Por Gabriel Fernández *
Una puerta abierta al futuro. Con potentes coincidencias y previsibles discordancias, se concretó en Buenos Aires la XXII Conferencia de ministras y ministros de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac). A propuesta de México, y con admisión unánime, la Argentina asumió, a través del presidente Alberto Fernández, la titularidad pro tempore de la entidad.
Los 33 representantes de los 34 integrantes de Celac –la ausencia de Brasil estaba anunciada por el alineamiento extremo de su Gobierno- hicieron uso de la palabra tras la presentación de los cancilleres de la Argentina, Santiago Cafiero, y de Mexico, Marcelo Ebrard. Cafiero expuso los 15 puntos que nuestro país impulsa como programa de acción para la entidad regional.
Un repaso por las exposiciones permite observar una interesante confluencia y apenas un contraste pleno. Los expositores dieron cuenta de la lucha conjunta contra la pandemia, de las dificultades económicas que ahora deben afrontar y de la trascendencia de encarar juntos los desafíos.
Como detalle, quedará en el recuerdo el saludo final del representante de Santa Lucía: Hasta la victoria siempre. ¡Venceremos! Y la delicada exposición del delegado de Dominica, quien empleó como articulador argumental a Manuel Ugarte. Con esos pespuntes, se realzaron las posturas de Perú –equilibrada y firme-, de Bolivia –breve y contundente-, y de varias naciones de Centramérica y el Caribe bien plantadas.
Las posiciones más fuertes resultaron encabezadas por Nicaragua, Cuba y Venezuela, que denunciaron las agresiones sufridas y recordaron que la Celac debe ser un freno a la intervención externa sobre la región. Si se aguardaban réplicas de Uruguay y Ecuador, pese al alineamiento de sus gestiones conservadoras, no llegaron. Sus mensajes resultaron sobrios y saludaron a Mexico y a la Argentina, sin objeciones.
La voz disonante llegó desde Colombia. En verdad, la representante de ese país operó como vocera de los Estados Unidos dentro del encuentro. En una alocución que avergonzó al resto de los latinoamericanos y bien podría hacer lo propio con los mismos colombianos, reivindicó a la Organización de Estados Americanos, al Tratado del Pacífico, a los Estados Unidos.
En sintonía, acusó a “tres de los presentes” de violar los derechos humanos, narrando situaciones que en realidad se perciben claramente dentro de su nación. El rasgo dependiente de Colombia, quedó evidenciado al punto que, de no reconocerse el acento característico de la emisora, su decir podría haber sido lanzado desde algún gobierno de la OTAN.
En el conjunto quedó claro que hay diferentes conceptos de la Multilateralidad. También, que los países de América Central necesitan respaldo y confían en México y en nuestra nación. Fue profundo el reconocimiento a la administración que lidera Andrés Manuel López Obrador por haber revitalizado la Celac y amplio el respaldo a la Argentina en dos asuntos centrales: Malvinas y la negociación de la deuda externa.
Finalmente, hizo uso de la palabra el presidente Alberto Fernández. Afirmó que “se siente honrado por el reconocimiento de Argentina como articulador de diálogos”, y afirmó que “todos somos parte de una patria grande”, al participar en el Palacio San Martín del cierre de la XXII Cumbre de Cancilleres.
Fernández empezó apuntando las desigualdades sociales latinoamericanas. Puso de relieve que se trata de un continente fértil, donde la brecha entre ricos y pobres, que ya era la mayor del mundo antes del coronavirus, ahora se ha extendido.
Aseveró que la Celac “no nació para oponerse a nadie”, y destacó el rol de México para “revitalizar” el bloque regional. Además, afirmó que “no hay límites para la integración y los consensos”, y agradeció a los miembros de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños el respaldo dado a Argentina en los dos temas antedichos.
El jefe de Estado anfitrión apuntó que la acción solidaria debe comandar esta etapa, como marca el sentido profundo de la fundación de la organización, y recordó el antecedente del Grupo Contadora y del Grupo de apoyo a Contadora, así como la vigencia del Caricom y del Mercosur, que “sigue vigente pese a las diferencias, o quizás debido al manejo de las mismas”.
También indicó que “La CELAC no nació para oponerse a alguien, CELAC no nació para enfrentarse con algunas de las instituciones existentes, CELAC no nació para inmiscuirse en la vida política y económica de ningún país”, y destacó que “Los objetivos tienen que ver con la estrategia sanitaria, el manejo de riesgos en catástrofes, la cooperación espacial, y la ciencia y tecnología aplicada a la innovación social”,
Vale rubricar esta crónica señalando que el concepto de “aislamiento” que pretenden otras coberturas aparece invertido. La sensación de lejanía estuvo situada sobre el planteo colombiano. La Argentina, como contracara, se sintió más acompañada que nunca.
- Area Periodística Radio Gráfica / Director La Señal Medios / Sindical Federal
Discusión acerca de esta noticia