Petróleo, gas, carbón. Los datos reales. La infraestructura alternativa que construye Rusia. El apoyo de China para garantizar la Iniciativa de la Franja y la Ruta. El sentido profundo de la acción del bloque anglosajón, narrado por un militar estadounidense.
Por Gabriel Fernández
Un recorrido con datos precisos puede brindar claridad al panorama económico del conflicto en Eurasia. La mirada facilitará a los interesados, sea cual fuere su preferencia, elementos destinados a comprender el potencial de los involucrados y su influencia sobre el resto. Los interrogantes se dirigen a dos temas básicos: cómo puede conseguir Europa relevar los combustibles rusos y cómo lograría la Federación de Rusia nuevos mercados si el vínculo comercial se quiebra por bastante tiempo. En el cierre, una explosión desde adentro.
CALIDEZ. En la ecuación hay muchos factores. China –desde ya-, Turquía, Alemania, los Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Qatar, las naciones de Asia Central y hasta Oceanía, entre tantos. Es que el asunto del cambio climático (y su ariete, el calentamiento global), suena bien etéreo e inasible cuando cae la noche y es preciso calefaccionar millones de hogares. En la misma dirección, las energías alternas y las más potentes en desarrollo no alcanzan para relevar de un saque los combustibles fósiles a la hora de poner en marcha la producción.
The Washington Post admitió días atrás que en realidad “no hay suficientes alternativas a corto plazo para los hidrocarburos rusos” y no se podrá “evitar un gran dolor económico durante el próximo invierno si Moscú corta los suministros”. En este punto, blanco sobre negro: “En casi todos los escenarios, los próximos 18 meses van a ser una época angustiosa para Europa, ya que las repercusiones de los altos precios afectan en todo el mundo y los gobiernos luchan por alimentar sus fábricas, calentar sus hogares y mantener sus centrales eléctricas en funcionamiento”.
La Comisión Europea, que cuando deja de lado el festival de declaraciones extemporáneas aporta algunas certezas, estimó que seguirá dependiendo de los hidrocarburos rusos hasta 2027, pese a las sanciones destinadas a cesar cuanto antes los negocios con Moscú. Sus expertos apuntaron que no se podrá reducir la dependencia de gas ruso en más del 20 por ciento este año. En consonancia, la Agencia Internacional de Energía indicó que con grandes esfuerzos económicos, el Viejo Continente podría obtener 30 millones de metros cúbicos de fuentes no rusas. Si, un gran esfuerzo, porque además tendrá que abonar gas y petróleo a precio de oro.
La idea deslizada por los propagandistas para insuflar optimismo a la acción de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) impulsada por el bloque anglosajón contra Rusia en Ucrania es que la potencia liderada por Vladimir Putin se quedará sin recursos al carecer de compradores. Sin embargo, ya se acordó alzar los suministros a China a través del gasoducto Power of Siberia: de los 10.000 millones de metros cúbicos actuales se crecerá hacia los 38.000. El gigante energético ruso Gazrpom ya informó este mes que las exportaciones por esa vía crecieron casi en un 60 % entre enero y abril, en comparación con el mismo plazo del año pasado.
En simultáneo, Gazprom firmó días atrás un contrato para el diseño de un gasoducto que permitirá suministrar a China a través de Mongolia cerca de 50.000 millones de metros cúbicos de gas al año. Se estima que los trabajos de construcción arrancarán en 2024, mientras que su lanzamiento está previsto para 2027-2028. “Los volúmenes de las exportaciones rusas que actualmente fluyen hacia Europa pueden redirigirse a la región de Asia-Pacífico en su totalidad, lo cual exigirá un desarrollo activo de la infraestructura de exportación: la construcción de nuevos gasoductos y plantas de gas licuado”, informó el experto de Vygon Consulting, Iván Timonin. Vygon Consulting es un think tank moscovita que asesora al Gobierno.
Además del cambio en la política energética de Europa, han surgido factores de mercado que empujan a esa reorientación según Timonin, quien señala que en 2025 más de la mitad del crecimiento de la demanda mundial de gas natural procederá de los países asiáticos, en especial de China e India. En total, el consumo de gas en Asia-Pacífico aumentará en unos 160.000 millones de metros cúbicos con respecto a los niveles actuales hasta 2025, precisó. Durante el promocionado cónclave virtual efectuado la semana pasada por el presidente norteamericano con el ASEAN, Joseph Biden afirmó que sus miembros podrán contar con gas … si lo abonan a un precio conveniente.
Pero hay más. El gasoducto Soyuz Vostok, que conectará a Rusia con China atravesando el territorio de Mongolia, permitirá suministrar anualmente millones de metros cúbicos de gas al gigante asiático, anticipó el miércoles reciente el jefe de la energética Gazprom, Alexéi Miller. “El proyecto del gasoducto Soyuz Vostok es de una escala muy grande. Será la extensión del gasoducto ruso Power of Siberia 2 y permitirá suministrar cerca de 50.000 millones de metros cúbicos de gas anualmente al mercado chino, que es el que crece más rápidamente en el mundo”, dijo Miller.
En este contexto, el presidente mongol, Ujnaagiin Jurelsuj, subrayó que el proyecto ofrece beneficios económicos para las tres partes. “Este proyecto es mutuamente beneficioso tanto para Rusia como para China y Mongolia. En otras palabras, es un proyecto de escala euroasiática y sin duda tiene una gran importancia, dado que puede suministrar las riquezas naturales de Rusia a su socio económico: China”, indicó. Con ideas más claras que su nombre, señaló que el gas ruso no solamente supondrá una nueva dirección en la cooperación energética entre los países, sino que ayudará también a luchar contra los efectos negativos del cambio climático.
Según Gazprom, la longitud total del gasoducto Soyuz Vostok será de 962,9 kilómetros con un diámetro de tuberías de 1.400 milímetros. El proyecto prevé también la construcción de cinco instalaciones de compresión. “Con la conclusión del estudio de viabilidad, hemos pasado una etapa muy importante para la realización del proyecto y, al mismo tiempo, es el inicio de una nueva etapa. Es la transición hacia la fase de planificación”, señaló Miller. El presidente de Mongolia detalló que la conducción pasará por el territorio de cinco provincias del país, incluidas las proximidades de la capital, Ulán Bator, por lo que impulsará también el desarrollo regional.
Otra de las opciones para Moscú en caso de perder el mercado europeo, es aumentar los suministros a Turquía, país que desdeñó las sanciones antirrusas y rechaza la ampliación de la OTAN. Las capacidades de los gasoductos Turkish Stream y Blue Stream, que atraviesan el mar Negro, ya fueron cargados con 27.000 millones de metros cúbicos.
FOCOS. Como observará el lector, cuando se apaga la luz de la propaganda occidental, se enciende el poder de la realidad. Mientras toda esta planificación se despliega, la OTAN sigue presionando para que las naciones rechacen las importaciones de combustibles desde Rusia. El otro problema es que la Unión Europea depende en más de un 40 % de Rusia en su consumo de petróleo, según la Agencia Internacional de Energía. El bloque está considerando prohibir las importaciones de petróleo ruso y se ha comprometido a reducir en dos tercios su dependencia del gas ruso este año y de forma completa para antes de 2030, sustituyendo sus necesidades con suministros de otros proveedores y energías renovables.
En promedio, la UE consume cerca de 400.000 millones de metros cúbicos al año, de los cuales unos 155.000 los recibe por gasoductos desde Rusia. El segundo mayor proveedor es Noruega que normalmente satisface entre el 20 % y el 25 % del consumo europeo. El país escandinavo transportó 114.000 millones de metros cúbicos desde el mar del Norte el año pasado. Europa también recibe gas natural licuado de Qatar, los Estados Unidos, Nigeria, Argelia y Azerbaiyán.
Nadie se queda quieto. Según un borrador de estrategia energética de la UE al que tuvo acceso Bloomberg, el bloque planea reforzar su cooperación energética con varios países de África con el fin de sustituir las importaciones de gas y petróleo rusos. Conforme al documento, países como Nigeria, Senegal y Angola disponen de un gran potencial aún sin explotar de gas natural licuado. La Comisión Europea –órgano ejecutivo de la UE– planea comunicar este compromiso energético externo en breve.
NÚMEROS. Veamos los datos duros. Ellos están envueltos por el ascenso de las potencias Multipolares y las dificultades de las economías gobernadas por las corporaciones financieras. El lector podrá observar que el relevo de destinos configurará un enorme desafío infraestructural para Rusia; debería incluir en el análisis que China necesita el despliegue de esas obras para garantizar la plasmación de la Iniciativa de la Franja y la Ruta, que ya cuenta con enorme cantidad de adherentes. Si las presiones del bloque anglosajón persisten, es probable que entre la trama de aprovisionamiento que está construyendo Rusia y la red comercial que viene emplazando China, el resultado de la guerra de Ucrania sea una potenciación del bloque euroasiático y un fortalecimiento de la Multipolaridad.
De allí que en la edición anterior de nuestras Fuentes hayamos indicado que, con el curso de los acontecimientos y la ausencia de opciones plenas para la OTAN, el intento de cortar de un tajo nuclear el proceso en marcha se encuentre dentro de las posibilidades barajadas por Occidente.
Principales productores de petróleo en el mundo
En 2020, Rusia era el tercer mayor productor mundial de petróleo crudo después de Estados Unidos y Arabia Saudita. Sobre 2021 pasó a ser el segundo al producir 9,7 millones de barriles. La nación euroasiática exporta casi la mitad del total de petróleo que produce: 5 millones de barriles diarios fueron enviados al extranjero en 2020.
Europa es el principal mercado de Rusia para sus exportaciones de petróleo y gas natural y, por ende, su principal fuente de ingresos. En 2020, Rusia exportó 48 por ciento de su crudo a los países europeos, particularmente a Alemania (11%), Países Bajos (11%) y Polonia (7%). Otros receptores importantes del petróleo ruso son Finlandia (4%), Eslovaquia (2%), Italia (2%), Lituania (2%) y Hungría (2%).
Mientras que el resto fue enviado a Asia y Oceanía y a China. En la misma región, Corea del Sur recibió el 6% de las exportaciones de petróleo de Rusia, y Japón el 2%.
Otros países de Europa y Eurasia recibieron el 9%.
Y alrededor del 1% de las exportaciones totales de crudo de Rusia en 2020 fueron a Estados Unidos.
Combustible importado por la UE de Rusia
Al mismo tiempo, una parte significativa de las importaciones de petróleo y gas de la UE en 2021 provenían de Rusia: 27% de las importaciones de petróleo del bloque de 27 países. Rusia también suministra el 46% de las importaciones de carbón de la UE.
Europa es también el destino del 72 por ciento de las exportaciones de gas de Rusia. Alemania (16%), Italia (12%) y Francia (8%) lideran el consumo, seguidos por Turquía (6%), Países Bajos (5%), Austria (5%), Polonia (4%), Reino Unido (4%) y Hungría (4%).
Asia y Oceanía reciben el 11% de las exportaciones, y allí destacan China (5%) y Japón (4%).
Mientras que el resto de Europa y Eurasia se hacen con el 17% de las exportaciones de gas rusas, destacando Belarús (8%) y Kazajistán (5%).
El carbón que exporta Rusia
En 2019 Rusia produjo 482 millones de toneladas de carbón y es el sexto mayor productor del mundo, por detrás de China, India, Estados Unidos e Indonesia. Sus reservas, estimadas en 179.000 millones de toneladas, son las segundas más importantes en el planeta.
Rusia exporta este combustible a Asia y Oceanía (54% del total). Entre los principales compradores se destacan China (17%), Corea del Sur (12%) y Japón (10%).
Europa recibe el 31% de las exportaciones rusas de carbón, destacándose entre los compradores Turquía (7%), Alemania (7%), Países Bajos (5%) y también Ucrania (5%), ahora en guerra con Rusia.
El petróleo importado por los Estados Unidos de Rusia
Aproximadamente el 8 por ciento de las importaciones de hidrocarburos de EE.UU. provinieron de Rusia en 2021, de las cuáles solo alrededor del 3% era petróleo crudo. Ese año, EE.UU. le compró cerca de 245,2 millones de barriles de crudo y productos petroleros, su mayor nivel desde 1995, cuando comenzaron a registrarse esas operaciones.
El Departamento de Energía informó que en las últimas dos semanas de febrero las importaciones de petróleo ruso cayeron a cero debido a que las empresas estadounidenses cortaron los lazos con Rusia, implementando efectivamente su propia prohibición.
UNA BOMBA INTERIOR. La situación interna norteamericana es bien compleja. Como sucede de habitual, nadie mete el foco de la cámara en sus vicisitudes y toda la información queda barnizada por una fatigosa secuencia de declamaciones articuladas sobre la democracia, los derechos humanos, y vituperios lanzados contra los eventuales rivales. De vez en cuando, algunas voces se filtran desde su interior y alcanzan, parcialmente, a difundirse por el mundo. Lo logran con sordina, claro, y acompañadas por calificativos que buscan relativizar la autoridad del emisor.
El coronel y ex senador norteamericano Richard Black, acaba de hacer referencia a la actual estrategia militar estadounidense en coalición con Gran Bretaña: “Lo intentaron en Oriente Medio, y ahora lo están haciendo en Eurasia”. El coronel describió lo que significaría para su país hoy en día una guerra nuclear. “Teníamos razón en asumir el riesgo durante la crisis de los misiles en Cuba, en los 60, pero empezar una guerra mundial por Ucrania es una auténtica locura”.
Black fue entrevistado el pasado 26 de abril por la revista Executive Intelligence Review (EIR) a lo largo de una hora. Entre otras cosas denunció que los Estados Unidos inició la guerra en Siria, entregando armas a los terroristas de al-Qaeda, y haciendo que se desplegaran allí como “fuerzas sustitutas” para derrocar al gobierno de Bashar Al Assad a través de operaciones terroristas, tal y como lo habían hecho con anterioridad en Libia contra del gobierno de Muamar el Gadafi.
En contraste, este coronel del Ejército estadounidense sostuvo que Rusia aportó la fuerza aérea a solicitud del Gobierno legítimo de Siria con la finalidad de detener el avance de los terroristas. Pero no desplegó tropas de combate, mientras que los Estados Unidos ocuparon ilegalmente el noroeste y las zonas petroleras, “robando los recursos sirios con la deliberada intención de matar de hambre y frío a la población”. Fíjense: “Alepo –aseguró– fue totalmente destruida por los terroristas antes de que los rusos entraran en Siria. Lo mismo que está sucediendo ahora en Ucrania con los neonazis con la intención de culpar a Rusia”.
El militar estimó que los argumentos públicos norteamericanos carecen de sustento. “Rusia ya no es comunista. Es la nación más cristiana de Europa”. Los Estados Unidos, precisó, disponen de una estrategia militar para tratar de expandir su imperio en alianza con los británicos. “Lo intentaron en Oriente Medio, y ahora lo están haciendo en Eurasia”. Según Black, “Rusia movilizó sus fuerzas a Ucrania por extrema necesidad, justo en el momento en el que el Ejército ucraniano movilizó a una fuerza inmensa para invadir a las repúblicas autoproclamadas del Donbás”.
Su conocimiento de los conceptos bélicos sostienen el análisis. “Una fuerza invasora, como regla general, debe tener tres veces las fuerzas del país que está invadiendo, en tanques, aviones, tropas, etc., pero las fuerzas rusas tenían solo 160.000 en comparación con los 250.000 de Ucrania. A pesar de contar con el apoyo total de la aviación, se han negado a atacar Kiev, o cualquier infraestructura como energía, agua, trenes, etc., ya que las quieren intactas cuando completen su tarea declarada de desnazificación e impedir la ocupación de la OTAN. Su objetivo es liberar el Donbás”.
Qué interesante. Quien manifiesta su respaldo al gobierno sirio, quien considera justificada la acción anti nazi de la nación euroasiática, quien condena la acción imperial anglosajona, es miembro activo del Partido Republicano y respaldó la política internacional desplegada por Donald Trump en el período previo. Esto no resultó obstáculo para que los entrevistadores, temerosos de semejantes apreciaciones, lo calificaran como “derechista”. Es evidente que los mapas políticos necesitan una revisión acelerada.
Avancemos. El coronel Black manifestó en la entrevista, que sospecha que los misiles que hundieron el buque insignia Moskva procedían de los franceses en Mariúpol, ya que no se habrían confiado armas tan sofisticadas a los ucranianos. También señaló que el suministro masivo de armas que inunda a Ucrania acabará, como en otras guerras, “circulando hacia operadores terroristas de todo el mundo”. Desde aquí completamos: eso ya está sucediendo.
Luego develó aquello que advertimos recientemente: Denunció que dos senadores han propuesto en los Estados Unidos que se amenace a Rusia con un ataque nuclear, “lo cual sería una auténtica locura”.
El militar explicó, además, lo que significaría una guerra termonuclear en términos de la total destrucción de ciudades de Estados Unidos, en particular las zonas de Washington D.C. y el norte de Virginia, convertidas en una“masa incandescente de arena fundida sin vida”, y la destrucción de la reserva naval de portaviones y submarinos nucleares de Norfolk. “Tenemos que entender la gravedad de lo que estamos haciendo. Teníamos razón –dijo– en asumir el riesgo durante la crisis de los misiles en Cuba en los 60, pero empezar una guerra mundial por Ucrania es una locura”.
Muy claro: “A los Estados Unidos les importa un bledo Ucrania y el pueblo ucraniano. Su objetivo es Rusia”. Y fue más lejos: estimó que las muertes en Bucha se debieron a que los ucranianos mataron a quienes consideraban “colaboradores” de Rusia, ya que Rusia no tenía motivo para disparar a nadie mientras se retiraba. El video de los soldados ucranianos ejecutando a los prisioneros de guerra rusos atados es una muestra de quién realmente está cometiendo atrocidades. Dijo que había escuchado al administrador de un hospital ucraniano decir que su política era “castrar a cualquier soldado ruso herido que llevaran a su hospital”.
Al ser indagado sobre la razón por la cual ningún oficial retirado de alta graduación estadounidense había realizado una advertencia similar a la que él realiza, el coronel Black respondió que la calidad de los oficiales de alta graduación estadounidenses se ha deteriorado gravemente desde la década de 1990. En parte porque los presidentes los han investigado cuidadosamente para escoger belicistas (Trump -dice- fue una pausa parcial en ese sentido), pero también porque no quieren arriesgar las posiciones cómodas dentro del complejo militar industrial después de su retiro.
Desde los números planteados al comienzo hasta las apreciaciones político militares esbozadas sobre el tramo final de esta nota, deben formar parte del análisis.
- Area Periodística Radio Gráfica / Director La Señal Medios / Sindical Federal
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