Hector Tessey, veterano de guerra y capitán retirado que integró el Grupo de Artillería 3 durante la Guerra de Malvinas, relató para el programa Malvinas 40 Historias, emitido por Radio Gráfica, su rol como docente de la Escuela Militar y la Universidad de la Defensa Nacional. El análisis sobre la guerra, la importancia del informe Rattenbach y el camino que se les marca a los nuevos estudiantes, tanto civiles como militares.
Lucas Molinari: Quiero arrancar con estos 40 años, ¿Cómo los estás viviendo como veterano?
Héctor Tessey: Desde varios planos. En lo personal sumamente demandado, atareado y trabajando. En mi actividad de docencia, en el colegio militar y en la escuela de guerra del ejército, donde trabajo de investigación sobre Malvinas, se le sumó mucha demanda de entrevistas, de congresos, de simposios, seminarios, un par de publicaciones en forma de libros, varios artículos. El año 82 me ha tenido corriendo de un lado para el otro.
LM: ¿Mucho más que otros años?
HT: Si, pero con mucha alegría y mucha satisfacción. Lo que sí veo, en general, es que en la sociedad hay un redoble de interés sobre Malvinas y los 40 años han llevado a multiplicar la presencia de las Islas. Te diría que potenció la Causa Malvinas en la sociedad.
Defino a la Causa Malvinas como lo efectivo, lo sentimental, lo sanguíneo, el corazón, lo que vemos y escuchamos las Malvinas son argentinas. Autos, ploteos, banderines, tribunas de fútbol, en todas partes.
LM: Nos trajiste un libro hermoso, Malvinas, 40 años. Testimonios sobre la guerra del Atlántico Sur”, contanos sobre este libro.
HT: Esa obra fue una iniciativa de la editorial Taeda de Mario Montoto, cuyo gerente es un compañero mío del Liceo Militar, Gustavo Gorris. Allá por abril del 2021 me llamó y me dijo que querían hacer un libro de los 40 años de Malvinas a través de testimonios humanos, vivencias, experiencias, miedo, alegrías, fracturas, traumas, pero nada de guerra, nada de combate, nada táctico, solo humanos.
Le dije que gracias por la invitación y me agarró el cuiqui normal. Pero felizmente ellos tienen un equipo de gente muy profesional, desde Nacho Canepa, el editor en jefe, periodistas, fotógrafos y administración. Laburaron como equipo y así lo dije el día que presentamos el libro en la Universidad de la Defensa Nacional. El desafío de este libro era que 22 testimonios lograran representar a 24 mil veteranos de guerra.
Por supuesto que cuando sacas un libro de estas características con 22 testimonios nada más, va a haber uno de los 24.000 que van a decir por qué no estoy yo o fulano. Pero llevó un año de largo laburo, de primero seleccionar, de convocar, de entrevistar y de que todos entiendan y entendieron con enorme agrado cuál era el sentido del libro.
“El desafío de este libro era que 22 testimonios lograran representar a 24 mil veteranos de guerra”
Ahí vas a encontrar oficiales de las cinco fuerzas, suboficiales de las cinco fuerzas, soldados de las tres fuerzas, vas a encontrar civiles de vialidad, de gas del Estado, hombres y mujeres, etc.
En cuanto a las mujeres había que encontrar una mujer de cada fuerza. Encontré a la única veterana que estuvo en Malvinas que está en el libro, después tenemos las instrumentadoras que estuvieron a bordo del Irizar en la radio de Puerto Argentino que eran del ejército, y mujeres en el mar que fueron las radiotelegrafistas de los buques mercantes. La mayoría de ellas eran alumnas de la Escuela Nacional de Náutica movilizadas y puestas arriba de un barco, lo que no es menor ahí está Marcia Marchesotti, que tenía 18 años cuando estaba arriba de un barco navegando el Atlántico Sur.
De los 22 deben haber 19 o 20 desconocidos, en términos de que es gente que no había sido convocada, no había sido entrevistada, que no tenía figuración mediática ni en prensa, ni en libros y en ninguna parte. Nosotros los llamamos los mudos, afectuosamente, porque eran los que no habían hablado hasta ahora.
Hay dos que son muy conocidos como Pablo Carballo, piloto de la fuerza aérea, y Silvia Barrera, una de las mujeres veteranas. La demás gente, agradece haber estado y además realmente, me parece que cumplimos el objetivo que esos veintidós representen a los 24 mil.
LM: Es también lo que estamos haciendo acá. Abrir el micrófono. Se trata de ello.
Juan Natalizio: Con Héctor siempre nos quedamos cortos porque podríamos hablar de su participación de Malvinas, del informe Rattenbach, de defensa, de un montón de cuestiones. Si nos vamos a 1982, dabas clases en el Colegio Militar, hace 40 años, pero también te encontró como oficial. Contanos un poco de tu participación en Malvinas ¿Cómo fue tu abril del 82?
HT: Tenía 26 años. Era instructor en el Colegio Militar de los cadetes de cuarto año, del último año de artillería. Justo el viernes 2 de abril iba al colegio muy temprano, salía como a las cinco de la mañana porque me tocaba cubrir desde ese viernes hasta el viernes 9 el servicio de oficial de semana.
Los que han hecho la colimba saben de qué se trata, los militares también, pero se trata de un servicio que va de viernes a viernes donde un oficial se hace cargo de la vida durante toda la semana de la gente que está en el cuartel o internado que era el colegio. Me enteré por la radio, llegué al colegio, había gran alegría, algarabía y sorpresa por todas partes.
JN: Además el 2 de abril fue un viernes.
HT: Exacto. Ese día se iban los que tenían franco y yo me quedaba el fin de semana con los sancionados o los que se quedan voluntariamente y demás. Por supuesto lo primero que pasó es que no se sabía que pasaba, hasta que el director, el fallecido general Lucena, hizo una reunión de oficiales al mediodía.
Nos dio la noticia oficialmente, el general director del colegio, que era un hombre con los pies sobre la tierra y nos dijo que entendía la alegría de todos nosotros, pero que no podía ser bueno. Nos dijo “esto puede presagiar un enfrentamiento bélico con el Reino Unido y si es así, no vamos a sacar la mejor parte”.
Que alguien te diga eso, el 2 de abril, era para decirle derrotista y traidor. Sin embargo, el tipo tuvo razón. No sólo eso, sino que uno de los caídos de combate, el Teniente Martella, hijo de otro general, era yerno del general Lucena. Además de ver que la cosa venía torcida la sufrió en carne propia en su familia.
Los cadetes de cuarto años salieron francos, se fueron como todos los viernes. Pero a la semana siete se decidió que esos cadetes de cuarto año sean promovidos a la jerarquía de subtenientes en comisión y enviados a las unidades. Todavía no sé por qué.
Me pareció que fue una medida irracional porque había tanta gente en el país, que sacar doscientos pibes mas no tenía ningún sentido. Se les cortó la carrera. Se les truncó una etapa muy importante de su formación que empezaban a tener responsabilidades en la organización interna en el colegio. Salieron el 7 de abril, me quedé sin mis alumnos, y los oficiales de cuarto año, que éramos tres, fuimos movilizados a unidades del Ejército.
LM: Estos cadetes que fueron ascendidos, ¿qué edades tenían?
TH: Tenía 26 y era instrucción. En esa época el promedio estaría en 22 o 23. Los más chicos por ahí 19. En mi caso, me recibí con 20 como Subteniente.
JN: Miguel Lamadrid tenía 20.
TH: Había gente muy joven. Tenía veinticuatro cadetes. Con cinco de ellos me fui a Paso de los Libres el 8 de abril. Con dos de esos cinco terminé combatiendo en la batería en los días de junio, que fueron los más pesados en Malvinas.
JN: Para destacar. Muchos de ellos terminaron en Malvinas al frente de una sección, quiere decir, frente a cuarenta hombres. Y la mayoría, podría decir todos pero siempre hay una excepción, pero la mayoría con una actuación destacada.
HT: El otro día estábamos hablando con Rosana Guber, estábamos haciendo otro proyecto de investigación que fue adjudicada la semana pasada, de ciencia y técnica orientado a Malvinas, los famosos PICT, en donde con un equipo de catorce, que ella lidera, vamos a reconstruir dos combates importante en la defensa de Puerto Argentino. El combate de Monte Longdon y el combate de Tumbledown para investigar sobre mando y la logística del combate.
Por supuesto que no sólo hay que meterse en los dos combates, sino en toda la defensa de Puerto Argentino para poder entender todo. Veíamos dos cosas, la primera es que muchos subtenientes en comisión o cadetes movilizados a unidades terminan siendo jefes de una sección en combate. Un delirio absoluto. Poner a un pibe absolutamente inexperto con gente a la que no conocían para llevar adelante el combate. La esencia del mando es el conocimiento y la confianza entre jefes y subordinados. Sin embargo, te diría que todos los que les tocó entrar en combate se destacaron. Algunos son Lamadrid, Jiménez Corbalan, Peluffo. Se me van los nombres, pero no hay uno que entró en combate y salió rajando. Ninguno. Hay que estar enfrente a cuarenta tipos a los que conociste hace dos meses y que vos digas vamos y te sigan.
JN: Muchos de esos soldados eran lo que se llama soldado antiguo.
TH: Era más canchero el soldado que el subteniente. Impecable como funcionaron. Mejor que muchos oficiales de más años porque en toda guerra hay de todo. Gente que pone el pecho y gente que se raja.
LM: Sobre el informe Rattenbach. Trabajaste mucho en el gobierno de Cristina para que se desclasifique, ¿Por qué es tan importante ese informe?
HT: Ese informe es importante porque, en principio, gracias a la desclasificación que hizo Cristina en 2012, es el único informe público y oficial del Estado Argentino que analizó y evaluó las responsabilidades en la conducción del conflicto. No hay otro. Esto le da una categoría superior.
Fue hecho por seis oficiales superiores retirados de dos décadas de Fuerzas Armadas. Si bien tenían algún grado de contaminación por la participación política anterior al 82. Rey había sido integrante de la Junta. Los otros habían estado en algún lugar. ¿Qué militar argentino no estuvo durante el siglo 20 en algún golpe? Sin embargo, Rattenbach era el más aséptico de todos ellos, el más antiguo, pero además, era un tipo muy preparado no sólo en lo militar, sino también intelectual.
Rattenbach es el primer sociólogo militar argentino y diría hoy, que es el único de peso realmente, por eso no se le da pelota. Porque se metió a investigar la sociología militar y empezó a encontrar cosas que a los otros militares no les gustaba que se dijera de ellos.
LM: ¿Cómo cuáles?
HT: Las roscas que se armaban para facilitar y lubricar los golpes cívico militares. Eso significaba perjudicar la disciplina, el equipamiento, la capacitación profesional. Es decir, poner un militar en una acción política es sacarlo de lo profesional. Por lo tanto, el profesional se iba a resentir.
Rattenbach sabía que cuando se pusiera a analizar y evaluar las conductas de los responsables se iba a encontrar estas falencias porque los mandos del 82 habían sido oficiales superiores que habían participado del 55 en adelante en todos los golpes. Meterse en un golpe significa “me olvido de la milicia y me dedico a hacer algo por lo cual no me capacite nunca”. Así terminan todos los golpes. Mal.
Rattenbach logró que estos seis oficiales no solamente sintonizaran y se centraran en el trabajo de analizar y evaluar, sino que además decidieron hacer un trabajo en profundidad consciente con metodología de historia militar.
Es para analizar hechos de guerra, no solamente el combate, sino la preparación del país para la guerra, las doctrinas, tanto de mando como de conducción, el accionar conjunto de las Fuerzas Armadas, que no hubo, por esto de que los militares que hacían las cosas que hacían y después escribían muchas que no cumplían.
Rattenbach analizó todo eso, obtuvo todas esas experiencias, y las tomó como lecciones aprendidas para corregir errores. Además tipificó las faltas o delitos cometidos. Contrario a lo que se dice, el informe no juzgó a nadie, sino que tipifico y dijo “este delito en el código penal le corresponde tal cuestión, a esta falta el código de justicia tal cuestión”. Lo dejo ahí para que después alguien haga esas cosas, pero lo importante es que se metió, no solamente en lo táctico y técnico estrictamente profesional militar, sino que empezó por el nivel político y bajó hasta el nivel táctico.
LM: Eso hoy se trabaja dentro de las Fuerzas Armadas.
HT: Se empezó a trabajar hace dos o tres años. Cuando hicimos toda la movida para desclasificar el informe en 2015, hice una tesis de maestría en defensa nacional sobre cuál había sido el impacto del informe Rattenbach en los institutos militares donde se forman civiles y militares para la defensa. Desde los básicos del colegio militar hasta lo más alto, que es la escuela de defensa nacional, que generó Perón allá por los 50.
El primer repaso que hice en los acontecimientos, entre el 2012 y el 2016, arrojó que el impacto de la desclasificación de Rattenbach fue cero, nadie lo usó para nada.
LM: Esa responsabilidad ¿fue del Ministro de Defensa? ¿de la Fuerzas Armadas que se manejan de manera autónoma?
HT: Siempre hay de todo un poco. Es decir, no hay un solo responsable. Porque la desclasificación de Rattenbach generó un escenario conflictivo, que describí en el artículo que publiqué en la revista científica de la Undef hace dos años.
Cuando se desclasificó un sector de la academia, de la sociedad, de los veteranos, dijeron “por fin vamos a tener un documento oficial del Estado argentino que muestre no solo los errores sino los delitos”. Los abusos, los abusos de poder, lo que se conoce como los estaqueos, el terrorismo de estado en las islas. Y el otro sector, el más dictatorial, el sector más de derecha, más militar, al ver que Rattenbach se metía con las cosas militares y marcaba errores, dijeron ‘esto es muy duro. Nos hace quedar mal’.
Entonces, empezaron a denostar los dos sectores porque Rattenbach no muestra tortura, ni terrorismo de Estado, ni estaqueos, ni nada de eso. Rattenbach es un documento muy objetivo, muy crítico, todo lo que muestra te lo investiga y fundamenta. Como a nadie le servía, lo tiraron.
Además, marcaba errores puntualmente de los militares en la aplicación de la doctrina militar para la conducción de la guerra. Estamos hablando de Galtieri para abajo, del comandante de teatro de operaciones, del comandante de componentes terrestres. Jofre, Menéndez, Lombardo, todos los que por ahí anduvieron dando vueltas y les marcaba las falencias y lo dejaron de lado. Como diciendo “no mostremos esto, mejor lo guardamos”.
A tu pregunta de si se usa o no se usa: se empezó a usar hace dos o tres años a lo mejor, pero no está todavía masivamente. Todavía en la Escuela de Guerra, hasta el año pasado, he tenido alguna discusión con algún otro profesor más viejo de si mostramos tal cosa o no. Y yo siempre digo que el que no quiera mostrar, que me avise que yo sí lo muestro.
LM: Sobre todo uno piensa, sin ser militar, y sin conocer muchas cuestiones de las instituciones militares, qué utilidad presente para el futuro tiene eso. Este momento de crisis a nivel mundial nos has enseñado y has dado charlas de geopolítica. Hoy tenes a Vladimir Putin ofreciéndole armas a los países que defienden la multipolaridad, eso es un llamado a un nuevo orden mundial.
HT: Sin duda, pero lo importante de Rattenbach es que estudiemos la guerra pasada. No porque la próxima va a ser igual, no hay dos guerras iguales, pero estudiemos para no reiterar los errores cometidos.
En la guerra entre Rusia y Ucrania se ven cosas parecidas, errores, a los cometidos en Malvinas, sobre todo cuando uno dice por qué morían o por qué murieron generales rusos en el frente. Eso obedece, cuando analizas, a qué doctrina de mando está utilizando esa fuerza armada. A partir de ahí podés justificar o entender por qué mueren generales en primera línea o por qué no mueren.
JN: Pensando en la actualidad. Sos oficial retirado combatiente de Malvinas, enseñas en dos escuelas muy importantes dentro de las Fuerzas Armadas, pero también te relacionas, y no es menor, con la parte civil, porque no puede haber defensa solo para militares, ni solo para civiles. ¿Cómo está la defensa hoy? ¿Qué tenemos que empezar a tener presente al día de hoy de nuestra defensa nacional?
HT: Lo que ha venido pasando con la defensa es que, durante mucho tiempo, la dirigencia política no le dio pelota a la defensa. Uno de los errores es que no tenemos hipótesis de conflicto. Nadie vive en un mundo rosa o celeste. Hipótesis de conflicto hay siempre. El punto es si la querés transformar en hipótesis de guerra o no. Esa es otra historia.
Hoy tenemos un conflicto. Tenemos un pedazo de nuestro territorio ocupado, así que no jodamos. Pero el próximo conflicto va a ser la Antártida. Malvinas está casi consolidado, pero el que está transitando ahora es el del Atlántico Sur, y el que viene es la Antártida. Conflictos tenemos.
“El próximo conflicto va a ser la Antártida”
La dirigencia política durante mucho tiempo ignoró esto creyendo que no había conflicto, pero además si esto lo estudiamos, yo estoy haciendo el doctorado en defensa nacional ahora, lo estudiamos en el doctorado a partir de cómo se relacionan los militares con los políticos en términos de instrumentos militar con fuerza y poder política con fuerza política.
Uno tiene fuerza efectiva y el otro fuerza política. Esa interacción fue estudiada mucho por los norteamericanos, porque después de la Segunda Guerra Mundial, las fuerzas armadas norteamericanas eran el ejército más poderoso de la historia. Entonces empezaron a estudiar cómo debía funcionar la relación entre dirigencia política y militares para que ambos conserven el lugar que deben conservar en el orden occidental. A partir de las constituciones que tenemos, tanto Estados Unidos, como nosotros, hay un instrumento militar de la defensa subordinado al poder político para que no se vaya de mambo y haga un golpe como hacían los nuestros.
Los norteamericanos dijeron vamos a hacer esto y determinaron dos situaciones. Una es que vamos a llamar a los militares y vamos a hacer interactuar para que se mantengan sintonizados con las necesidades políticas y les damos los recursos. La otra postura era encerrarlos en un cuartel para que hagan lo suyo y nosotros acá le damos los recursos necesarios y le planteamos los objetivos y que ellos se preparen. Eso decidieron los norteamericanos.
En Argentina, después del 83 y con la experiencia de los golpes, la dirigencia política se dedicó, al margen de creer que no había conflictos, a cortar el chorro logístico a las fuerzas armadas para que no tengan fuerza y no haya otro golpe. Error.
“La dirigencia política se dedicó a cortar el chorro logístico a las fuerzas armadas para que no haya otro golpe”
LM: ¿Fue una decisión nuestra o de los británicos que pactaron con los argentinos en los tratados de Madrid?
HT: Siempre hay dos cosas. Siempre hay dos veredas. Por supuesto que Menem nos entregó atados de pies y manos. Pero también la dirigencia en el plano interno diría que aprovechó la situación para decir “estos están metidos ahí, no joden, no pueden levantar la cabeza, que se queden ahí adentro”. En cualquier caso, la conveniencia de uno terminó afectando a todos.
LM: Cuando se planteaban préstamos para Argentina uno siempre veía que aparecían items escondidos que decían “menos presupuesto para las Fuerzas Armadas”. Uno se da cuenta que lo del soldado Carrasco es una consecuencia y justificación de algo que ya estaba decidido de antemano, los tratados de Madrid.
HT: Y ni hablemos del desmantelamiento de la industria militar, el proyecto Cóndor, los tanques, los submarinos, los barcos, los cañones.
JN: Lo que acabas de decir es central. Cuando se habla de empresas del Estado, que son fundamentales en cuestiones soberanas porque lo del Cóndor era completamente estratégico. Así un montón de cuestiones, aviones, buques, submarinos que quedó todo en chatarra. Pero ¿qué posibilidades hay de recuperación de al menos de algo de eso?
HT: Por ahí mi posición pasa a lo mejor por un análisis académico, pero trato de ser objetivo y crítico con algunas cosas, en términos de ver posibilidades, de hacer cosas. Hay gente que dice, sobre Malvinas, que “dos días más y ganamos”. Yo digo que Argentina no iba a ganar nunca la Guerra de Malvinas. Entonces me tildan de cipayo derrotista, de entregado, de vendepatria. Estoy analizando desde el punto de vista de la política y del accionar militar si íbamos a ganar o no. Estados Unidos no iba a permitir nunca que Gran Bretaña fuera derrotada por nosotros. Jamás. A partir de ahí empezamos a hablar de otras cosas.
“Estados Unidos no iba a permitir nunca que Gran Bretaña fuera derrotada por nosotros. Jamás”
El condicionante para empezar a hacer algo no es solamente la guita, porque desarrollar algunas cosas fáciles como un cañón por ejemplo, tenemos proyectos de cañones, que si hubiéramos seguido trabajando, hoy tendríamos la artillería de campaña con el material más eficiente y moderno del mundo y esto no es un agrandada. Se habla de Obus M777, calibre 155 que se usa en Rusia, que le dieron los canadienses a los ucranianos como el super arma de artillería de campaña clásica.
El proyecto nuestro que se llama Cala 30 era superior a eso, y era del año 84. No lo hacemos por decisión política. Para mi pasa por decisión política.
LM: Tenés que ir a hablar con empresarios que forman precios también.
HT: Todo es decisión política. Después hay que ver los costos de la decisión política.
LM: Es proyecto nacional.
HT: Es Proyecto nacional, es industria nacional, no jodamos.
JN: La cuestión de los recursos naturales son cuestiones también para defensa
HT: Absolutamente. Por eso tenemos que tener presencia en el Atlántico Sur porque no es solo es la pesca, son minerales, hidrocarburos, es todo eso. Entonces hagamos cosas. El litio es estratégico de acá a luna, y tenemos que tener cuidado con las cosas estratégicas porque si no, van a venir otros y se la van a llevar. Decisión política.
“Tenemos que tener presencia en el Atlántico Sur porque no es solo es la pesca, son minerales, hidrocarburos, es todo eso”
LM: En tu tarea como docente ¿cómo ves que pega esta discusión que estamos teniendo acá en los nuevos militares?
HT: Dos planos. Los más chiquitos, que son los cadetes del colegio militar, recién están iniciando su carrera como oficiales, y tienen una avidez inagotable por Malvinas. Quieren saber y quieren entender. Quieren conocer.
Los oficiales alumnos de la Escuela Superior de Guerra están empezando a querer saber y meterse. Por esto que hablábamos de los errores cometidos. Les digo a ellos que los errores, si bien generaron alguna derrota, en términos académicos un error no es un fracaso, sino una oportunidad de aprender, y así trato de que vean Malvinas.
Me parece que están pasando un proceso de transición, los oficiales más grandes, para ver si empiezan a sentir esto que decíamos al principio, que el poder político le da los elementos o las herramientas necesarias, para llegar a un buen grado de profesionalismo necesario para ser eficientes en su tarea. Los que vienen del medio civil e inician en el Colegio Militar, vienen con todas las ganas de aprender, de ver, de saber y de querer.
JN: Tenías soldados a mando, y tenés a tus soldados escuchándote a 40 años ¿Qué les dirías?
HT: Gracias. Gracias por haber sido lo que fueron porque realmente el espíritu de la Batería C y sin aquellos soldados no hubiéramos hecho nada. Son los que entregaron todo. Gracias, también, a los suboficiales que estuvieron allí que fueron realmente el apoyo necesario para que pudiera hacer lo que creía que tenía que hacer. Gracias a todos ellos.
- Entrevista realizada por Lucas Molinari y Juan Natalizio en Malvinas, 40 Historias (Martes de 14:00 a 15:00 horas).
- Colaboración de Carolina Ocampo
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