Juan Salinas, periodista y director del blog Pájaro Rojo, dialogó con Lautaro Fernández Elem y Mario Sadras en Radio Gráfica, sobre el atentado a la AMIA y el sobreseimiento a las personas imputadas en la causa del Memorándum con Irán.
Lautaro Férnandez Elem: ¿Qué sensación te dio el sobreseimiento sobre la causa del Memorándum con Irán?
– Voy a citar al viceministro (Juan Martín) Mena, al cual no conozco personalmente. Escuché por la radio que le estaban haciendo una entrevista. Él dijo con mucho énfasis algo que rigurosamente es cierto, que es que toda la causa Memorándum había servido durante varios años para que no se hablara del tema AMIA (Asociación Mutual Israelita Argentina) y se lo volviera a ocultar. Esto es así y te diría más, en mi opinión, el tema de la Embajada de Israel es lo principal. Cualquiera que pudiera ver el expediente judicial del atentado a la Embajada de Israel, se daría cuenta cómo se puso la bomba, quién la puso materialmente y, por lo tanto, tendría una idea muy clara de quién la ordenó y quiénes participaron en eso. Es por eso que la Corte Suprema la tiene bajo siete llaves y no deja que nadie la mire. Es más, está tan oculta que cuando Lorenzetti era presidente de la Corte dijo que estaba acabada la causa y no era verdad, estaba oculta, que es distinto. Además, no puede estar cerrada porque se la declaró imprescriptible, como delito de Lesa Humanidad.
Me llamó mucho la atención lo que dijo el viceministro porque fue muy enfático al decir que se va a reanudar la investigación, cosa que pensé que no iba a ocurrir. Todavía estoy perplejo de que haya dicho eso. ¿Por qué? Porque en realidad hace rato que llegué a la conclusión de que no hay ninguna fuerza política organizada, ninguna organización, a la cual de verdad le interese resolver el tema de los atentados. ¿Por qué? Bueno, como una vez explicó un dirigente de la comunidad judía, el costo de averiguar qué es lo que pasó es mucho mayor que el de no averiguar. ¿Por qué es así? Porque en los atentados han intervenido traficantes de armas y drogas, gente del entorno del ex presidente Menem, gente de la Policía Federal con la anuencia de una SIDE que era, a su vez, una especie de franquicia de la CIA y del Mossad israelí. También hubieron algunos agentes israelíes opuestos a los planes de paz con Siria que tenía el primer ministro Rabin, al cual terminaron asesinando por eso. Es decir, hay una relación entre los atentados de la Embajada de Israel, el de AMIA y el asesinato de Rabin. Intervinieron punteros que lavaban dinero de delitos ilícitos y la “mejicanearon”, entonces hubo problemas. Me estoy refiriendo básicamente al tráfico de armas a Croacia y Bosnia y a la venta de cocaína colombiana, por ejemplo, de Italia, que eso estuvo muy claro por además de estos atentados, después del atentado del AMIA, al día siguiente, se derribó un avión en Panamá y esto está ligado. Yo escribí tres libros relacionado con los atentados y uno sobre contexto. El relacionado a los atentados, el primero, no lo voy a reditar porque tenía errores que los subsané en los siguientes. El primero se llama “AMIA, El atentado: quiénes son los autores y por qué no están presos”, que lo publicó Planeta. Y recientemente publiqué dos, el “Caso Nisman: secretos inconfesables”, donde está, entre otras cosas, el tema del atentado a la Embajada de Israel. Y después, el último que publiqué se llama la “InfAMIA”, que es prácticamente la continuación del otro, como si fuera un mismo libro. Lo que pasa es que lo publicaron dos editoriales distintas. En medio de todo eso, publiqué un libro que se llama, “Narcos, Banqueros y Criminales”, en el que hablo sobre el tráfico de drogas, cómo está relacionado con los atentados y del derribo del avión en Panamá. Es un tema muy complejo. Estuve muy distanciado de Memoria Activa, incluso de Laura Ginsberg, por varios motivos. De Memoria Activa porque creo que realmente no les interesa averiguar,y de Laura Ginsberg porque se la pasa repitiendo que fue responsabilidad del Estado argentino, lo cual es cierto, pero eso no es suficiente para explicar las cosas. El tema crucial es que no se puede averiguar nada si uno sigue manteniendo la mentira, la añagaza, el engaño de las camionetas bombas de los dos atentados, porque en ninguno de los atentados hubo camionetas bomba. Las camionetas bombas sirven para hacer acusaciones genéricas, contra Hezbolá o contra Irán. Y yo les puedo asegurar una cosa, en todas las investigaciones del AMIA, no hay ninguna acusación contra el gobierno de Irán y menos contra un ciudadano persa, sea musulmán, judío, de la secta Bahai o zoroastro. No hay nada. Entonces, si vos mantenés la existencia de la camioneta contra toda evidencia, es que no queres llegar al fondo del asunto. Y creo que nadie quiere llegar al fondo del asunto por distintos motivos. Nuestro querido Néstor Kirchner también participó del encubrimiento. Pero en caso de Kirchner está claro por qué. Kirchner necesitaba achicar la deuda que teníamos con el FMI y con el Club de París. La deuda externa, esa era su objetivo número uno. Cuando toma esas negociaciones es evidente que, de ninguna manera, podía ofender a Estados Unidos, mucho menos a Israel y, sobre todo, a la poderosa colectividad judía de Estados Unidos. Si estás negociando temas financieros, no te podés pelear. Durante esos años, lo principal fue renegociar la deuda y el tema de la AMIA fue un tema secundario. Después, Cristina quiso resolver el entuerto, porque sabe o intuye que los iraníes no tenían nada que ver. Ese fue el problema, porque si el juez Canicoba Corral y Nisman se iban a Teherán, bastaba con que los iraníes les pusieran una cámara de televisión y dijeran “bueno, vamos a responder a las indagatorias, pero que sean públicas” para que quedara al desnudo que no tenían absolutamente ninguna acusación para hacer. Acuérdense lo que había pasado con el ex embajador iraní en la Argentina, Hadi Soleimanpour, cuando la DAIA (Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas) logró que la justicia argentina pidiera su captura en Londres. Lo capturaron. La justicia británica pidió a la Argentina que le mandara por qué estaba en las circulares rojas de la INTERPOL, y cuando la Argentina mandó los papeles hechos por el juez Galeano, la justicia inglesa les dijo “esto no sirve para nada, no hay nada acá”. Lo soltó, Soleimanpour hizo juicio y la Corte londinense hizo que la Argentina pagara una indemnización por lo que se había hecho. Esto no lo van a ver en Clarín, en La Nación, ni en Infobae.
Mario Sadras: ¿Cuál es el móvil, más allá del atentado, el tema del posicionamiento argentino?¿Es una cuestión geopolítica? ¿De compromisos pre existentes? ¿De facilidad para hacerlo aquí y no en otro lado?, ¿Por qué es en ese contexto que se da ese atentado en la Argentina? Se podría haber hecho en cualquier Embajada del mundo
– No, porque el tema es que acá hubo banqueros judíos que se quedaron, en el proceso de lavado, dinero del tráfico de armas.
MS: ¿Banco Mayo?
JS: Sí, yo creo que Beraja estaba. El tema del lavado estaba en Panamá, donde se derribó el avión para matar a uno de estos lavadores de dinero provenientes del tráfico de armas y drogas. El tema no es muy difícil entender. Sacá el tema de las drogas, que es bastante claro para cualquiera que se fije en el atentado en Panamá.
Además, los embarques se mandaron a Croacia y Bosnia. Ustedes tienen que tener en cuenta que Croacia y Bosnia a veces estaban aliados contra los Serbios, pero a veces no, porque Bosnia es musulmana y Croacia es católica romana. Y Bosnia es un país mediterráneo, quiere decir que no tienen salida al Mar Mediterráneo. Por lo tanto, las armas a veces llegaban y a veces no. Los que financiaban las armas a Bosnia eran musulmanes y también iraníes. Los bosnios son eslavos musulmanes, son los únicos musulmanes de Europa. Entonces, cuando hay tráfico de armas, ¿cómo hacés los reclamos?, no hay abogados de por medio. Por eso siempre hubo muertos. Acuérdense del capitán Estrada, que había sido el jefe de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) y que después había sido un gran traficante de armas israelíes, había vivido hasta en Israel. Recuerden cómo lo asesinaron. Se suicidó con la mano izquierda siendo diestro, con una bata de seda, una botella de champagne con hielo y una película pornográfica. Y era evidente que le había abierto la puerta a una señorita, o él creyó que le abría a una señorita. Lo despacharon y lo largaron como suicidio, y estaba involucrado en el tráfico de armas hacia Ecuador. Estas cosas se van olvidando, pero son bastante claras.
Creo que la DAIA estaba hasta el techo. Mucha gente que conoce el tema, sabe que la bomba fue contra la DAIA. Eso me parece bastante claro. Además los dirigentes de la colectividad fueron avisados de que venía el bombazo, porque no había nadie. Un lunes casi a las 10 de la mañana, no había ningún dirigente ni de la DAIA, ni de la AMIA, ni de la OSA (Organización Sionista Argentina). Se habían ido a Radio Jai con el pretexto de una conexión por primera vez en un programa con Israel. Si ustedes no quieren sospechar, no sospechen. Pero yo sospecho mucho de eso. Son situaciones que nadie quiere ver. Además de eso, había por supuesto un interés secundario de gente que quería sabotear los planes de paz entre Israel y Siria. Y por otra parte, los que ejecutaron materialmente estaban vinculados a la Policía Federal y creo que muy claramente el Departamento de Explosivos, porque fueron especialistas de toda la vida. La Policía Federal ahora está en otro proceso, porque ya no tiene comisarías y está en un proceso de mejorar su imagen y de especializarse, y de ser un FBI argentino. Pero tiene una larguísima historia de judeofobia, desde que Simón Radowitzky mató al coronel Ramón L. Falcón. Creo que los que pusieron la bomba, la pusieron muy contentos y por poca plata, porque matar judíos valía el doble para ellos. Pero, lo que no sabían es que el motivo no era ese, ni el antisemitismo ni nada. El motivo era de guita, de plata, y de traiciones en el tráfico de armas y de drogas.
Redacción Lucia Izaguirre
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