Por Fernando Muñoz
La planilla que la Secretaría de Energía difundió, para su llenado, se llama “Solicitud de Subsidio”.
Efectivamente, es una solicitud, un pedido al Estado para que sostenga el subsidio de la tarifa de energía, un costo que -en lo posible- no tiene que salir de nuestros bolsillos.
Las preguntas que hace la AFIP están contenidas en esa planilla. Tiene que ver con los datos personales, los laborales, los ingresos y el patrimonio.
Así, casi todos los trabajadores de esta Nación, llenaremos una declaración jurada: ingresos, calidad de trabajo, posesiones, discapacidad, etc.
Nos habla el gobierno de un subsidio que, según el secretario de Energía, puede promediar unos 1.200 pesos mensuales, entre cuatro y diez dólares (según quien los tenga o los obtenga, digamos).
Eso es todo.
Resulta que en la base de la pirámide están aquellos que tienen la tarifa social y la revalidarán automáticamente, ya que el Estado los tiene registrados. Así de bien funciona el Estado. No es ningún estúpido.
Luego estamos los que alquilamos vivienda, bajo una ley de alquileres que obliga a registrar los contratos en la AFIP y que el organismo fiscal admite que no se cumple ni la hace cumplir. Estado estúpido.
La planilla que vamos a llenar no nos exige el contrato de locación, con nuestra palabra alcanza. ¡No es ningún estúpido!
En la otra punta de la pirámide, están los que deben declarar “una aeronave de lujo”, por ejemplo, o sus activos en sociedades anónimas.
Estado estúpido. ¿Vos te pensás que por cuatro dólares van a declarar todo su patrimonio?
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