Por Nehuén Gusmerotti *
El vínculo que unió toda la vida a Ricardo Iorio con la música autóctona de nuestro suelo era conocido. El amor por el tango, el folclore y los cantores del extenso país apareció a lo largo de su carrera en reiteradas ocasiones. Por esto, el homenaje que eligió Ana Patané para Hermética fue un acierto, osado, pero preciso. Este 2023 vio nacer su primer LP, Ajeno al Tiempo, como las canciones compuestas por el grupo pesado, pero esta vez en un formato novedoso. Tango, folclore, milonga. El pasado viernes por la noche la artista del sur bonaerense cerró en el CAFF un ciclo de casi un año de presentar este disco en vivo, acompañada de artistas invitados e invitadas, con aportes de otras perlas en la historia de nuestro metal pesado.
La convocatoria fue un éxito absoluto. Entre las mesas y rincones del Club Atlético Fernández Fierro se amuchaban metaleros y no tanto, atraídos por este gran trabajo artístico realizado por Patané. La canción elegida para comenzar es un himno (bueno, casi toda la obra de la H es un himno popular en sí misma), se trata de “Memoria de Siglos”. La dulce y potente voz de Ana contrasta con el áspero grito de O´connor. Ana logra recuperar las ya poderosas frases escritas por Ricardo, dándoles una nueva presencia, diferente, igual de emotiva. A la primera pieza compartida con Julián Hermida, uno de los alquimistas de esta obra metalotanguera, se le suman en segunda instancia un quinteto de cuerdas que acompaña “Vientos de Poder”. La carga dramática que adquieren las letras al acompañarse de violas y violines encaja perfectamente con la entonación de Ana.
Algo a destacar durante el show tiene que ver con el rol pedagógico de la artista. Ana Patané viene del metal, se curtió en las letras de Ricardo y esa prosa que nos traía algo que no se aprendía en la escuela ni en la casa. Conoce el paño del derecho y del revés. Pero sabe que en su obra actual hay quienes se acercan por primera vez a estas composiciones. En esa línea repasa historia de aquellos discos, habla de aquel Ricardo de los 80´ y 90´ que denunciaba las masacres nativas, hablaba de ecologismo y entonaba las penurias de la clase obrera como nunca nadie lo había hecho. “Toca Destrucción”, grita algún metalero entre el público, y Ana comparte para quienes no lo conocen, de que trata este mantra presente en cada show de metal pesado nacional. Este rol hace mucho por acercar a Ricardo, tal como lo hizo Peso Argento hace ya unos cuantos años, a otro público.
“Cuando Duerme La Ciudad”, “Predicción”, “En las calles de Liniers” junto a Renzo Favaro de Jeriko y Fughu, “Otro Día Para Ser”, son algunas de las canciones de Hermética que aparecieron en el repertorio. Mención aparte para una emotiva y tristemente vigente “Olvídalo y volverá por más”, luego de un “fíjense” de Ana y un guiño en la letra al incluir que con sus nombres “llenarán las redes”. Cada letra desandada por Ana goza de la vigencia del presente, en algunos casos por los relatos descarnados de un lugar que conocemos, en otros por un contexto político que se repite. Entre tema y tema aparece siempre Ricardo, ya sea con un coro que lo encumbra como “lo más grande del heavy nacional”, o en las palabras de Ana que recupera ese letrista que siempre fue auténtico, y en su integridad nos contagió a todos.
En otro de los tramos del show se sumó Pablo Chihade, luego de que Ana leyera un hermoso texto escrito por el músico referido a Ácido Argentino, uno de los emblemáticos discos de la H. En este formato Ramanegra (así se llama el proyecto que ambos comparten) repasaron “Gil Trabajador”, canción que generó su relación actual, “Vida Impersonal”, una destructiva versión de “Sepulcro Civil” y “Sentir Indiano” de Almafuerte. Cabe destacar dos versiones hechas de Malón junto a Pablo que brillan con luz propia. En primer lugar, una rara reversión de “Bajo el Dominio Danzante” en formato guaracha caribeña que es una obra maestra y le agrega una sonoridad completamente diferente a la escrita por O´Connor. Luego, completamente diferente, “Cancha de Lodo”. Solemne relato del obrero del ladrillo de barro, triste y angustiante. Dos tremendos aciertos del dúo.
“Destrucción” no podía faltar, el metal está presente, y donde hay metal, está “Destrucción”. Párrafo aparte para ÉL himno de Hermética: “Tú Eres su Seguridad”. Esta prosa filosófica de Ricardo Iorio la interpretó Ana junto a Noelia Sinkunas en una performance de piano para sacarse el sombrero. El aporte de las teclas le agregó una serie de matices que prescindió de cualquier otro instrumento. “Mata el miedo que guarda el animal, limpia el cuerpo, pues dentro de él estás”, es imposible escuchar esos versos sin estremecerse.
El climax del show llegó con el dueto junto a su hermana, la prolífica Lucy Patané, con quien hacen “Del Camionero”. Este relato carnal de las rutas argentinas fue uno de los sencillos del disco y goza de la presencia de la voz y la demencial viola de Lucy. La interpretación en vivo enciende a todo el público, sea metalero o no, cada vez que la tocan. La única manera de terminar el show sin bajar la potencia era enchufar la distorsión. Nuevamente junto a Hermida, y ahora con Daniel Key, o “El negro Kiss” para los amigos, “Atravesando Todo Límite” y un grito que se hace carne en la obra de Ana: Seguir caminando el camino para el cuál nos formó el procer de nuestro metal pesado nacional.
Ana Patané despidió su ópera prima en un show conmovedor, metalero y reivindicativo de la obra de uno de los grandes de nuestra música nacional. Con la herida abierta a poco más de un mes de la muerte de Ricardo, su homenaje es un placebo para un extraño dolor que aún pervive. Lo que depara el futuro artístico de Ana Patané, aún no lo sabemos, pero el aporte que hace para mantener vigente el espíritu de Hermética es invaluable.
(*) Conductor de Resistiendo con Ideas (Lunes a viernes de 20 a 21 horas)
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