El economista del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz, Nicolás Pertierra, señaló la necesidad de reducir la incidencia del bimonetarismo en la economía argentina y advirtió que “lo más duro” vendrá para fin de año cuando el FMI exija que se cumpla la meta de la reducción al 2,5% del déficit fiscal.
En diálogo con Vivian Elem, Rodolfo Colángelo y Jorge Benedetti de radio Gráfica, Pertierra dijo que el bimonetarismo, es decir la dependencia del dólar, debe reducirse porque “está claro que si no se empieza en algún momento nunca se va a resolver en un largo plazo. Hay que pensar en instrumentos concretos en el corto plazo que vayan en el sentido de reducir su incidencia”.
“Todos los países periféricos tienen una restricción presupuestaria del gobierno, pero también una restricción externa. En nuestro caso, todos los dólares que genera la economía provienen en gran medida de un solo sector y por eso hay que diversificar las exportaciones. Además, a la demanda de importaciones le sumamos una demanda para ahorro, es decir para cumplir funciones que debería cumplir nuestra propia moneda”, analizó.
Por otra parte, indicó que el acuerdo con el FMI “hasta ahora no viene siendo un impedimento, me parece que lo más duro se va a venir sobre fin de año cuando el FMI diga vos igual, como sea, tenés que cumplir con la meta del 2,5% del déficit”.
El economista también se refirió al proceso inflacionario y en ese sentido opinó que “está muy extendido en todos los sectores de la economía. Me cuesta pensar que con controles, inspecciones y multas se contiene una inflación de estas características. Está claro que el proceso inflacionario excede por mucho a lo que se puede hacer con poner gendarmes en cada negocio. Yo pondría el acento en un programa de estabilización, que es lo que está faltando”.
“El aumento de precios de las últimas semanas fue por si se venía una devaluación y una suba en los costos, que no se terminó generando”, agregó.
Añadió que “hoy estamos en una situación de nivel de actividad en un punto intermedio, entre lo que estábamos entre 2019 y 2018. Y en el medio hubo un endeudamiento fenomenal y la pandemia. Lo que viene para adelante es el crecimiento que podemos estar atravesando, no sé si hoy, pero sí los últimos meses. Hay que ver en qué medida se puede sostener en el tiempo”.
Al respecto mencionó las trabas que puede encontrar ese crecimiento y puso el énfasis en la “escasez de dólares. Para ponerlo en números, crecer 1% del PBI implica que las importaciones crecen un 3 por ciento. Esta relación es la que complica a la Argentina y hace pensar que para adelante ese crecimiento no se iba a poder sostener y se generaron las tensiones que estamos viviendo”.
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