Este año se publicaron los resultados alcanzados en el Estudio Regional Comparativo Explicativo (ERCE) que realiza la UNESCO, en el que se expresa un descenso en los desempeños de las y los estudiantes de la Argentina cursantes del 3er. y 6to. grado de la educación primaria. Con el “agravante”, según el informe, de que la Argentina se encuentra por debajo de la media en la región latinoamericana.
Si bien estos resultados sólo reflejan un aspecto muy reducido de la complejidad de los procesos educativos, ya que se trata de una prueba de contenidos aplicada, en este caso, a diez mil estudiantes (sobre un total de alrededor de cinco millones de estudiantes de educación primaria), el análisis de los mismos no puede separarse de las políticas educativas desarrolladas por el macrismo en el período 2016-2019.
Durante este período se ajustó y desfinanció la educación y se abandonó la mirada integral del sistema educativo, se disolvieron la mayoría de los equipos que representaban los niveles y modalidades del sistema educativo, y se desarrolló una política educativa basada en acciones aisladas y de escaso impacto sobre los procesos de enseñanza y aprendizaje en su conjunto.
Al mismo tiempo, se eliminaron la mayoría de los programas existentes, especialmente aquellos orientados a desarrollar las políticas socioeducativas destinadas a enfrentar la desigualdad. Por su parte, el presupuesto que el gobierno nacional destinaba a la educación disminuyó un 35 por ciento durante este período. La mayor disminución se registra en aquellos programas orientados a los estudiantes más vulnerables y con menores recursos. Esta desinversión del Estado produce, en países como el nuestro, un aumento de desigualdad educativa que es lo que reflejan estos resultados.
Asimismo, es muy cuestionable que se hagan rankings de países cuyas condiciones y sistemas educativos no son comparables en todas sus dimensiones. Dado que existen desigualdades muy importantes entre los países que integran el estudio ERCE, los resultados no son estrictamente comparables entre sí.
Los estudios internacionales, modelo que se ha ido imponiendo por su pragmatismo, son difundidos en muchos medios de comunicación sin el debido tratamiento y análisis y ejercen una influencia y coacción en la opinión pública generando altos niveles de confusión y superficialidad en el debate educativo. La prensa, particularmente, tiende a desconocer los aspectos más complejos y auténticamente informativos de los resultados y solo destaca las posiciones en el ranking.
De todos modos, y a diferencia de la pruebas PISA, al menos las pruebas de la UNESCO toman en cuenta los currículums de los países participantes y consideran los contenidos enseñados en cada uno de ellos. Este estudio involucra en su construcción a todos los países que participan y los contenidos evaluados se definen en función de los currículos vigentes en cada país, con lo cual son pruebas mucho más cercanas a las realidades de nuestra región latinoamericana.
Es por todo ello que desde CTERA planteamos que la interpretación de resultados evaluativos de este tipo, realizados aisladamente de su contexto cultural y estructural, pueden conducir a interpretaciones y acciones de política educativa equivocadas. Por lo que instamos al intercambio y debate con los gobiernos y con organizaciones como la UNESCO para la redefinición de un plan integral de evaluación de los sistemas educativos, que supere los reduccionismos que imponen los rankings, las pruebas estandarizadas y los mecanismos de control mercantilistas y avanzar hacia una verdadera evaluación que brinde información para superar los principales problemas de la educación en el contexto actual.
El ascenso en los resultados obtenidos por la Argentina en las pruebas que toma la UNESCO se dio en períodos en los que se incrementó la inversión educativa, y el descenso cuando esta inversión fue ajustada.
El ajuste del presupuesto educativo se vio reflejado especialmente en todos los ítems del presupuesto durante la gestión macrista.
Sonia Alesso
Secretaria General de CTERA
Roberto Baradel
Secretario Adjunto
Miguel Duhalde
Secretario de Educación
Argentina, 1 de diciembre de 2021
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