La Ley 26.485 de protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en los ámbitos que desarrollen sus relaciones interpersonales dictamina que la violencia obstétrica es aquella que ejerce el personal de salud sobre el cuerpo y los procesos reproductivos de las mujeres, expresada en un trato deshumanizado, un abuso de medicalización y patologización de los procesos naturales. Y eso fue lo que sufrió Johanna Piferrer el 6 de octubre de 2014, cuando asistió al hospital a hacerse un control de su embarazo.
“Yo sufrí violencia obstétrica en la muerte perinatal”, confesó Piferrer en Radio Gráfica. “Estaba embarazada de 33 semanas de gestación y fui a un control de monitoreo. Ahí me avisaron que Ciro no tenía más latido. Fue un camino muy tortuoso porque la institución no respetó ninguno de los pedidos de los que hice. Me quisieron inducir a un parto natural.. Les dije que no, que quería una cesárea porque no estaba ni en condiciones físicas ni psicológicas de atravesar una situación así. Me respondieron que no era una urgencia y que me la iban a realizar al otro día a la mañana. Recién a la madrugada logramos que el médico que me había atendido durante todo el embarazo volviera”, relató.
Johanna estuvo más de 9 horas con el bebé muerto en su panza. Pero, eso no fue todo. La llevaron a la sala de maternidad y la asistencia psicológica no estuvo a la altura de las circunstancias. “Les pedí por favor que me sacaran de maternidad ya que mi situación era distinta a todas las demás las familias. Me dijeron que no tenían espacio físico para trasladarme a otro lugar. Pedí asistencia psicológica y llegó casi 48 horas después. Vino primero una profesional, le conté todo. Cuando la volví a pedir, apareció otra y tuve que contar todo de nuevo. Y es muy importante porque tenés que tomar muchas decisiones y el cuerpo gestante sigue su proceso. No me dieron ningún tipo de información ni de acompañamiento”.
“Yo sufrí violencia obstétrica en la muerte perinatal”
La violenta situación que atravesó Johanna en octubre de 2014 la propulsó a realizar la denuncia en el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación. Posteriormente, fue tomada por la Comisión Nacional de Acciones para la Elaboración de Sanciones de Violencia de Género (CONSAVIG). “En 2015 obtuvimos una resolución del Defensor del Pueblo de la Nación donde se expide visibilizando la violencia obstétrica frente a la muerte perinatal”, declaró. La violencia obstétrica es moneda corriente en los hospitales. Pero, no se puede denunciar porque no está catalogado como delito en el Código Penal.
“No vamos contra los profesionales sino que vamos contra este sistema de salud machista y patriarcal que decide por nosotras“
Lo que vivió Johanna Piferrer con el equipo de salud del hospital tras de la muerte perinatal de su hijo fue “un hecho traumático”. Sin embargo, no se quedó callada. Visibilizó el caso e impulsó el proyecto de Ley 1240 de Procedimientos de Atención en La Salud frente a La Muerte Perinatal. “No vamos contra los profesionales sino que vamos contra este sistema de salud machista y patriarcal que decide por nosotras. Si bien tenemos las leyes de parto respetado, de protección integral, no hay nada sobre muerte perinatal a la hora de parir, con lo cual este proyecto lo que viene a hacer es otorgar derechos. Queremos transformar el sistema de salud”.
EC/GF/RG
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