Por Leila Bitar*
Bolivia apunta contra los actores externos del golpe de 2019
El golpe de estado a Evo Morales en 2019 se llevó adelante a través de la coordinación entre la oligarquía neoliberal boliviana y factores de poder externos, y de a poco surgen las pruebas de esa complicidad. La Organización de Estados Americanos (OEA) allanó el camino para la desestabilización denunciando un fraude sin pruebas, y posteriormente, los gobiernos de Ecuador y Argentina dieron respaldo logístico para reprimir las protestas sociales que se alzaron contra la dictadura de Añez.
La justicia boliviana –con resistencias internas y externas– está dispuesta a condenar a los responsables del asalto al poder: la autoproclamada presidenta interina tras el golpe, Jeanine Añez está detenida con prisión preventiva hace más de 100 días, al igual que varios ministros de su gobierno, acusados de cometer los delitos de sedición, terrorismo y conspiración.
Pero el MAS, también busca llevar a la justicia a los actores externos del golpe. Evo Morales, demandó una investigación contra el secretario general de la OEA, Luis Almagro, por delitos de lesa humanidad, luego que este reconociera que hubo masacres en Senkata y Sacaba en noviembre de 2019. A su vez, en Ecuador, Fausto Jarrín, legislador del movimiento Unión por la Esperanza (UNES), presentó una denuncia contra Lenin Moreno por la presunta entrega de diversas armas al gobierno de facto de Bolivia. En Argentina el escándalo recién comienza.
El jueves pasado, la Justicia en lo Penal Económico aceptó como querellante a la Aduana en la causa en la que se investiga el contrabando de armamento a Bolivia, y que tiene como imputado a Mauricio Macri.
Ariel Basteiro, embajador de Argentina en el Estado Plurinacional de Bolivia, en diálogo con Radio Gráfica afirmó que “no hay antecedentes en la historia argentina de algo así. En Ecuador y Croacia hubo ventas irregulares, pero no regalarle a una dictadura militar armamento para que repriman al pueblo”. El diplomático también aseguró que “hay muchas pruebas determinantes y contundentes para llevar adelante la investigación. Es muy difícil que puedan objetarla”.
El material represivo que aportó Argentina para que el gobierno de facto reprimiera la protesta social, según Basteiro “apareció en el depósito de la Policía (de Bolivia). Eran 26 mil cartuchos aproximadamente y más de 250 gases. Está demostrado que lo demás se llevó la Fuerza Aérea, que no tenía este tipo de material antidisturbios y es muy posible que lo haya usado”. El representante argentino además señaló que “Fuerza Aérea fue la responsable de controlar las calles y reprimir dentro de La Paz y Cochabamba”, al tiempo que remarcó que fue esa institución la que actuó en “Sakaba (donde) hubo una masacre y se utilizaron gases y balas de goma”, que podrían haber sido parte del material enviado desde Argentina.
Integración vs. “Sálvese quien pueda”
La interna en el Mercosur entre Argentina y el resto de sus socios (Brasil, Uruguay y Paraguay), representa las dos visiones estratégicas regionales en disputa, en este caso, en el orden económico, pero que tiene su correlato en el ámbito político. Por un lado, la apuesta neoliberal de aperturismo que prioriza los acuerdos bilaterales por sobre el bloque: Uruguay busca abrirse para comerciar por su parte con China y otros países interesados en colocar sus productos manufacturados en el mercado latinoamericano. Luis Lacalle Pou pretende potenciar las exportaciones primarias, y no se preocupa por los daños colaterales de una industria poco desarrollada como la uruguaya. El golpe lo sentirán Argentina y Brasil, en caso de que se imponga el proyecto aperturista.
Argentina apuesta a la procrastinación. Esperar que pase el temblor, y soñar con el retorno del PT en Brasil en 2022 para asegurarse la sobrevivencia del Mercosur. En este sentido, la postura de Lula es clara y coherente con la línea histórica de su gestión: “Necesitamos un bloque para hacerle frente a los demás bloques, el europeo, a Estados Unidos y Canadá, China y Rusia. Si actuamos separados seremos más débiles. Si actuamos como bloque y establecemos una regla de alianzas sin hegemonías, podemos crear un bloque extraordinario de más de 400 millones de personas”, expresó en una entrevista con un medio mexicano.
“Si establecemos una regla de alianzas sin hegemonías, podemos crear un bloque extraordinario de más de 400 millones de personas”
“Hay que crear alternativas para no terminar el siglo XXI igual que el XX, y para eso hay que cambiar algo en nuestra conducta, en las relaciones externas e internas y construir conjuntamente instituciones en Latinoamérica que nos puedan reforzar”.
El ex presidente brasileño también llamó a que México “piense hacia América del Sur y que América del Sur mire más a México”, y se preguntó “¿Por qué todavía no tenemos un Banco en América Latina con el que podamos negociar nuestra moneda sin necesitar el dólar?”.
El presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador, también marcó la agenda de los pueblos éste sábado, mientras participaba en celebración del natalicio 238 de Simón Bolivar.
“Ya es momento de una nueva convivencia entre todos los países de América porque el modelo impuesto hace más de dos siglos está agotado, no tiene futuro ni salida, ya no beneficia a nadie”, sostuvo el mandatario, que a su vez subrayó la importancia de avanzar en la construcción de un bloque regional similar al europeo:
“La propuesta es construir algo semejante a la Unión Europea, pero apegado a nuestra historia, a nuestra realidad y a nuestras identidades”
Amlo además aprovechó para cuestionar la ya deslegitimada Organización de Estados Americanos: “No debe descartarse la sustitución de la OEA por un organismo verdaderamente autónomo, no lacayo de nadie, sino mediador, a petición y aceptación de las partes en conflicto”, sostuvo. “Se trata de un asunto complejo, que requiere de una nueva visión política y económica, pero es una gran tarea para buenos diplomáticos y políticos, como los que afortunadamente existen en todos los países del continente”.
“Lo aquí planteado puede parecer una utopía, sin embargo, debe considerarse que sin el horizonte de los ideales no se llega a ningún lado, mantengamos vivo el sueño de Bolívar”, finalizó.
Chile. Elecciones y expectativas
El domingo pasado los chilenos y chilenas votaron en primarias. Allí se definieron los candidatos presidenciales de la izquierda y derecha trasandina, aunque otros espacios que no participaron en estos comicios podrán competir en las elecciones generales de noviembre.
En la izquierda se midieron Gabriel Boric, diputado de Convergencia Social, -espacio que integra el Frente Amplio-, y Daniel Jadue, líder del Partido Comunista y alcalde de Recoleta, el favorito según las encuestas. A pesar de las proyecciones, Boric logró imponerse con el 60.43 % de los votos frente a Jadue, que alcanzó el 39.5%. Hay varios factores para considerar al momento de analizar la derrota del PC; por un lado, la posibilidad de que muchos votantes de la derecha haya decidido acudir en masa a votar por Boric para castigar a Jadue (con un discurso y agenda mucho más antiestablishment que la de Boric), por otro lado, pudieron haber participado los votantes de la exConcertación (frente político que gobernó Chile por 20 años tras la dictadura pinochetista), también reticentes a los grandes cambios estructurales que planteaba Jadue.
“Si Chile fue la cuna del neoliberalismo, también será su tumba”
Gabriel Boric
El desafío de la izquierda chilena será encolumnarse a pesar de las diferencias y presentarle batalla a una derecha que viene golpeada; no sólo perdió terreno en la Convención Constituyente, sino que además recibió menos votos que la izquierda en las primarias.
En las internas de la derecha (Chile Vamos) también hubo sorpresas: logró imponerse Sebastian Sichel, un independiente de 43 años con recorrido político colorido: formó parte del gobierno de Sebastián Piñera, fue militante del partido chileno de centroizquierda Democracia Cristiana (DC), e incluso trabajó junto a la expresidenta Michelle Bachelet. Sichel dejó atrás al favorito, líder histórico ultraconservador Joaquín Lavín, quien pudo haberse visto afectado por la fuga de votos hacia la izquierda en la campaña “anti Jadue”.
Perú. Primeros pasos del maestro
Tras la larga espera de su proclamación oficial producto de las maniobras judiciales del fujimorismo, el presidente electo de Perú, Pedro Castillo, iniciará su mandato el próximo día 28 de julio. A la ceremonia de asunción asistirá el presidente argentino Alberto Fernández, junto al canciller Felipe Solá.
El viernes pasado, además, se constituyó el nuevo Congreso, probablemente la mayor amenaza para la gobernabilidad del nuevo ejecutivo. El partido de Castillo, Perú Libre, quedó en minoría frente a un conglomerado de partidos aliados del fujimorismo.
Las limitaciones del congreso, sumado a la inestabilidad política generada por la derecha desde que se conocieron los resultados del ballotage, condicionan al nuevo gobierno que deberá decidir hasta qué punto negociar con estos sectores. Una de las primeras decisiones de importancia tendrá que ver con las personas que se designarán en los ministerios, especialmente el de Economía.
Algunas versiones señalan a Alonso Segura como próximo representante de esa cartera, economista que no cae bien entre los militantes de Perú Libre, que prefieren a Juan Pari, más cercano a las ideas económicas expresadas durante la campaña electoral de Castillo. Pedro Frankle, es otro nombre que resuena con fuerza, un moderado con buenas posibilidades de asumir el cargo. Lo más probable es que se equilibren las fuerzas entre “radicales” y “moderados”, sobre todo porque el Congreso debe otorgar el voto de confianza al gabinete de ministros que designe Castillo. Es allí donde podrían surgir veto s y rechazos.
La izquierda logró 56 votos en total entre Perú Libre (37), Podemos Perú (5), Somos Perú (5), Juntos por el Perú (5), Partido Morado (3) y un independiente. Para lograr la mayoría más uno, requiere 66 votos, y para eso necesitan que 10 de Acción Popular (centrista, uno de los partidos histórico del Perú) sume apoyos.
El segundo bloque más fuerte en el Congreso será el partido Fuerza Popular de la derrotada Keiko Fujimori, que sumó un total de 24 escaños. Castillo deberá negociar con los demás espacios políticos; desde el centro, independientes y hasta la derecha radical, y al mismo tiempo intentar avanzar con sus promesas de cambios estructurales, como la conformación de una Asamblea Constituyente para reformar la carta magna del país.
(*) Licenciada, Periodista de Radio Gráfica
- Ariel Basteiro fue entrevistado por Úrsula Ásta en Feas, Sucias y Malas (sábados de 9 a 12hs)
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