Radio Gráfica dialogó con Cecilia Maas, integrante de uno de los colectivos de migrantes que reclama por el acceso a la vivienda en Berlín. “Es el resultado de una lucha de larga data”, sostuvo, al tiempo que remarcó que en dicha ciudad, “la vivienda siempre fue un tema sensible”.
“Pasó de ser una ciudad de edificios vacíos que eran ocupados, a ser una ciudad donde la especulación inmobiliaria es impresionante y los precios escalan muchísimo y rápido. El mercado de la vivienda es caro y excluyente, y se aplican criterios racistas y clasistas”, subrayó Maas.
La historiadora además destacó que el movimiento ocupa de Berlín surgió en pleno contexto de Guerra Fría y con la ciudad dividida: “Dentro del sector del oeste las personas con más dinero se movieron lejos del muro porque las zonas cercanas eran de guerra, estaban militarizadas. Allí quedaron muchos edificios abandonados, que durante los 80’ empiezan a ser ocupados por jóvenes que además buscaban formas alternativas de vivir, y se empieza a generar el movimiento que ocupa casas y plantea la forma colectiva de vivir”.
“El mercado de la vivienda es caro y excluyente, y se aplican criterios racistas y clasistas”
El fenómeno continuó en la década de los 90’ y principios de los 2000 hasta que se logró reconstruir la economía de la actual potencia europea. Desde ese entonces empieza otro proceso de transformación urbana: “Muchas casas son desalojadas, otras negocian y se transforman en cooperativas de vivienda o gestionan contratos colectivos de alquiler”, sostuvo Maas. “En los últimos años hay cada vez menos casas ocupadas, es un fenómeno en retroceso y hoy no son una alternativa masiva para quienes no pueden acceder a la vivienda”, agregó.
Las 240 mil viviendas que el referéndum propuso expropiar se distribuyen por toda la ciudad y pertenecen a los grupos empresarios privados con más de 3 mil propiedades. “Acá hay muchas cooperativas y existe la vivienda en manos del sector público, que no serán afectadas por la expropiación”, aclaró Maas. Consultada por la posibilidad de que la expresión popular se vea plasmada en una normativa en los próximos meses, señaló: “Ahora se abre la parte interesante porque acá se dice que el referéndum no es vinculante a nivel de la ley pero sí lo es a nivel político. Está tomada la decisión de que debe formularse una ley, no es sólo una recomendación”.
“Está tomada la decisión de que debe formularse una ley, no es sólo una recomendación”.
“Se abre un terreno de disputa en torno a lo legal y hay que ver cómo los partidos y los sectores que apoyaron el referéndum negocian. Existe la posibilidad de que para impedir la expropiación, haya una especie de premio consuelo; la empresa a la que se quiere expropiar ofreció venderle departamentos a la ciudad. Si se logra articular una presión política puede lograrse, sino tal vez, se logre algo intermedio como esta venta. Pero algún tipo de respuesta tendrán que dar”, concluyó.
- Entrevista realizada por Lucas Molinari y Leila Bitar en Punto de Partida (Lunes a Viernes de 8 a 10hs)
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