Por Fidel Fourcade *
En la carrera del cronista abundan los fiascos y las coberturas promedio que se hunden en un mar de reseñas que intentan (sin éxito) salvarse a manotazos, tratando de poner verbos y adjetivar, donde no hay mucho para decir sobre las bandas que normalmente cubrimos.
Si durante nuestra insulsa vida presenciamos al menos un evento como el del viernes en la noche en Acuña de Figueroa 1030, podemos decir “yo estuve ahí ese día, cuando eso sucedió”. Estoy frente a la crónica de mi vida, por lo que prometo defraudar y ofender. Así fue la noche de La Gede Negada.
Muchos shows en la Ciudad y sus alrededores suelen quedar atrapados en lo que en el gremio llamamos “La Parábola de la Brahma Caliente” (PBC). En términos sencillos que hasta un libertario podría entender, hablamos de lugares con toda la dotación técnica correspondiente para que ocurra un buen show, con asistencia más que el promedio y una banda dispuesta a tocar.
Muchas veces por la falla de uno de estos tres elementos, lo que podría ser un show memorable queda sumergido en las tinieblas del olvido, cómo cuando con mucha expectativa pagamos una botella de cerveza y al llegar a nuestras manos ésta se encuentra caliente. Un fiasco que se pudo evitar: el sonidista y la gente del lugar defraudaron a la banda y sus asistentes.
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Paciencia con este sketch
El Emergente era el marco perfecto, la asistencia era más que respetable, no así el público y la banda dispuesta en un formato mutante. ¿Mutante? Teclados/Syntes, cantante y guitarra en un comienzo, que luego pasará por varios instrumentos hasta el punto de confundirte lo suficiente al punto no poder identificar que estaba sucediendo.
Lo primero que uno piensa al ver tal disposición es: “que atrevidos estos pibes de no tocar con baterista, deben creer que son buenos”. Luego uno recuerda las inclemencias que significan tener uno en la banda, recopilando testimonios y el famoso SDB (Síndrome del Baterista). Lo cierto es que La Gede resuelve muy bien, el beat es acaso una excusa percusiva, un malentendido romántico de golpes que sustenta su musicalidad de forma eficaz.
El show de la banda de las periferias de la ciudad comenzó a metros de las 22:00 horas. Un subidón contundente a la noche en la que ya se había presentado previamente La Picantovich. Con un primer set de canciones originales y un par de declaraciones de principios, La Gede Negada, avanzó a paso firme hacia las 23:00 momento culmine de la noche donde con un puñado de cumbias de antaño no dejó burra sin mover. Apoyados en Rochi Ruack desde las teclas como punto de partida para crear el clima gediento, la lista tuvo desde una versión en bolero de “La Cobra” a un popurri que recuperó clásicos de la cumbia ideal para treintañeros. Lucho Navarro mostró su amplitud para tocar desde el fuelle a guitarra o bajo, y con Nicho Sicilia encabezando los versos románticos y tropicales.
La Gede Negada es una banda ecléctica (eso diría alguien que está muerto por dentro o que no hizo un taller de escritura en su vida) que mezcla lo mejor de los dos mundos: la gedencia de los éxitos tropicales con la contundencia de sus composiciones variopintas. Además, el trío se encuentra grabando lo que será su primer registro sonoro y el primer precedente mundial del nuevo género musical: Latino-Electro-Romántico.
(*) Columnista de Resistiendo con Ideas (Lunes a viernes de 20 a 21 horas)
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