno, como dice un dicho, “un hombre indígena, o un indio que le llaman, usted no ve en mi casa una biblioteca. No tengo libros, no tengo nada, pero de lo que estoy hablando es sacando la verdad, que yo la tengo acá (señalando la cabeza), todo lo tengo acá. La pregunta que vos me hacés yo le respondo de esa manera. Aquí me vienen muchos hermanos del sur, de parte de Bolivia. Hay veces, como usted viene y me habla y me pregunta: es muy rico decirle lo que me está mencionando usted. Eso nomás quería mencionar.
Aquí Crónica del saqueo. Parte I.
Foto: A la izquierda de la imagen, Modesto Rojas. A la derecha, Luis Cáceres.
AW/RG
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