El artista Leandro Manzo presentará su muestra Dibujos este viernes 7 de junio en el Museo de Artes Visuales Víctor Roverano de Quilmes (Av. Rivadavia 498) que se podrá visitar hasta el 30 de junio de este mes. Son 57 obras que Manzo trabajó en los últimos tres años.
“Son trabajos que empezaron en pandemia, que hice a lo largo de los últimos tres años. Muchos de ellos habían quedado en cajones y los retomé. Hicimos la selección de 57 obras sobre un total de 269 dibujos que como característica común son todos en blanco y negro”, apuntó Manzo.
“No hay ningún trabajo que requiera mayor explicación, hay un apoyo en lo gráfico. Hay temas pesados que me alegra poder expresarlos y hacerlo hasta desde el humor”, detalló.
Leandro Manzo tiene un largo recorrido donde se entrelazan la vocación artística con eje en el dibujo, la militancia política en el peronismo y la docencia. Nació en 1950 en Río Gallegos, Santa Cruz, al año de vida su familia se instaló en Quilmes lugar donde vivió hasta los nueve para luego regresar a Río Gallegos. Su primera muestra fue en esa ciudad, en el año 1966, una muestra de dibujos organizada por la Secretaría de Cultura de ese municipio. “También dibujos en blanco y negro”, recordó Manzo.
Su vida patagónica se extendió hasta 1978, para luego regresar a Quilmes en una vida donde la militancia lo cruzó con un personaje que luego tendría cierto relieve posterior llamado Néstor Kirchner y tantos otros militantes, muchos de ellos víctimas del terrorismo de Estado. Al propio Manzo también le tocó atravesar una temporada en la cárcel como parte de esa militancia en la década del ´70.
Acerca de la obra contó: “trabajé con pocos elementos, lapiz negro, grafito, tinta, pura o aguada. El papel es un medio frágil y delicado, reacio a las correcciones. Eso reduce las posibilidades de enmienda y esa particularidad hace también que la obra tome a veces su propio rumbo, que siga un camino no previsto”.
“Algunos los terminé con pocas modificaciones en muy poco tiempo, pero otros tienen muchas horas de trabajo”, agregó.
“La persona que ve los dibujos puede pasar rápido por delante de los dibujos y quizás solo ver manchas grises o negras, no hay una búsqueda de la espectacularidad. Son historias que requieren tiempo de lectura. El dibujo es una herramienta del pensamiento”, concluyó Manzo sobre la obra.
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