Los fines de semana de febrero regresan las murgas y los festejos a las calles porteñas. Los días 11, 12, 18, 19, 20, 25 y 26 de febrero se celebrará el Corso del barrio de La Boca en Av. Patricios al 1900. Facundo Carman, Director de Los Amantes de La Boca, inauguró su columna “El Corso Emplumado”, por Radio Gráfica, para brindar toda la información e historia del Carnaval.
A modo de repaso histórico, explicó: “Durante la dictadura militar, el gobierno había sacado el feriado de carnaval y las murgas de todas maneras salían a las calles. En plena dictadura, la pregunta era por qué no desaparecía el carnaval. La conclusión era que se trata de algo que llevamos en nuestros orígenes y que no hay decreto que pueda borrar la fiesta popular”.
“Nos pusimos a investigar, y es verdad, el carnaval tiene una historia previa, del Asia y Europa antigua, primero resistido y luego aceptado por el cristianismo, pero la cosa es que cuando entra a América de la mano de los españoles y portugueses, el carnaval inmediatamente se transforma y se hace un carnaval americano, con mucha influencia de los pueblos originarios y de los esclavos. El carnaval es muy africano, es impresionante el parecido con los bailes africanos. Y esa mezcla increíble fue conformando el carnaval que cada ciudad luego transformó según sus características. Porque no es lo mismo el carnaval boliviano, que el colombiano, que el del Río de La Plata”, continuó.
“El nuestro se trata de un carnaval descontrolado, donde también se decía que los tamboriles de los negros llegaban a las casas de los hacendados y durante esos cuatro días valía todo. Fundamentalmente durante los siglos VIII y XIX, hay crónicas de viajeros de la época que cuentan como la clase alta se horrorizaba”.
Además explicó que “las comparsas de esa época escribían letras a favor de Rosas. Luego él prohíbe el carnaval en la vuelta de Obligado que fue en febrero, porque la idea era que no se metan los espías franceses e ingleses en ese descontrol, fue una prohibición estratégica ante la invasión. Tras la caída de Rosas también intentan frenar el carnaval, y recién en 1869 vuelven las comparsas de manera más organizadas en las calles céntricas de Buenos Aires”.
“Se trata de una mezcla increíble, una mezcla milagrosa de razas, credos, donde participaban absolutamente todos”, finalizó.
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