Por Leonardo Martín
Los números fueron contundentes en una elección récord en participación en la historia de Independiente. La lista Agrupación Independiente Tradicional encabezada por el tridente Fabián Doman – Néstor Grindetti – Juan Marconi cosechó el 72% de los votos de los casi 16 mil socios que se acercaron a la sede social del club haciendo ocho cuadras de cola y con más de dos horas de espera. En segundo lugar quedó Claudio Rudecindo con el 14,75% y lejos en la tercera colocación Fabián Mazza, la continuidad del oficialismo, con el 13,62%.
De este modo concluye el ciclo Moyano en Independiente que lo tuvo al frente del club desde 2014, con luces y sombras, con un final de mayoritario de rechazo a la gestión. Paralelamente se abre uno nuevo que tiene a dirigentes de relieve del PRO como protagonistas destacándose el intendente de Lanús, Néstor Grindetti, y el diputado de Juntos por el Cambio Cristian Ritondo en la lista que tuvo a Fabián Doman como cabeza visible. Algunos posteos posteriores de dirigentes PRO resaltaron el triunfo como una antesala de las elecciones nacionales de 2023 haciendo énfasis en el latiguillo de haber desplazado a las “mafias sindicales”. Existe innegable presencia PRO, pero también que es una lista que tiene paisanos de diferentes pueblos.
¿Cómo explicar el resultado? ¿Cuál es el balance de la gestión Moyano? ¿Qué se puede esperar del futuro de una institución que hoy cuenta con un pasivo de 4.600 millones de pesos con un presente deportivo alejado de los viejos momentos de gloria del club? ¿Es real y posible la amenaza de una posible transformación en una Sociedad Anónima Deportiva? ¿Cuál es la presencia del PRO en las listas? Vamos por partes.
EL CICLO MOYANO, DEL APOYO MASIVO AL RECHAZO
El 17 de diciembre de 2017 Hugo Moyano fue reelecto con el 89% de los votos en la cúspide del reconocimiento por una primera gestión donde las mejoras en el club habían sido visibles. Todo ello coronado con la obtención de la Copa Sudamericana en el Maracaná ante Flamengo con un equipo con el cual hubo una identificación plena que hizo carne el lema de esos días: compromiso, actitud e intensidad. ¿Qué pasó para que ese reconocimiento se transformara en un rechazo masivo en poco más de cuatro años?
Hugo Moyano tomó las riendas del club a fines de marzo de 2014 cuando comenzaba a zozobrar la posibilidad de regresar a la Primera División en la estadía de Independiente en la B Nacional. Fue tras una dura derrota ante Sarmiento en Junín cuando el campeonato entraba en la recta final donde un Javier Cantero agobiado por la crisis institucional, deportiva y financiera entregó el manejo del club y adelantó el llamado a elecciones. En junio de 2014 Hugo Moyano, acompañado de su hijo Pablo, de Yoyo Maldonado y junto a otros dirigentes que hoy son parte de la lista de Doman, ganaron las elecciones con un apoyo del 70%.
El período entre 2014 y diciembre de 2017 fue de recomposición del club en todos los aspectos. Deportivamente logró el ascenso a la Primera División, jerarquizó al plantel acertando con la compra de jugadores. Con ciertos vaivenes deportivos lógicos era palpable el crecimiento.
El manejo del fútbol tuvo una coherencia en la elección del perfil de técnicos –vocación ofensiva, buen trato con la pelota- incorporando jugadores que rindieron como Nicolás Tagliafico, Emiliano Rigoni, Maximiliano Meza, Martín Campaña, Ezequiel Gigliotti, Nicolás Domingo, Leandro Fernández, Víctor Cuesta, el Torito Rodríguez, entre otros, sumando también a inferiores a Alan Franco y Ezequiel Barco.
También fue un período donde se terminó la construcción del estadio que la gestión Julio Comparada había dejado a mitad de camino, se hicieron obras en la sede social de la Avenida Mitre en pésimo estado, los predios del club mejoraron al igual que los balances. Los números comenzaron a mostrar un presente más holgado con un plantel valorizado. La gestión fue reconocida con el 89% de los votos en diciembre de 2017, mismo momento en que comenzó la debacle posterior.
En el lapso de un año y medio siguente se cometieron todos los errores posibles en los mercados de pases con un progresivo desgajamiento de la Comisión Directiva con alejamientos que comenzaron a pocas semanas de asumir. En cuanto al mercado de pases los desaciertos comenzaron en enero de 2018, con Ariel Holan como entrenador, extendiéndose hasta mediados de 2019, este último responsabilidad de Sebastián Beccacece. Millones de dólares mal invertidos en los pases de Cecilio Domínguez, Fernando Gaibor, Jonathan Menéndez, Christian Chávez, Francisco Silva, Alexander Barbosa, Sebastián Palacios, Gonzalo Verón, entre muchas apuestas fallidas.
La estampida del dólar durante el último tramo del gobierno macrista abultó los pasivos y con ello los incumplimientos, las salidas conflictivas y juicios. Varios de ellos llegaron al TAS, máximo tribunal de la FIFA para dirimir los conflictos en el mundo del fútbol. Todo en un período donde también los ingresos de los clubes disminuyeron por la pandemia de coronavirus para darle un tono de mayor complejidad al cuadro. En el descalabro económico surgido allí está la principal razón de los 4.600 millones de pasivo según el último balance y las limitaciones que arrastró en el último período para jerarquizar el plantel. En definitiva el aspecto deportivo es la principal variable del humor de socios e hinchas.
Es cierto también que el segundo tramo del gobierno de Macri hubo una persecución abierta sobre la familia Moyano, especialmente con Pablo, con causas judiciales que involucraron a Independiente y a personajes como Bebote Alvarez (que el día de la elección se lo podía ver en el local de Claudio Rudecindo). Las movidas políticas aportaron a ensombrecer el recorrido del club en ese período, sumando arbitrajes que levantaron sospechas en esos días.
De la expectativa de lograr la octava Libertadores en poco más de un año los resultados pasó a gravitar futbolísticamente en la mediocridad con los ciclos de Beccacece, Lucas Pusineri, Julio Falcioni, Eduardo Domínguez e interinatos mayormente de Fernando Berón. Es cierto, con dureza para los ojos, lo más destacado fue Falcioni en un plantel con bastantes limitaciones.
En todo ese período, apenas iniciado el segundo mandato, comenzaron a darse las renuncias, pedidos de licencia y el pasaje al ostracismo de muchos de los dirigentes que integraban la Comisión Directiva. De un manejo de poder con preeminencia de la familia Moyano, la mesa chica de decisiones se fue reduciendo hasta concentrar todas las decisiones en los dirigentes camioneros. Varios de los marginados y automarginado terminaron integrando la lista encabezada por Fabián Doman, entre ellos Daniel Seoane, Carlos Montaña, Ricardo Cirielli y el propio Cristian Ritondo.
La suspensión de las elecciones previstas para diciembre pasado agudizaron la percepción de gran parte de los hinchas de aislamiento y bronca que los malos resultados alimentaron. Vale refrescar los sucesos para evitar confusiones. La Junta Electoral del club observó la lista Agrupación Independiente Tradicional (Doman) por no contar con la documentación actualizada lo que generó que presentaran Doman y Ritondo presentaron un amparo judicial que puso las elecciones en suspenso y con varios meses de disputa. La resolución siempre siempre debió ser política, pero tuvo capítulos judiciales que forzaron la negociación política mientras el oficialismo ganaba tiempo esperando una mejora deportiva que cambie el clima o un acuerdo con sectores de la oposición que llegaron a tener algunos avances del cual el propio Doman fue parte, rápidamente desautorizado por su espacio político.
Por último, el armado de la lista por la Agrupación Independiente tuvo vaivenes y falta de tiempo para presentarse como una opción que no fuera la continuidad del moyanismo. Allí convergieron sectores del peronismo y kirchnerismo, entre los cuales estuvieron Gustavo López directivo del ENACOM, Baldomero Cacho Alvarez, Emmanuel González Santalla de La Cámpora, Sergio Palazzo, Alejandro Colia, por mencionar algunos. Encabezó ese espacio Javier Mazza, que tuvo en el pasado vínculos con Julio Comparada, pero que básicamente es una figura totalmente desconocida para los socios del club y sin tiempo para instalarse. Una derrota anunciada.
¿LLEGÓ EL PRO A INDEPENDIENTE?
Como en toda lista para un club de fútbol de las dimensiones de Independiente, en el armado de listas suelen convivir dirigentes de diferentes extractos políticos en martingalas tácticas. En este caso se ve una preeminencia de dirigentes del PRO en los puestos de mayor relieve. Los saludos posteriores de Horacio Rodríguez Larreta, Patricia Bullrich y María Eugenia Vidal confirman que el PRO aprovechó el alto impacto que genera un club como Independiente para mandar un mensaje hacia 2023. Declamaciones que en algunos integrantes de la lista que no pertenecen al PRO generan molestias. Capítulo aparte, la interna PRO tuvo su capítulo en Independiente en donde Horacio Rodríguez Larreta, siempre por lo bajo, fue apuntado por un rol vidrioso por sus compañeros de partido.
Entre las figuras del PRO que son parte de la lista están el intendente de Lanús y precandidato a gobernador bonaerense, Néstor Grindetti, como vicepresidente 1° y Cristian Ritondo que en los festejos tomó un rol protagónico. Está Christian Urreli, identificado con el PRO, y hermano de Adrián Urreli, diputado bonaerense y el propio hijo de Grindetti, Pablo.
También hay dirigentes como Ruben Conde, de origen radical, hoy parte de Juntos por el Cambio y la particular presencia de Carlos Montaña, actualmente hombre de confianza de Sergio Berni en el ministerio de Seguridad bonaerense y en su momento dirigente de Kolina, fuerza de Alicia Kirchner.
Rápidamente, Doman salió a despegarse públicamente del PRO: “No ganó el PRO, ganó una lista que se presentó a una elección con dos integrantes que están porque son hinchas fanáticos de Independiente. El Pro no nos dio nada y no tiene porque darnos nada”. Sumado a ello adelantó que van a restituir los carnets de socios a detenidos desaparecidos durante la última dictadura cívico militar.
Vamos a terminar con cada uno de los negocios de las mafias sindicales. La Argentina de las patotas se termina en 2023. https://t.co/BKpkfb8JxN
— María Eugenia Vidal (@mariuvidal) October 3, 2022
Una consigna del oficialismo en la campaña electoral fue que la lista encabezada por Fabián Doman venía a convertir a Independiente en una Sociedad Anónima Deportiva (SAD) que pese a impulsos en el pasado no lograron materializarse en el fútbol argentino. Solo algunas pocas experiencias sin mayor relieve. Vista la voluntad de participación por parte de los socios, aún más alta que en 2011 en las elecciones que ganaron los místicos con Javier Cantero a la cabeza, no parece haber margen para avanzar en una opción de esas características.
Es cierto que la flamante Comisión Directiva va a enfrentar un panorama muy complejo en lo económico con un endeudamiento muy alto por pases (el América de México como principal acreedor) y contratos que no se pagaron, juicios que afrontar, renovaciones de contratos de jugadores importantes del plantel y la necesidad de reforzar el equipo para darle mayor competitividad. ¿De dónde va a salir ese dinero? Contactos seguramente no faltan, aunque siempre suelen quedar en una situación opaca esos “inversores” que aparecen no solo en Independiente, sino en todos los clubes de fútbol. Nadie regala nada. Por lo pronto, el cambio de aire seguramente favorecerá la posibilidad de un sponsor para la camiseta, espacio que en los últimos años ha estado mayormente vacío.
Independiente arrastra tres décadas de gestiones que no estuvieron a la altura de la historia del club. Años sin un proyecto de largo plazo, desmanejos económicos, decenas de incorporaciones inexplicables y con una pérdida de identidad de una institución que fue emblema por largo tiempo de prolijidad institucional, éxitos deportivos y con una vida social que lo integraba con la comunidad de Avellaneda, Lanús y sur de la Ciudad de Buenos Aires.
En las palabras posteriores a conocerse el resultado de la elección Fabián Doman dijo: “Somos conscientes del apoyo a un cambio, pero también somos conscientes de que no es un cheque en blanco y que vamos a tener que revalidar este apoyo cada 24 horas en nuestra gestión”.
Si no hay resultados y hechos que permitan ver una mejora del club, el 72% que cosechó en esta elección la Agrupación Independiente Tradicional se evaporará como el 89% que obtuvo Hugo Moyano en 2017. El margen en Independiente es cada vez más chico en la paciencia en una masa societaria que pide hechos por sobre las palabras y las promesas.
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