Los trabajadores y trabajadoras de la industria cinematográfica marcharon ayer frente al Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA), en rechazo de la ley ley 27.432, promulgada durante el macrismo, que establece que el 31 de diciembre de 2022 vencen las asignaciones de los fondos específicos para el fomento de la producción del INCAA, el Instituto Nacional de la Música (Inamu), el Instituto Nacional del Teatro (INT), medios comunitarios, bibliotecas populares, entre otros.
Juan Mascaró, presidente de la Asociación Documentalistas Argentinos (DOCE) habló con Radio Gráfica sobre la protesta que el día de ayer fue duramente reprimida por parte de la Policía porteña: “Hay un sector muy amplio damnificado por la caída de los fondos, el teatro independiente, los músicos, las bibliotecas, radios y canales comunitarios. Hay mucho en juego para los medios comerciales, por eso fue importante la visibilidad que se logró. Asomó un poco por la represión que sufrimos, tal vez sin eso hoy todavía estaríamos tratando de difundir muy trabajosamente este reclamo por la soberanía cultural, para producir nuestra propia mirada de las cosas”.
Tras la agresión policial, el documentalista señaló que lograron “acceder a una reunión con el ministro de Cultura de Tristán Bauer y negociar tres puntos: La salida de (Luis) Puenzo del Instituto de Cine, que fue una gestión absolutamente continuista con las políticas de ajuste del Macrismo, la llamada de concurso a rector para la Escuela de Cine, y el tercer gran compromiso, que es llevar al Congreso la ley para evitar la caducidad de los fondos de fomento”.
El referente, además destacó: “En las políticas neoliberales la cuestión impositiva tiene la lógica de cortar lo que se llama asignación específica, es decir, un impuesto que se recauda que tiene un fin prefijado, y por ley va a una caja que no puede tocarse para otra cosa. Este un principio que el liberalismo combate, esto pasó con el deporte, que terminó con los deportistas sin poder viajar a las olimpíadas y haciendo rifas. Ese es el proyecto del neoliberalismo”, y aclaró: “El problema es que a fin de año el impuesto se sigue recaudando pero deja de ir al fondo asignado que tiene la cultura para instituciones autárquicas, que son estatales pero con independencia económica, que reciben esos fondos de la AFIP y los administra en distintos planes de fomento a la actividad”.
Contrariamente a lo que sostienen sectores de Juntos por el Cambio o del ala “libertaria”, como José Luis Espert, Mascaró aseguró: “No se sacan fondos de otras áreas. Estos impuestos se recaudan de la misma actividad. En estos casos hay una mezcla de malicia y desconocimiento. Hay una cuestión filosófica de fondo, lo que tiene de valor que haya radios comunitarias y cines nuestros es que la gente pueda discutirle con otras herramientas con tipos como Espert. Todos los debates que tienen que ver con la coyuntura están incluidos en la producción cultural, la formación de herramientas críticas para la observación de la realidad y para el debate, eso es el fondo de la cuestión”.
Al mismo tiempo subrayó que “la cinematografía en el 99% del mundo se subsidia, porque es una actividad costosa, la cantidad de espectadores que ve una película no llega a pagar su costo, hablo incluso de las películas más taquilleras. Todos los países que quieran tener cultura propia, la subsidian, primero por la defensa de la industria nacional, pero también por la característica financiera costosa, implica un riesgo porque es una producción artística. Esa es la razón por la que el Estado subsidia”.
Por último, el documentalista contó que tras una “dura charla con Bauer”, y la salida de Luis Puenzo del INCAA, “todo queda en una transición donde la gestión la tomaría el vicepresidente que es Nicolás Batlle, que fue parte de esa gestión pero con quien esperamos tener dialogo y cogobierno”.
- Entrevista realizada en Punto de Partida por Lucas Molinari y Leila Bitar
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