Por Nehuén Gusmerotti *
Llevar adelante un proyecto instrumental nunca es una tarea sencilla. Hacerlo en Argentina, ante un público cancionero y amante de corear estribillos, menos. ¿Llegar al mítico Teatro de Flores haciendo música instrumental en Argentina? Ya podemos ir poniéndonos de pie. Los responsables de este gran logro son los muchachos de Poseidótica, un cuarteto que ya peina canas, pero que ha construido un camino minucioso, sin apresurarse, que los ha posicionado como una de las bandas instrumentales más reconocidas del presente criollo. Con su más reciente disco, Las Palabras y la Realidad, el grupo finalmente llegó a una de esas postas que toda banda quiere alcanzar, encabezar su propio Flores.
“La salida es colectiva”, exclamó en el ocaso del show Martín Rodríguez, bajista de la banda. Una declaración de principios que se hizo carne en el armado del show. Cuatro bandas formaron parte de la histórica velada. WRRN, Iah, Undermine y el plato fuerte de la noche, claramente. Apenas pasadas las 18:00 ya se daba cita en Rivadavia 7806 para que WRRN le ponga color a la previa con su post-hardcore bastante variado. Los cordobeses de Iah tuvieron que lidiar con algunos percances con el backline, aunque eso no les impidió mostrar una vez más al público porteño su propuesta, quizás la más cercana a los anfitriones, y redondearon una muy buena actuación, alternando entre el experimental e incluso con algunos tramos más thrasheros.
Si de thrash hablamos, la sorpresa de la previa para quien escribe fueron los muchachos de Undermine. Un grupo demoledor, clásico, que recordaba los primeros años del género, mezclado con una voz gutural y que hasta se despachó con un cover de 2 Minutos. Promediaban las 20:00 y ya Flores estaba nutrido de público y con el agite precalentado.
Pasadas las 21:30 se apagaron las luces y comenzó a escucharse una de las joyitas que acompañan al disco físico de Las Palabras y la Realidad, los versos escritos por Martín Rodríguez que dan pie al tema de inicio, “Homenaje”. La propuesta clara: el disco de principio a fin, un relato completo. Las pantallas acompañaban con un excelente trabajo visual y narrativo que daba a las canciones una corporalidad propia. Siguió, obviamente, “En lo Profundo”, con la incorporación de Matías Romero en violín. El violinista, que sería parte de varios temas en la noche porteña, aportó un color absolutamente necesario al despliegue de la banda, incluso con tramos “distorsionados”, una pieza fundamental durante el show.
Una de las invitaciones de peso llegó con el corte del disco, “El Duelo”. Originalmente grabada con Nico Bereciartúa en el estudio, en Flores quien subió a tocar con los Poseidótica fue Lucy Patané, una de las guitarristas más virtuosas de nuestro rock. Junto con ella, otro de los “invitados” que fue parte de la mayoría de las canciones del show, Federico Espasandin con su acústica. El resultado fue un clímax a 4 guitarras y bajo, dialogando entre sí, apoyados en el tiempo imperturbable del gran Walter Broide en la batería, motor total del relato musical.
El quinto disco continuó su camino desandando todas sus canciones, con Santiago Córdoba sumándose en “Tecno-Logia” desde las pistas en ese cuento de distopía steampunk que anticipa el ocaso del álbum. Cerraron este primer tramo del show “Tyler” y “La Gema” con Romero y Espasandin sumándose en violín y acústica.
Luego llegarían algunos clásicos del grupo instrumental: “Los Extraños” y “El Dilema del Origen” abrieron esta segunda parte del show. Ya promediando la primera hora, Poseidótica lograba algo que uno pensaría complejo para un grupo que prescinde de las líricas: entretener. El cuarteto, lejos de ser un grupo de música para músicos, es ante todo divertido de escuchar. Su capacidad para crear paisajes, relatos, tramos coreables, la hace apta para todo público, popular. Una virtud para nada envidiable para las bandas del género. Mención aparte para el corto animado que acompañó “El Dilema del Origen”, otro factor que indica una banda que piensa el show de forma íntegra para ser visto, oído y sentido.
Eugenio De Luca: “Poseidótica tiene una identidad melómana muy fuerte”
Habría tiempo para un invitado más, Pipe Correa, de Los Espiritus, que se sumó a hacer “Xantanax”, del disco Crónicas del Futuro (2011) y nos regaló junto a Poseidótica un trance afrobeat precioso. Para que no nos quedemos con las ganas, Pipe se quedó para hacer “Viaje de Agua”, momento Woodstock de la noche. Quedaría tiempo para algunas piezas más. El cierre sin bises fue con “Cyberpunk” y la rockera “VideoGame”.
“Quien hubiera dicho que aquellos jovencitos formados a fines del 2000 iban a llegar al teatro Flores”, expresó Rodríguez algunas canciones de este cierre. Un hito, un logro que tiene razones bien claras. Poseidótica llegó a Flores con una propuesta instrumental popular. Un invento raro y trabajado minuciosamente durante más de veinte años. La banda estuvo a la altura, brindando un show de altísimo calibre ante un Flores que tuvo una excelente convocatoria. Aquellos jovencitos formados a fines del 2000 han logrado algo que no muchos logran, conectarse con su público solo con música, dejando las palabras para otro momento.
(*) Conductor de Resistiendo con Ideas (Lunes a viernes de 20 a 21 horas)
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