Por Lucas Molinari y Leonardo Martín
Del martes 6 al viernes 9 de julio, el Acampe por la libertad de Milagro Sala constituyó un espacio de debate político sobre el futuro de la Patria. También un lugar de encuentro ya que la pandemia retrajo a sindicatos y movimientos populares, para cuidar la salud, a no salir a la calle (con excepción de algunas fechas del 2020 como el día de la Lealtad y de la Soberanía Nacional).
Milagro Sala está presa por haberse enfrentado a Pedro Carlos Blaquier. El poder acumulado por la Túpac Amaru es una marca todavía indeleble en el norte postergado. Llegó a ser un gran empleador de la provincia, con cerca de 25 mil trabajadores y trabajadoras que construyeron 8 mil casas, además de centros de salud, escuelas, fundaron fábricas (metalúrgica, textil, bloqueras).
“La textil tenía locales, exportaba pilchas a fason, la metalúrgica proveía al sector privado del NOA”, apunta un dirigente que conoció la experiencia de cerca y agrega: “Cuando Milagro metió 40.000 personas rodeando los Tribunales de Jujuy para que se juzgara a Blaquier por su complicidad con el genocidio…, esa fue la gota que rebalsó el vaso”.
Se trata de la investigación por lo ocurrido en la “Noche del Apagón” en julio de 1976 en la que Ledesma aportó la logística para la detención y desaparición de activistas gremiales, estudiantiles y políticos de la zona. Esta semana, no casualmente, con un acampe en Plaza de Mayo y cumpliéndose 2000 días de la detención de Milagro, la Corte Suprema reactivó la causa, tras seis años de silencio y con el máximo imputado, Pedro Carlos Blaquier, de 94 años. Es decir, ganaron demasiado tiempo y cabe preguntarse si los cortesanos hicieron un guiño al gobierno de coalición que discute si seguir dialogando o confrontarlos.
Pero también este mes se cumplen diez años de un hecho trágico en Jujuy: Los cuatro asesinados por la policía provincial en la ocupación de tierras del Ingenio Ledesma. Se conoce como la “masacre de Libertador General San Martín”, durante el gobierno del “peronista” Walter Barrionuevo, que recién después del repudio generalizado por la feroz represión envió una ley a la Legislatura para expropiar tierras para hacer viviendas.
La toma de tierras de aquel año la condujo políticamente la Corriente Clasista y Combativa, eran 500 familias y reclamaban 15 de las 130 mil hectáreas apropiadas por el oligarca de Blaquier. La CCC, tras ser sancionada la ley de expropiación de tierras en todas la provincia, le planteó al gobernador Barionuevo que no se olvide de exigir a los Blaquier el pago actualizado por las tres décadas de impuesto por alumbrado, barrido y limpieza que hasta su desaparición en la “Noche del Apagón” quiso cobrarles el ex intendente Luis Arédez.
“Luego en la ley provincial que surgió de: Un lote para cada familia que lo necesita, la Túpac también pudo organizar algunos barrios”, cuenta a Radio Gráfica Rafael Vargas, secretario general del sindicato de Obreros y Empleados del Azúcar del Ingenio Ledesma. Es un gremio de empresa que recuperaron ese mismo 2011. Fueron décadas de miedo tras el terrorismo de la dictadura hasta que lograron reconstruir los lazos como clase obrera.
Consultado sobre la Túpac Amaru, Vargas responde: “Fue una organización que creó fuentes de trabajo estables y cumplía los proyectos mientras que los gobiernos de turno se fuman los recursos”. También cuenta de la pelea que dieron como sindicato: “Blaquier tuvo que subir los sueldos por las denuncias en el Ministerio de Trabajo por la precariedad laboral, los paros y las revueltas en los portones y la ruta. Los empresarios no te regalan nada y te exprimen sin dudarlo”.
Esto fue el kirchnerismo en Jujuy, con sus virtudes y contradicciones, y eso representó y representa Milagro.
“Las empleadas domésticas se iban a la Túpac porque ganaban mejor y además se hacían la casa”, comenta a Gráfica una militante jujeña. Lo mismo ocurrió con los laburantes de la zafra. “En los ingenios tuvieron que aumentar los sueldos y sino traían gente de Bolivia a trabajar en la zafra pero tenían que poner más en transporte”, completa la compañera.
BALANCE
El movimiento sindical estuvo en el Acampe en Plaza de Mayo. La CTA de los Trabajadores junto a los gremios del SUBTE, UTE, APA, ATE Capital, pusieron un gacebo, también SIPREBA y la Corriente Federal tuvo a sus referentes acompañando como Walter Correa y Héctor Amichetti.
¿Cuál es el balance de esta acción que trajo tanto debate?
Walter Correa respondió a Gráfica: “El balance es sumamente positivo porque gran parte de la militancia nacional, popular, peronista está de pie levantando sus banderas en defensa de lo que nosotros entendemos como presos políticos y eso es lo que hoy venimos a ratificar y a defender”.
Por su parte, Daniel Catalano expresó: “Espero que Alberto sienta esta fuerza del Acampe para tomar las decisiones que tiene que tomar, que vayamos camino a la reforma judicial, que vayamos camino a la intervención de la justicia de Jujuy y nuestras compañeras y compañeros puedan recuperar la libertad”.
Es cierto que hubo subestimación de algunos dirigentes políticos respecto de la posibilidad de desarrollar la medida de lucha. Sobre esto también opinó Catalano: “Superó las expectativas pero además seguimos reafirmando que podemos ser parte de un espacio político y encontrar resortes para poder fortalecerlo, reclamando lo que entendemos que hay que reclamar. No puede ser cómodo para nuestro espacio político solamente tratar de agradarle a cierta parte de la sociedad”.
Vale recordar que Alberto Fernández supo decir en más de una ocasión: “Nunca se callen la boca y nunca terminen el debate. Y quiero que si alguna vez me desvío salgan a la calle y me lo digan”. En este caso no atendió a los acampantes.
Pero hubo varios referentes oficialistas que se acercaron para saludar, expresar su solidaridad y por lo bajo comentar la bronca por la falta de liderazgo para resolver una detención que todos repudian.
La semana que viene se esperan reuniones, quizá sea el Ministro de Justicia Martín Soria quien reciba al dirigente de la Túpac Coco Garfagnini.
“Yo creo que nivelamos la relación de fuerza”, comenta un referente (de los que bancó la parada cuando sonaban los teléfonos para que el Acampe no se haga). El dato a destacar es la presencia de varios diputados y diputadas en la conferencia de prensa del jueves, como Paula Penacca, que tiene un rol central junto a Máximo Kirchner en la Cámara de Diputados. También en el acto de cierre estuvo María Teresa García, del gabinete de Axel Kicillof.
“Lo de Bolivia es un escándalo, lo denunció Milagro, lo denunciaron en Bolivia en su momento y ahora se comprueba que Morales está hasta las manos con la injerencia en el Golpe de Estado a Evo. Si se comprueba, queda al borde de la intervención política de la Provincia“, plantea el referente en diálogo con Gráfica, que agrega: “Si los Diputados que acompañaron el Acampe logran reflotar el estado parlamentario del pedido de intervención del poder judicial de Jujuy es un golazo, Morales vuelve al barro del que se quiere despegar”
Como vemos, para resolver la libertad de Milagro, la Casa Rosada debe romper lanzas con su carcelero, cuyo ministro de Trabajo es Normando Álvarez García, quien era embajador argentino en Bolivia cuando ocurrió el golpe.
¿Qué pasó con aquella investigación sobre las armas que pasaron vía Jujuy a Bolivia? ¿Están las pruebas de lo ocurrido cuando la hija de Trump estuvo de visita en nuestro país? ¿Será que en la Agencia Federal de Inteligencia se puede encontrar alguna otra carpeta traspapelada como la hallada por el embajador en Bolivia Ariel Basteiro?
Por lo pronto, la titular de la AFI, Cristina Caamaño pasó por el Acampe y también lo hizo quien fuera la abogada de Milagro Sala y hoy es ministra de gobierno.
FONDO MONETARIO
“Todos los días peleo porque la Argentina se ponga de pie y todos los días peleo contra los que quieren ver de adentro a la Argentina arrodillada”, planteó Alberto Fernández en su discurso en Tucumán. Volvió a recordar que el país tiene “compromisos por casi 5 mil millones de dólares este año” y “además me reclaman que arregle rápido” expresó sin ponerle nombre y apellido a los autores de tales aprietes. Luego afirmó: “Mi modelo sigue siendo San Martín, Güemes y Belgrano” y sentenció: “Nunca esperen de mí que firme algo que arruine la vida del pueblo argentino (…) si alguien espera que yo claudique ante los acreedores o que claudique ante un laboratorio se equivoca, no lo voy a hacer, antes me voy a mi casa”.
Esta misma semana en la Cámara de Diputados, Máximo Kirchner cerró su discurso preguntando “¿Les parece a ustedes que la podemos pagar en diez años la deuda con el FMI?”. Luego varios referentes de la Cámpora repitieron el interrogante en las redes sociales.
También esa organización política sacó un spot que mezcla discursos de Néstor y Cristina, al cumplirse 205 años de la Declaración de la Independencia. CFK aparece junto a Axel y plantea: “Queremos escuchar a los que la contrajeron para ver cómo hacemos para pagar esto sin someter al hambre y al escarnio una vez más al pueblo argentino”. Y Néstor, un 9 de julio haciendo un juramento: “Reafirmo ante ustedes que hasta mi último esfuerzo voy a dejarlo por esta Patria para que esta Patria pueda seguir creciendo”. Finaliza el video con Cristina diciendo: “Por responsabilidad histórica, por convicción personal y por representación popular, abordar este debate con todos los argentinos piensen como piensen y estén donde estén”.
Veremos cómo sigue y si se materializa esta convocatoria a la discusión popular sobre el pago de la deuda.
Ahora bien, caben algunos interrogantes en esta coyuntura: ¿Cómo ir a fondo en la investigación para juzgar y castigar a quienes fugaron esos miles de millones de dólares? ¿Alcanza con este Poder Judicial? Para recuperar soberanía y volumen político ¿No debería el Ejecutivo enfrentar a la Corte Suprema?
El debate sobre el endeudamiento es la disputa por el modelo económico. De allí la importancia de la nueva Proclama del 9 de julio por la Independencia Económica, con firmas de cientos de dirigentes sociales, sindicales, políticos y empresariales, que en un tramo expresa: “De la crisis social se sale con una justa distribución del ingreso, de la riqueza y de las cargas, en relación con la capacidad contributiva. Sin esperar “derrames” que nunca se produjeron ni se producirán”.
Es el tercer documento, antes estuvo el del 20 de junio orientado a la posibilidad de volver a controlar el Río Paraná y el del 25 de Mayo plantando postura sobre este debate de la deuda externa “impagable”.
Aquella Proclama de Mayo propuso postergar la negociación con el Fondo hasta después de la pandemia, priorizando la deuda interna. A la vez en los dos últimos párrafos refiere a un eje central, el geopolítico:
“En el marco de la actual situación de crecimiento desmesurado de las deudas soberanas, especialmente en nuestra América Latina, siendo Argentina “un caso testigo”, es indispensable trazar una política exterior que tienda a fortalecer lazos para lanzar e impulsar una campaña internacional de esclarecimiento de la situación del endeudamiento de los países periféricos y proponer alternativas y acciones conjuntas para impulsarlas”.
“El mundo, no solo Argentina, se encuentra ante una crisis excepcional que requiere respuestas acordes a las prioridades de una emergencia sanitaria, social y económica inédita y no que profundicen aún más los enormes e injustificables desequilibrios que ya padece la humanidad”.
Es la Argentina del peronismo discutiendo en un continente con fuertes estallidos sociales, elemento que ningún “negociador” desconoce.
GOBIERNO NACIONAL. GUIÑOS AL SINDICALISMO: AUMENTO DEL SALARIO MÍNIMO, ADELANTAMIENTO DE PARITARIAS Y DECRETO POR OBRAS SOCIALES.
Fue una semana donde las decisiones del Gobierno han ido en dirección de fortalecer el vínculo con los sectores gremiales. Ha tomado y hecho efectivas demandas que se venían realizando en las últimas semanas y otras de más largo plazo. Guiños en un año electoral para una necesaria base de apoyo que viene acompañando el devenir del Frente de Todos, pero que en muchos casos, por lo bajo, comentan su insatisfacción con el rumbo y la demora en tomar ciertas medidas.
La semana comenzó con el Gobierno haciendo oficial el adelantamiento de tramos del Salario Mínimo, Vital y Móvil. En septiembre se terminará de hacer efectivo el 35% de incremento pautado en abril, cifra a la que estaba previsto llegar en febrero de 2022. También con el comienzo de la primavera se reanudará la discusión para evaluar un nuevo aumento que se puede prever por arriba del 40%,, a tono con los últimos acuerdos paritarios.
El SMVM alcanza a los trabajadores fuera de convenio, pero es especialmente importante porque la suba impacta en el cálculo de las prestaciones sociales que paga el Estado como AUH, jubilaciones mínimas, Potenciar Trabajo y la cobertura por desempleo. Es decir, un universo de personas muy alta en una medida necesaria para recomponer ingresos y que suelta un poco la cuerda presupuestaria en un período donde crecen las críticas sobre Martín Guzmán por su política fiscal al que muchos califican de “ajuste” para el primer tramo del año.
También fue anunciado el adelantamiento de la cláusula de revisión de la paritaria estatal para el próximo 19 de agosto cuando inicialmente había sido pactada para noviembre. Al disciplinarse a la pauta paritaria oficial del 35%, los gremios estatales UPCN y ATE quedaron en orsai rápidamente. Apenas unos días después, Cristina Kirchner y Sergio Massa desbarataron ese número firmando con los empleados legislativos un acuerdo salarial que superó largamente el 40%. Continuaron en esa senda el PAMI, ANSES, Camioneros y Bancarios con recomposiciones también en esa línea.
Otro punto en sintonía con el mundo gremial fueron las declaraciones del ministro de Trabajo, Claudio Moroni, que salió a cruzar el proyecto promovido por un sector del empresariado con la “flexiseguridad” o “mochila austríaca”. “No hay ninguna probabilidad de tocar el sistema de indemnizaciones”, cerró por ahora el Ministro una discusión que promete más capítulos y que tiene una prueba por delante con la negociación de la deuda con el Fondo Monetario Internacional y sus habituales pedidos de flexibilización laboral y ajuste fiscal.
OBRAS SOCIALES, LÍMITES A LAS MANIOBRAS DE LOS SELLOS DE GOMA.
La CGT se anotó un punto a favor esta semana con el Decreto 438/2021 que establece básicamente dos aspectos: 1) Cada trabajador que inicia una relación laboral deberá permanecer un año dentro de la obra social de la actividad. 2) Se limita a una vez por año la posibilidad de cambiar de obra social. Después de una serie de almuerzos en Olivos, llegó la respuesta a una demanda planteada desde la CGT y que comenzaba a generar impaciencia por su falta de resolución, vale decir, en un temario más amplio.
La medida fue celebrada por diferentes actores del arco sindical (que miran con preocupación las finanzas de las obras sociales), ya que pone límites a la desregulación que se produjo en los años noventa y que el gobierno de la Alianza acentuó.
En Argentina existen tres subsistemas de salud, el público, el privado y el de obras sociales. Este último dando cobertura a 16 millones de compatriotas. Con sus más y menos, con sus situaciones particulares, son prestaciones que cubren las necesidades en materia de salud. Una excepcionalidad argentina que es parte de la fortaleza que el movimiento sindical desarrolló en el país y con un largo historial que tiene sus primeros pasos previo a la irrupción del peronismo, con su desarrollo en ese período y con la definitiva consolidación desde la década del ’60 y comienzo de los ’70.
El decreto 9/93, durante el gobierno de Carlos Ménem, modificó las Leyes Nº 23.660 y Nº 23.661 estableciendo la posibilidad de la libre elección dentro del universo de obras sociales con diversas modificaciones en los años siguientes que favorecieron una mayor desregulación.
Con el decreto firmado por Alberto Fernández se vuelve a las condiciones iniciales de la desregulación de los años noventa por las cuales, entre otras cuestiones, el trabajador debía permanecer un año desde el comienzo de su relación laboral, la posibilidad de realizar un solo un cambio al año y hacer de forma personal el trámite. Es una reposición parcial, pero avanza en un sentido reparatorio para este subsistema de salud.
Pero hay un tema adicional, que es el gerenciamiento de las empresas de medicina prepaga de obras sociales de pequeña dimensión, las denominadas “sellos de goma“, que a través de un artilugio legal captan trabajadores de aportes altos en desmedro de las obras sociales. Ello provoca el “descreme” por el cual los aportes más altos son captados por prepagas del estilo OSDE o Swiss Medical, por mencionar las más conocidas, rompiendo el esquema solidario que funcionó hasta los ‘90.
La CGT difundió un comunicado celebrando la medida donde dice: “durante años los empresarios de la medicina privada se enriquecieron cooptando a nuestros compañeros para el beneficio de sus empresas y atentando contra el sistema de obras sociales”.
En el final del comunicado la CGT ensaya una mayor identificación con la gestión de Alberto Fernández: “Conocemos el rumbo del gobierno y sabemos distinguir entre quienes nos defienden y quienes pretenden seguir subordinando nuestros derechos para su beneficio económico”.
Palabras de apoyo que eran retaceadas en comunicados previos y que son parte de la comprensión que del otro lado de la Línea Maginot esperan con la artillería para avanzar con las reformas estructurales que el macrismo no logró cerrar.
Hugo Yasky, titular de la CTA de los Trabajadores, también apuntó en esa sintonía llamando a “evitar que haya más distorsiones”. “Hay obras sociales, sindicatos, que casi no existen pero que son muy poderosas porque han sido capturadas por prepagas. Son prepagas disfrazadas de obras sociales. Es una forma de fraude porque un sindicato con 200 afiliados de pronto tiene 14 000 adheridos“, concluyó.
GARBARINO, GARANTÍA DE DESCONFIANZA.
De no encontrar una resolución, puede llegar a convertirse en el conflicto sindical de mayor magnitud del mandato de Alberto Fernández. Existen 4.300 puestos de trabajo en riesgo con el desmoronamiento (¿vaciamiento?) de una cadena líder de ventas de electrodomésticos.
Haciendo un breve resumen, el Grupo Garbarino que agrupa a seis empresas (Garbarino, Compumundo, Digital Fueguina, Tecnosur S.A., Garbarino Viajes y la financiera Fiden) desde 2019 comenzó a arrastrar problemas por la baja de ventas producto de la crisis macrista con un impacto, por los hábitos de consumo y el mayor peso de compras online, amén de errores del “management” empresarial.
Hasta allí existía una crisis en marcha, pero con los salarios al día.
En junio de 2020 desembarca un personaje de nombre Carlos Rosales, presidente de la aseguradora Prof y con el dato de color ser protesorero de la comisión directiva de San Lorenzo de Almagro. Como (casi) todo empresario que arriba a una nueva firma lo hace con planteos renovadores e ideas para salir de la crisis, pero la conclusión a un año es que fue humo, incapacidad o que existen intenciones inconfesables
Tiempo después comenzaron los cierres de locales y se abrieron “retiros voluntarios” (despidos encubiertos). Para colmo, cuentan que en muchos casos sólo se pagó una cuota y se hizo un pagadios sobre las siguientes.
Desde diciembre el panorama fue siendo cada vez más sombrío, llegando a abril con una crisis absoluta. De ese mes los trabajadores solo recibieron una parte del salario, en mayo lo que corresponde al REPRO II que paga el gobierno y en junio una situación similar.
En el medio, Rosales negoció supuestamente la venta con un empresario del norte argentino llamado Facundo Prado, que no llegó a buen puerto. El 30 de junio se vencieron los plazos establecidos para concretar esa venta. Posterior a ese día, Rosales decidió avanzar con un lockout patronal dando la orden de cerrar todos los locales. Esto motivó que diferentes seccionales del sindicato del sindicato de Comercio decidieron tomar los locales para evitar que se consume el vaciamiento de la poca mercadería que queda, ya que no ingresa nueva ante los incumplimientos de pago por parte de Garbarino. Una situación extremadamente crítica.
El lunes pasado, un grupo de trabajadores autoconvocados se movilizaron por el centro porteño, culminando en Plaza de Mayo donde entregaron un petitorio en Casa Rosada. Ese grupo critica la inacción del Sindicato de Comercio que encabeza Cavalieri, que recién cuando la situación escaló a un nivel muy crítico promovió tomas en los locales. Los autoconvocados venían denunciando, además, que en los meses previos aprietes de la Seccional de Capital cuando se dieron las primeras protestas e incumplimientos.
El futuro de Garbarino es incierto, con elementos para ser más pesimistas que optimistas. Los trabajadores ya no confían en la palabra de Rosales, con directivos que no cumplen lo pactado en las audiencias con el Ministerio de Trabajo, que no pagan salarios, cargas sociales ni cuotas sindicales y que hacen dudar a los trabajadores de las verdaderas intenciones que tienen los propietarios de la firma.
MANRIQUE
Paco Manrique del sindicato de los mecánicos (SMATA) estuvo en una charla convocada por el sindicato de Camioneros.
Aquí algunos de los planteos que hizo en su intervención. Manrique es una figura de peso en el debate interno que ya se está dando en la central obrera:
“Hay que empezar a pensar en lo colectivo porque eso es lo que nos van a reclamar los trabajadores. No podemos tener un movimiento obrero tan disperso, con una CGT que representa una parte de los trabajadores. Necesitamos una CGT que represente a la totalidad de los trabajadores, con ideas nuevas, con posicionamientos lógicos, firmes y adecuados”.
“Perdimos la capacidad de debatir sin enojarnos. Al movimiento obrero lo dividió la política y es un error que asumo como dirigente sindical. Porque más allá de la conducta que pueda tener como sindicalista en mi sindicato con mis trabajadores, me tengo que hacer cargo de todos. De lo bueno y de lo malo de todos, porque soy hombre del movimiento obrero. Y también entiendo que el movimiento obrero necesita un cambio generacional (…). Quizá los dirigentes que ya peinamos canas tengamos que acompañar a los nuevos dirigentes, apuntalándonoslos para que puedan recorrer este difícil camino y equivocarse lo menos posible”
“Construir un movimiento obrero para la pospandemia lo único que significa es que el movimiento obrero tiene que retomar las banderas que dejamos apoyadas atrás de una puerta. No hay nada que inventar, hay que tener ganas de retomar conceptos, enseñanzas, revivir experiencias, pensar un país a futuro. Pero tenemos una urgencia. Me toca muchas veces participar del Consejo Económico y Social, donde se habla del futuro, y el futuro es algo que tenemos que tener en cuenta porque son cosas que se vienen: la tecnología 4.0, la economía verde, el hidrógeno, el litio, la electromovilidad… Pero tenemos el presente que es urgente, lo dijo el Papa Francisco (…) porque al compañero que abre la heladera y no tiene nada adentro está pensando qué le proponemos para que en la pospandemia tenga una posibilidad de insertarse en el mundo laboral y darle un bienestar a su familia”.
YAPA. QUERIDO RAFA
Rafael Cullen falleció esta semana. Militante peronista revolucionario y un enorme historiador que nos formó con sus charlas, sus artículos, su participación en el imprescindible documental “Los Resistentes” y un libro que creemos fundamental para debatir nuestro pasado y presente: “Clase Obrera Lucha Armada Peronismos“.
En ese libro Rafael volcó una investigación de décadas que condensa diálogos con protagonistas del 17 de octubre como Aníbal Clemente Villaflor, quien fue dirigente del Comité de Unidad Sindical (CUS) y organizador de la movilización en la zona sur del Gran Buenos Aires. Aquí un pequeño tramo de la imperdible entrevista de Cullen a Villaflor sobre cómo se gestó aquel glorioso día primaveral de 1945, Big Bang de la historia argentina:
“El 15 fuimos otra vez a hablar con los de la CGT. Nos dijeron que teníamos que esperar. Nos fuimos a comer algo. Tardamos más de dos horas y seguían ocupados en reunión. Nos cansamos, volvimos a Avellaneda y decidimos (el CUS) el paro para el 16 al mediodía y que el 17 íbamos todos para Plaza de Mayo. El paro del 16 fue completo. Solo algunas fábricas estaban trabajando pero cuando fuimos pararon enseguida”.
“El 17 a la mañana tempranito unos cuantos del Comité (CUS) nos fuimos caminando para Plaza de Mayo. Algunos no aparecieron (irónico) alguno tardó en lavarse, otro que habrá estado descompuesto o con callos. (…) En la Casa de Gobierno nos cruzamos con algunos de la CGT que nos dijeron: `hay que esperar muchachos’.”
Continúa el relato de Aníbal sobre las gestiones que, como dirigentes sindicales por fuera de la orgánica de la CGT, estaban desarrollando con el gobierno de Farrel, y lograron ver a Perón que a esa hora ya estaba en el Hospital Militar:
“El coronel nos hizo pasar. Estaba en una salita. Nos preguntó qué pasaba en la calle. Como estaba la situación. Cara de enfermo no tenía. Protestó fuerte porque lo tenían preso. Le dijimos que no íbamos a levantar la huelga hasta su libertad y le entregamos una copia del manifiesto que le habíamos dejado a Farrell. Nos insistió un par de veces que anduviésemos con cuidado. Nos preguntó: ¿Qué van a hacer muchachos? Le volvimos a decir que el paro no se levantaba hasta su libertad. No parecía con ganas de seguir. En el pasillo nos encontramos con Mercante y el capitán Russo – un gran hombre que nos apoyó mucho, después vino varias veces a mi casa-. También los dos nos preguntaron qué íbamos a hacer. Se los veía con dudas. Estaban esperando que hacíamos nosotros”.
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