Por Carlos Aira (*)
Dejamos que pasen algunas horas de un final trepidante. Hasta para quienes no tenemos un corazón puesto en alguno de los cuatro clubes que definieron la competencia, la trama final del campeonato 2022 quedará en el recuerdo con letras de molde. Una tarde con vaivenes increibles. Cuatro grandes protagonistas. Realidades deportivas e institucionales diferentes. Las tribunas que jugaron su partido y lo más importante: no sucedió lo que esperaban las mayorías. No hubo entrega por parte de Independiente y River. Lo que existieron fueron arbitrajes polémicos. También un penal… un penal que quedará en el recuerdo y será motivo de debate.
En estas Apiladas vamos a analizar lo que pasó antes y durante los partidos. También lo podría pasar en los cuatro clubes.
LA PREVIA. Como todos sabemos, el fixture no se sortea. Fue una determinación de la Liga Profesional que en la última fecha del campeonato, Boca Juniors reciba a Independiente y Racing Club a River Plate. Cuatro realidades contrapuestas. Sobre todo, en la Avellaneda roja y en Núñez.
El run-run interminable de las redes sociales era claro: Boca ya era campeón porque Independiente no iría al frente. Nunca le permitiría a Racing – que recibía a River, que también perdería – consagrarse campeón. Hay una realidad que la inmensa mayoría de los hinchas desconoce. Este fútbol poco tiene que ver con el vivido en los años 90s o comienzos de este siglo. No nos estamos yendo muy atrás en el tiempo. ¿Que pasó? El fútbolista es mucho más profesional, pero también tiene un vínculo casi nulo con el público. Cierto amateurismo ya no existe.
Por otra parte, la Liga fue muy clara: el espectáculo-negocio del fútbol necesita que ambos clubes vayan al frente. La línea bajó muy clara. No sólo a dirigentes, también a representantes. En la Avellaneda roja, la asumida conducción del club fue explícita: los jugadores debían ganar en la Bombonera.
El tema arbitraje siempre es polémico. Darío Herrera fue designado para Boca-Independiente; por su parte, Pablo Echavarría sería el árbitro de Racing Club-River Plate. En la Boca vieron con buenos ojos la designación: Herrera había dirigido dos finales exitosas: la Copa Argentina 2021 y la Copa 2022. Cuando Echavarría fue designado, en Avellaneda se prendieron las alarmas. En Avellaneda recordaban el partido ante Sarmiento cuando se sintieron perjudicados por un penal a favor del equipo local y un supuesto penal no sancionado sobre Copetti. Echeverría había sido el árbitro del trepidante Racing 4-3 Central. Si bien la Academia se llevó los tres puntos, nadie quedó conforme con su arbitraje.
En la previa, parecía que la pulseada arbitral la había ganado Boca. La realidad, es que dentro del campo de juego, sobre todo por lo visto en Avellaneda, quedó flotando una idea de perjuicio al campeonato xeneize.
GANADORES Y PERDEDORES. Un operativo policial de 6.000 efectivos alrededor de dos canchas separadas por unos pocos kilómetros. Boca Juniors 50 puntos, Racing 49. El campeonato dependía del líder, pero dentro del verde césped, Independiente pareció otro equipo a la versión 2022. El equipo de Falcioni jugó un partido intenso e inteligente. Los Diablos Rojos han sido uno de los grandes ganadores del fin de semana pasado: limpieron su imagen, recuperaron grandeza perdida y Racing no se consagró campeón. La directiva encabezada por Fabián Doman comenzó su recorrido con un triunfo que salió de la galera.
River está que arde. El triunfo in-extremis ante Racing fue el cierre perfecto del ciclo Gallardo. En los ocho años y medio que dirigió a River Plate jamás un rival le dio una vuelta olímpica en la cara. Pero no todos están contentos con el triunfo. Un sector de socios entiende como una traición haber logrado un triunfo que permitió el éxito de Boca Juniors. Otro sector, más juvenil y cercano al oficialismo, invocó el slogan del club: vivir con grandeza. Las aguas no están calmas en Nuñez. Luego de la derrota ante Rosario Central, con Marcelo Gallardo despidiéndose, el público-cancha brindó su veredicto con una feroz silbatina hacia el presidente Jorge Brito. Consultado para estas Apiladas, un histórico socio del club, muy disgustado por el triunfo de su equipo en Avellaneda, expresó: “Si los jugadores son tan profesionales, ¿Por qué lloraban y no pudieron levantar las piernas contra Rosario Central? No tengo dudas que Gallardo quería ganar para colgarse la medalla del Fair-Play y como los directivos no opinan, ya tiene la llave del club. El presidente solo va a jugar el papel de Bob El Constructor del estadio más grande del país apoyado por los medios. Pero somos nosotros quienes tenemos que aguantar a Boca dos veces campeón en el año“.
Pero el gran perdedor es el Racing Club. Una jugada, en este caso un penal, quedará en el recuerdo. Antes del domingo, eran pocos los hinchas de la Academia que confiaban en la posibilidad de campeonato. Eran quienes descontaban que Independiente no obtendría un buen resultado en Avellaneda buscando un perjuicio para el eterno rival. Como la realidad fue otra, el penal – muy dudoso – sancionado por Echavarría le brindó a la Academia tener el campeonato a sólo once pasos.
Acá comienza la polémica del penal. El paso de vodevil de varios jugadores profesionales a quienes les pesó una responsabilidad. ¿Que pasó? ¿Quien debió patear el penal? Polémica antigua. Jonathan Galván tomó una responsabilidad que lo sobrepasó. Racing perdió un campeonato que caló profundo en las estructuras institucionales. Hoy, está todo en duda. El fútbol profesional y toda la estructura institucional. Ni Fernando Gago ni Víctor Blanco se han pronunciado. Los hinchas merecían algún tipo de explicación. Perder un campeonato no es un delito, es algo que hay que remarcar. Pero el golpe ha sido muy duro.
¿Como continuará la vida deportiva de Racing? Ha sido el equipo que más puntos logró en el año, pero se quedó con las manos vacias. Tiene una chance en la Copa de Campeones, pero una nueva derrota puede ser un revés intragable. La realidad es que Racing no ganó ningún partido clave del 2022 (salvo, Atlético Tucumán). Empató sin goles ante Boca por la Copa y el Campeonato; fue eliminado de Copa Argentina y Copa Sudamericana por rivales de inferior jerarquía (Agropecuario y River de Montevideo). Para colmo, la imagen final es el penal ante River Plate
BOCA JUNIORS, UN GRAN CAMPEON: El club de la Ribera ha sido el gran ganador del 2022. Campeón de la Copa y la Liga. Curioso caso: un equipo doble campeón que está en la picota. La cátedra – los sabiondos de pantalla y redes sociales – no le encuentran muchas virtudes. Es cierto: no es un equipo preciosista, pero letal en sus individualidades. Y tiene algo fundamental: gana los partidos que tiene que ganar.
El fútbol profesional de Boca es un enigma. Desde la salida de Miguel Ángel Russo, el equipo es dirigido por el Consejo de Fútbol. Cuando Sebastián Battaglia pretendió vuelo propio, fue despedido de una forma poco elegante. A la usanza de los años 80s, a Boca lo dirige la Subcomisión de Fútbol. En pleno campeonato se deshizo de su capitán (Carlos Izquierdoz) y el Consejo tuvo un conflicto frontal con la figura del equipo, el arquero Agustín Rossi. Es más, contrataron a Chiquito Romero. Así y todo, las piezas funcionan. Sin brillo. Sin lustre.
Los juveniles son otro tema para analizar. Para la cátedra, el mercado de pases 2022 fue deficitario. En el peor momento – a diferencia de otros clubes – los pibes entraron y respondieron. Sin dudas, Alan Varela es la gran revelación de la temporada (junto a Fattori, de Huracán). Los goles de Luca Langoni fueron determinantes en momentos claves. Gonzalo Morales y Luis Vázquez aparecieron con goles en partidos decisivos. Ahí están Aarón Molinas y Agustín Sández. Boca construyó un equipo importante con mucho futuro.
Pero sobre todo, y es increíble que haya que remarcarlo, Boca es un justo campeón.
(*) Periodista / Conductor de Abrí la Cancha.
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