Por Carlos Aira (*)
¡Salud, querida hinchada de la Gráfica! Como siempre, agradecerles todas las muestras de cariño que recibimos en Abrí la Cancha. Las Charlas de Tablón están calando profundo. Así lo demuestran las miles de reproducciones que tienen los videos de Carlos González (Racing) y Alejandro Converti (Lanús). ¡Qué lástima que no grabamos a Toni Santos (Independiente) y Aldo Ottaggio (Boca)! ¡Qué giles que fuimos! Lo que sacamos en limpio es que el público futbolero está cansado de un periodismo de lobby, que en muchos casos trata de subnormales a los hinchas, y quiere sentirse reflejado con historias con el sello propio de cada tribuna pero con un hilo conductor general: somos todos hinchas de fútbol.
Ahora sí, nos metemos en las Apiladas…
ROMAN-MASSA. UNA ALIANZA SILENCIOSA: La semana pasada ha sido muy intensa para ambos protagonistas. Por un lado, Sergio Massa fue empoderado como superministro de Economía. Facultades que tal vez – con todas las diferencias del caso – haya tenido Domingo Cavallo en tiempos menemistas. Por su parte, Juan Román Riquelme pasó su semana más complicada desde que es (vice)presidente de Boca Juniors.
El Consejo de Fútbol parece ser el talón de Aquiles de Juan Román. La conjunción de malas negociaciones y sueldos altísimos parecen haber colmado la paciencia del pueblo xeneize. Como señalamos, la salida de Sebastián Battaglia fue ingrata. A eso se le sumó el increíble affaire Almendra. El juvenil había sido separado por el ex entrenador pero respaldado por el Consejo de Fútbol. En el momento de renovar contrato, Chicho Serna se quedó dormido y no concurrió a la reunión con el futbolista y su representante. Increíble pero real. El ingenio popular bautizó a los ex futbolistas – mano derecha operativa y de extrema confianza de Román – como el Consejo del Sueño.
Pero en Abrí la Cancha buscamos la segunda jugada. La política xeneize arde. Aún falta más de un año para las elecciones, pero la oposición – sin nombres – comienza a esmerilar la figura de Riquelme. El ataque es mediático. Fuerte y preciso. Se conjuga la política del club y la política nacional porque Mauricio Macri desea retomar el control de Boca Juniors. Román y Macri son enemigos declarados. Un odio recíproco, con mucho de piel. El ex-presidente de la República jamás olvidará el famoso Topo Gigio en 2001. Tampoco que Riquelme haya sido la sorpresiva piedra angular de la derrota de su espacio en las elecciones boquenses de 2019.
Hagamos memoria. Román se retiró del fútbol en 2014 vistiendo la camiseta de Argentinos Juniors. En 2011 había coqueteado con la política de Boca con su posible apoyo a Jorge Ameal – candidato de la oposición – pero ese apoyo quedó en la nada. La situación cambió en 2019. Hay una fecha clave para comprender esta historia. El 11 de agosto de 2019 se realizaron las PASO que determinaron candidaturas presidenciales. La fórmula Alberto Fernández-Cristina Fernández arrasó con el 47.7% de los votos. Muy lejos quedó el oficialismo (Mauricio Macri-Miguel Pichetto), con el 31.8%. Con la derrota de Mauricio Macri garantizada en las elecciones de octubre, comenzó un proceso político para golpear a Macri en las elecciones de Boca Juniors, que iban a realizarse el 9 de diciembre. El candidato Cristian Gribaudo no levantaba pasiones y la derrota en Madrid parecía una cruz, pero el macrismo parecía encaminarse hacia una nueva reelección. Pero el 31 de octubre de 2019, un bombazo paralizó al mundo Boca: Juan Román Riquelme sería candidato a vicepresidente en la lista de Jorge Ameal. Daniel Angelici, entonces presidente, se quedó sin reacción. En aquellos días se preparaba el partido despedida del 10, que iba a realizarse el 12 de diciembre. La jugada maestra, pergeñada desde el aparato kirchnerista, tuvo la venia de Sergio Tomás Massa. Sin su aprobación, Román jamás se hubiera tirado a la pileta de la política.
El vínculo Román-Massa surgió en Tigre, el pago chico de ambos. Su gran relación es un secreto a voces. Es tan fuerte que en marzo pasado, el entonces presidente de la Cámara de Diputados de la Nación tuvo que negar que haya sido quien metió a Román en el mundo de la política xeneize, que en cierta forma, es hacerlo jugar en la política nacional. Pasó mucha agua desde 2019. Demasiada, tal vez. Lo que parecía imposible hoy es una realidad: Román está atravesando una crisis. ¿Cómo jugará Sergio Massa en este 2022? Existe una certeza: No lo va a dejar a pié. Más allá de los desatinos del Consejo de Fútbol que eligió Román.
¿MUNDIAL SUDAMERICANO? El miércoles pasado, en el mítico estadio Centenario de Montevideo, se realizó la presentación de la precandidatura de cuatro asociaciones (Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay) para la organización de la Copa del Mundo 2030. A 100 años del primer mundial, organizado por Uruguay, la carta nostálgica será regresar la Copa del Mundo a este lugar del mundo.
Pero las cosas han cambiado. Como he escrito en Héroes en Tiempos Infames, aquel Mundial de 1930 se realizó en Uruguay por varias razones políticas. Por un lado, la idea internacionalista que pretendía brindarle Jules Rimet – presidente de FIFA – al evento. Una primera Copa del Mundo en el confín del mundo era una muestra cabal de esa idea. Por otra parte, la fuerte cancillería argentina operó a diestra y siniestra para torcer voluntades. Un siglo más tarde, la situación es mucho más compleja. El Mundial de Fútbol es uno de los eventos más esperados por la humanidad y ha dejado de ser un mero evento deportivo. En 2026 será el mundial del NAFTA (North American Free Trade Agreement), por lo tanto lo organizarán Estados Unidos, Canadá y México. En 2030 las precandidaturas son conjuntas. Por un lado, sudamérica (Argentina – Chile – Paraguay – Uruguay); pero también están los proyectos de la península ibérica (Portugal – España) y otro formulado por Grecia – Turquía y Arabia Saudita.
Un detalle: en Montevideo no estuvo presente Claudio Tapia. En representación de AFA viajó Rodolfo D´Onofrio – uno de los vicepresidentes de la casa – , y el Ministro de Turismo y Deporte, Matías Lammens. El principal orador del evento fue Alejandro Domínguez, titular CONMEBOL, quién declaró: “FIFA debe asumir esta responsabilidad. En la acción para recordar los 100 años del Mundial nos vemos muy partícipes. Debemos consensuar y que nos reconozcan, porque hay una deuda histórica. La posibilidad de la apertura de Uruguay, luego Argentina, Paraguay y Chile, es el sueño de un continente. Sudamérica entiende que el fútbol tiene que reconocer y no disputar. Habrá más mundiales, pero 100 años se cumplen una vez y se debe volver a la casa”.
Más allá del toque romántico y nostálgico, la posibilidad de organizar el Mundial 2030 en Sudamérica dependerá de las condiciones políticas y económicas de la región. Mientras tanto, vamos analizando como juegan los tableros globales.
EL LIBRO DE LA UNION NACIONAL DE CLUBES DE BARRIO: Dejamos esta buena noticia para el cierre. El martes pasado se presentó el esperado libro con la historia de la Unión Nacional de Clubes de Barrio. La obra fue realizada por ese enorme periodista – y mejor compañero – que es Osvaldo Jara. Un libro necesario para comprender la lucha de los dirigentes que mantienen en pie a una célula organizativa fundamental de la sociedad argentina como son los clubes.
El teatro Roma de Avellaneda estuvo repleto. Muchos dirigentes deportivos mezclados con la política. Un detalle que sería bueno comprendan ciertos representantes de la política: los clubes no ofrecen contención. Ese cliché es una cruz para nuestras instituciones. Los clubes son educación y formación. Cuando los políticos se quieren servir de los clubes y el deporte quedan muy expuestos. No lo digo por lo sucedido en la presentación del libro donde estuvieron presentes los intendentes Marina Lesci (Lomas de Zamora) o Nicolás Mantegazza (San Vicente) surgidos de la Unión de Clubes de Barrio.
La política tendría que leer el libro de Osvaldo Jara; bajarse un poco del pedestal, dejar las frases hechas de lado y aprender de políticas deportivas. ¡No saben el favor que le harían al pueblo argentino!
Bueno cusifais, la seguimos en la semana con las dos ediciones de Abrí la Cancha!
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