Por Gabriel Fernández *
Sirve como ejemplo de comportamientos. También, para comprender los desafíos con respecto al empresariado argentino. Lo narro al observar que FM Blue, a través del Enacom, amenaza a FM Riachuelo por cercanía en el dial. Lo narro desde adentro del conglomerado conocido públicamente como la Rock and Pop, que tuvo a Blue como un proyecto atractivo que no se desplegó.
Cuando tomo la dirección periodística de la Rock and Pop, durante el período en el cual Raúl Moneta se hizo cargo de la emisora, el responsable económico directo era Juan Cruz, hijo del empresario y la organización general estaba en manos de Marcelo Ripoll. Desde el último tramo del 2010 hasta el 2013, logramos que la histórica radio quedara en primer lugar de audiencia mediante un trabajo sencillo y contundente.
Mientras se difundía la música –el eje, claro- y mientras figuras como Mario Pergolini hacían lo suyo en el aire, con enorme volumen, reorienté la línea editorial general para calzar con las ideas nacional populares difundidas entre una juventud que, en el último tramo kirchnerista y tras la muerte de Néstor, abrazó masivamente el interés y la participación política.
Se logró entrevistar en estudios al Indio Solari; en esa entrevista habló bien de Cristina Fernández; se atrajo la brillante producción de Diego Capusotto, que ya había destacado en la Gráfica. Recordado por el ¡6 a 1 con Bolivia! El gran humorista y pensador había construido un Mordisquito de nuevo tipo. La Negra puteaba y atraía algunos juicios, pero el nivel de oyentes y de publicidad resultó exponencial y todo se resolvía.
Moneta y Ripoll querían, en principio, que también me hiciera cargo de FM Blue para posicionarla como una emisora de música –más suave- y política. Como el trabajo en la Rock and Pop era exitoso y como el tiempo en que transcurrió esta historia fue muy reducido, esa buena idea no se concretó. Es más: ni siquiera llegué a conocer las instalaciones de Blue. Pero el concepto básico era enlazar a esa radio con el torrente de debate político vigente en la sociedad.
Pero a fines de 2013 Moneta resolvió vender todo lo relacionado con ese espacio; fue adquirido por la empresa de Marías Garfunkel y Sergio Spolsky. Ya se había ido Pergolini para generar Vorterix y me retiré de la función que desarrollaba hasta ese momento. Garfunkel y Spolsky nunca supieron qué hacer con una radio que estaba en marcha, primera en el ranking y con un equipo muy interesante. Lo único que se les ocurrió fue contratar a alguna mujer visible para Blue y en breve se pelearon entre ellos, quebrando todo proyecto.
Vendieron el espacio comunicacional a Marcelo Fígoli y a Arturo Rubinstein, ambos provenientes del mundo financiero. Estos se asociaron con Daniel Vilá. El famoso empresario tenía el módico proyecto de utilizar Blue para competir con Aspen, lo cual devaluaba cualquier intento de aprovechar lo existente para concretar una buena emisora informativa. Los lineamientos de todo el grupo se fueron desplegando al más ramplón conservatismo con pespuntes gorilas y personajes menores al aire, que participaban de las campañas sobre la “corrupción k”.
Hace poco, el Grupo América y Alpha Media resolvieron hacer la plancha con la Rock and Pop, para que la gente sólo escuche rock internacional sin ponerse a reflexionar demasiado, y dejar de lado al personal de FM Blue para difundir, con la misma orientación, música un poco más suave y así intentar dar batalla en el segmento indicado en el párrafo anterior. Desde el reciente mes de agosto, Blue pasó a ser una radio eminentemente musical, con apenas un equipo de operadores que programan la salida al aire según las instrucciones.
Ahora, la triste Blue presenta una protesta que el Enacom recepta sin dudar y apremia a FM Riachuelo, una radio bien llevada por una organización social que cumple destacada labor en los barrios del Sur, porque su dial está cerca. Ni siquiera está encima; está cerca. Y la gente de Riachuelo, con la solidaridad de tantos medios, se encuentra protestando ante el ente estatal de control comunicacional.
Esta es la incompleta historia reciente de un grupo comunicacional que fue de mayor a menor por responsabilidad directa de empresarios de mirada estrecha, que pretenden resolver con decisiones administrativas sus desaciertos y falta de planificación. También, la ausencia de una política clara de comunicación desde el gobierno anterior. Un éxito formidable que nos tuvo dos años al frente del rating, con un mensaje profundo y al mismo tiempo activo, divertido, arrasador para una juventud –y no tanto- que demandaba música e ideas.
Eso generaba mucha plata; los déficits llegaron cuando los sucesivos empresarios no supieron hacer otra cosa que adecuar los lineamientos a la estupidez reinante, se alinearon con la idea del monopolio y encima, dejaron fuera personal para no “gastar” y la solución que encontraron (financistas al fin) fue pasar música. Orgulloso del trabajo realizado en la Rock and Pop, dejo testimonio.
*Director La Señal Medios / Sindical Federal / Area Periodística Radio Gráfica
Discusión acerca de esta noticia