Por Úrsula Asta*
… En aquel entonces la amenaza era el Imperio de más de trescientos años de dominación colonial en estas tierras hechas para la libertad, en estas tierras de la América meridional, en esta América de la utopía. Carabobo debe seguir siendo signo, y hoy más que nunca, de unión de todos, aún con las diferencias que tengamos, para derrotar los enemigos comunes, las amenazas de hoy, para romper las cadenas de hoy, algunas de ellas las más importantes para todos, las que desde hace tiempo tienen atado a nuestro pueblo en la miseria, en la pobreza; cadenas de dependencia y de subdesarrollo que no hemos podido romper en siglos, y que hoy constituyen la peor amenaza que puedan tener los pueblos no sólo de Venezuela sino los pueblos de la América Latina Caribeña y más allá…
En el último aniversario de Carabobo al que Hugo Chávez asistió, cuando se cumplían 191 años de aquella gesta, en 2012, pronunció estas palabras.
Con su re-emerger en los años 90, a partir del impulso que significó la asunción del Comandante Chávez en 1998, el pensamiento bolivariano hizo correr vientos frescos en este lugar del mundo. América Latina presenció, durante el primer decenio de este siglo XXI, una dinámica propia que la colocó –la coloca- en el camino de lograr romper los nudos de la dependencia. La moneda está echada. Sólo los pueblos deberán soplar los torbellinos que la arrojen a su favor.
La Batalla de Carabobo fue una de las principales acciones militares de la Guerra de Independencia de Venezuela, que significó la victoria del Ejército Patriota, comandado por Simón Bolívar, sobre el Ejército Real Español. Tuvo lugar hace dos siglos, en el Campo de Carabobo, el 24 de junio de 1821.
En esta fecha, Bicentenario de Venezuela, a 200 años de aquella Batalla, se realizó en Caracas un Congreso Mundial que reunió a delegadas y delegados de movimientos sociales, políticos, sindicales y culturales de todos los continentes. Con las medidas de cuidado que la pandemia impuso, el Congreso tuvo sede en el Hotel Meliá entre los días 21 y 24 de junio del 2021. En simultáneo, se desarrolló la XIX Cumbre de Jefas y Jefes de Estado y de Gobierno de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP). “Dos reuniones ninguneadas por los medios hegemónicos”, las llamó el cubano Ángel Guerra Cabrera.
Durante el acto de apertura, Julio García, secretario del Congreso, recordó que, en 1997, cuando él tenía 11 años, su padre lo llevó a una reunión del comandante Chávez en el Estado Táchira: “En aquel momento, aquel hombre que parecía destinado, y planteando una utopía nos hablaba de un horizonte, Carabobo, el bicentenario de Carabobo, nos planteaba el año 2021 como el año en el cual consolidaríamos la revolución bolivariana”.
En los discursos de Chávez, el bicentenario de Carabobo aparece a menudo como horizonte. Desde la Avenida Bolívar, el 2 de junio de 2007, ante una marea roja en las calles pronuncia: “El ciclo Bicentenario terminará el 24 de junio del año 2021, termina al ciclo bicentenario con los 200 años de la Batalla de Carabobo y nacimiento de la Venezuela independiente”. Como se recupera en algunos tramos de los discursos de apertura del Congreso, Chávez incluso se refirió a su posible ausencia en el recordatorio de este hito histórico.
- “Y mirando un poco más lejos, resulta que el 24 de junio del año 2021 estaremos celebrando, conmemorando, ojalá que estemos todos aquí, si no estamos no importa, que celebren nuestros hijos, lo más importante es que lo celebre el pueblo venezolano. El 24 de junio del 2021, dentro de 21 años, estaremos los venezolanos conmemorando los 200 años de esta batalla” (24 de junio de 2000)
- “Camaradas, compañeros y compañeras, estamos acercándonos al Bicentenario de la hazaña, estamos entrado al Bicentenario de la epopeya bolivariana, de la epopeya de Bolívar, aquella que comenzó en el Monte Sacro en Roma, con el juramento aquél, y terminó dramática y trágicamente en Santa Marta, estamos en plena era bicentenaria, vamos rumbo al 2030; dentro de apenas tres años, estaremos conmemorando los 200 años del 19 de abril, los 200 años del 5 de julio, pero más allá, en el 2021, estaremos en Carabobo, conmemorando los 200 años de la Batalla inmortal de Carabobo; y más allá, los invito al 2030. Nadie se queda, si alguien se queda porque no puede más, porque la vida no le permite llegar, no importa, nosotros lo llevamos aquí en el hombro y en el alma. Si yo me quedo incluso, llévenme con ustedes”. (25 de agosto de 2007)
Adán Chávez, vicepresidente de Asuntos Internacionales del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), destacó en la apertura que esta era la primera vez que se logra un encuentro de tal magnitud. Andreina Tarazón, coordinadora internacional, explicó los detalles del encuentro y destacó la participación de 123 países, que se encontraron en 74 reuniones virtuales previas al Congreso.
Presencialmente, el encuentro internacional contó con la participación de más de 500 personas representando a organizaciones de 57 países. Las videoconferencias realizadas en simultáneo nutrieron la participación de más naciones. Mesas de discusión por sector, por temáticas y por continente permitieron un intercambio entre las delegaciones que se trasladaron hasta Caracas.
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Llegar a Venezuela no es sencillo, en múltiples aspectos. Más allá de la pandemia del Covid-19, los bloqueos impuestos dificultan el arribo en relación a trámites en las aerolíneas, escalas tediosas, información falsa circulando y, producto de la gran campaña en contra, fuerte hostilidad desde algunos sectores, lo que incluye opiniones y afirmaciones a veces repetidas y otras veces realmente asombrosas.
No vale la pena ahondar en ellas.
La guerra económica en Venezuela es consecuencia, principalmente, del asedio del gobierno de Estados Unidos y de los grandes capitales trasnacionales y existe desde 1999. Intensificada a partir de la desaparición física de Hugo Chávez en el 2013, la guerra que involucra medidas coercitivas multifacéticas incluye dimensiones económicas, pero también psicológicas, militares, comunicaciones y diplomáticas.
Así, en un primer momento se generó un desabastecimiento programático y selectivo de bienes esenciales: medicamentos, alimentos, productos de higiene. Paralelamente ya había un embargo comercial, formalizado en el 2015 con el decreto de Barack Obama que dice que las venezolanas y los venezolanos son una amenaza inusual y extraordinaria para los Estados Unidos.
En 2017, Donald Trump institucionaliza el bloqueo contra PDVSA, la principal empresa del país, que genera el 95% de las divisas por concepto de exportaciones. Ese bloqueo implicó pasar de la producción de 3 millones 400 mil barriles diarios a 500 mil barriles, como explicó a Radio Gráfica Pascualina Curcio, economista, doctora en Ciencias Políticas y profesora de la Universidad Simón Bolívar, experta en la investigación de las medidas coercitivas que pesan sobre el país. “Venezuela no es un país monoproductor, pero sí es un país monoexportador. No tener divisas afecta además los niveles de producción nacional, que cayó un 70% desde el 2013, y el financiamiento de las políticas sociales”, contó.
Durante estos años, además, siguieron los bloqueos a cuentas bancarias, lo que implica, entre otras cosas, que 5 mil millones de dólares de la República estén retenidos en bancos internacionales, incluyendo el oro, que está en Inglaterra. Y a esto se adiciona que todo aquel que realice transacciones con oro venezolano o el petro, divisa creada para sortear las medidas de bloqueo financiero, sea objetivo de las medidas coercitivas unilaterales.
A su vez, se suma el ataque a la moneda. El valor del bolívar ha ido siendo depreciado de forma inducida a través del portal dolartoday. “Cada vez que en el portal web deprecian el valor del bolívar, eso se refleja en el incremento de todos los precios de la economía, lo que genera una hiperinflación inducida, que en 2018 llegó a 130.060%”, evidenció la investigadora. Eso ocasiona la pérdida del poder adquisitivo, del salario real y, además, produce la contracción de los niveles de producción, así como insuficiencia de presupuesto para la administración pública.
De esta manera, las medidas coercitivas unilaterales se meten en los hogares del pueblo venezolano, y otros fenómenos como la migración no pueden comprenderse en total dimensión si no es a través de su ligazón con estos bloqueos.
Del 2016 al 2019, hay estimaciones que señalan que las pérdidas económicas suman 194 mil millones de dólares, compuestas de la siguiente manera:
- 25 mil millones incluyen los 5 mil millones en cuentas bancarias, el oro y el robo de una de las principales filiales de PDVSA: CITGO Petroleum Corporation.
- 64 mil millones de dólares son consecuencia de lo que se ha dejado de producir porque se atacó PDVSA.
- 105.000 millones de dólares, lo que se dejó de producir como efecto del ataque a la moneda.
“Es como pagar la deuda externa completa, que son 110 mil millones de dólares, y todavía quedarían 80 mil o, algo así como la importación de alimentos y medicamentos por 40 años”, evidenció Curcio.
El objetivo: atacar al pueblo y desestabilizar al gobierno de Venezuela.
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Diosdado Cabello, quien fue presidente de la Asamblea Nacional Constituyente de Venezuela y es diputado a la Asamblea Nacional de Venezuela, cerró el Congreso con discurso contundente:
“-Si aquí agarramos a unos tipos que dan un golpe de Estado en Venezuela o una invasión en Venezuela…
-´se están violando los derechos humanos en Venezuela´
– ¿Qué quieren? ¿Qué nos dejemos tumbar? No nos vamos a dejar tumbar. Malas noticias para la ONU, malas noticias para la OEA”.
El boliviano Evo Morales Ayma y la colombiana Piedad Córdoba acompañaron todo el Congreso. La delegación argentina tuvo la valiosa posibilidad de reunirse con Evo, quien habló de América Latina y de la importancia de la unidad y organización popular para construir la Patria Grande. “Runasur es la Unasur de los pueblos”, marcó durante esa reunión.


Desde Argentina, la delegación integrada por organizaciones políticas, sindicales y de comunicación planteó, entre otras cosas, la exigencia de soberanía en nuestras Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur. Nutrida en gran parte por un grupo de jóvenes, la experiencia, que incluyó reflexiones sectoriales en torno a los feminismos, las juventudes y las trabajadoras y los trabajadores, permitió el intercambio entre movimientos de nuestro país y de América Latina, donde la Historia llama a la unión de los pueblos en torno a la ofensiva en la encrucijada recolonización o independencia.
El pueblo venezolano, que sufre un embate fuertísimo a raíz de los bloqueos que pesan sobre el país, como dijimos, es un faro para Nuestra América por su compromiso, su organización, por su formación, su alegría, por su inclaudicable lucha y su capacidad de reflexión crítica en un momento de dura guerra económica por parte del Imperialismo.
La organización de poder popular venezolana es una referencia. Eso constituye un gran entramado territorial, entre lo que puede subrayarse la construcción de viviendas de gestión social como una de las partes que integra el movimiento de pobladoras y pobladores. Pero, también, los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP), constituidos en 2016, que son comités de distribución de alimentos en los cuales las propias comunidades abastecen y distribuyen los alimentos, a través de una modalidad de entrega de productos casa por casa. La política sanitaria durante la pandemia del Covid-19 contó, además, con la enorme presencia de las misiones barriales organizadas y un confinamiento de 7 x 7 (semana de aislamiento estricto y semana flexible). Venezuela es uno de los países que mejor desempeño ha tenido, con bajas tasas de letalidad y contagio.
Así como para Latinoamérica, el pueblo venezolano también es modelo para tantos pueblos del mundo que reconocen lo que sucede en este (nuestro) Sur del mundo. La visita colectiva al Mausoleo de Hugo Chávez en el Cuartel de la Montaña 4F, de profundo impacto, significó descubrir la emoción que con distintos colores de piel y distintas lenguas se expresó en todas las personas que asistimos. De enorme presencia en su legado para el país, las calles de Caracas tienen el rostro y los ojos de Chávez en pintadas, murales y graffitis. La dignidad conquistada por Venezuela a raíz de la Revolución Bolivariana, alza su figura al lugar de un prócer como lo es Simón Bolívar.
En alguna de las comisiones, se destacaba la alianza cívico militar popular que, como parte de lo expresado en las líneas anteriores, explica que no hayan podido voltear la revolución a pesar del profundo e incesante ataque del Norte.


Mientras la información-mercancía responde a los intereses de los grandes monopolios internacionales, se hace necesario desarmar esos mecanismos construyendo nueva capacidad crítica, la imaginación de nuevos escenarios de organización y de nuevas formas de identificación. De allí que, entre las propuestas de construcción emitidas en el manifiesto del encuentro, se proyectó también una plataforma de comunicación internacional para desmantelar la propaganda mediática al servicio del imperialismo.
Con el objetivo de desarrollar una agenda común internacional con epicentro en la lucha de los pueblos por su soberanía, por su autodeterminación y, también, por la defensa de los derechos humanos frente a las medidas coercitivas unilaterales aplicadas ilegalmente por un grupo de países, así como en la búsqueda de imaginar y confluir en acciones conjuntas ante un mundo cuyas contradicciones se desnudan ante la pandemia del COVID 19, el Congreso emitió un manifiesto final con 7 resoluciones y algunas otras propuestas.
Se declaró, entonces:
–Acompañamos todas las iniciativas tendientes a eliminar las patentes de las vacunas del COVID-19, impulsar la producción y la distribución de vacunas desde una racionalidad centrada en la defensa de la vida y en consecuencia, avanzar hacia el logro de un plan de vacunación mundial con arreglo a la solidaridad, la equidad y la justicia social.
–Condenamos medidas coercitivas unilaterales y demás agresiones criminales perpetradas contra la República Bolivariana de Venezuela, Cuba, Nicaragua, Mozambique, Zimbaue, Irán, Rusia, Siria, Palestina, Yemen, República Democrática Popular de Corea, República Popular de China y demás pueblos del mundo.
–Expresamos nuestra solidaridad con el derecho de autodeterminación del Sahara Occidental, última colonia en territorio continental de África, sometida a una guerra impuesta por Marruecos. Reconocemos su legitima lucha por el reconocimiento pleno de la República Árabe Saharaui Democrática.
–Denunciamos la proliferación de bases militares estadounidenses en América Latina y el Caribe así como su despliegue militar en la región ya que ello constituye un atentado a la paz y la autodeterminación de los pueblos.
–Apoyamos la justa demanda de Argentina acerca de su derecho soberano sobre los territorios de las Islas Malvinas.
–Exigimos al imperialismo estadounidense el cese de las agresiones contra Venezuela y la devolución del patrimonio usurpado de la República Bolivariana de Venezuela al Pueblo Venezolano.
–Rechazamos las iniciativas neocoloniales que lesionan la soberanía de los pueblos del África.
–Manifestamos nuestra solidaridad con los pueblos de Puerto Rico, Galicia, País Vasco, Cataluña y las Islas Canarias en su legítima lucha por su autodeterminación.
–Convocamos a las ciudadanas y ciudadanos del mundo a unir esfuerzos para luchar por preservar la vida, resguardar la paz, defender la soberanía de los pueblos y construir nuevos modelos de convivencia humana a través del desarrollo de una AGENDA 2021-2030 de los pueblos del mundo.
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A veces pienso que todo el pueblo
Es un muchacho que va corriendo
Tras la esperanza que se le va
La sangre joven y al sueño viejo
Pero dejando de ser pendejo
Esa esperanza será verdad
Alí Primera
- Delegada internacional en el Congreso Bicentenario de los Pueblos del Mundo, Caracas, Venezuela. Conductora de Feas, Sucias y Malas, sábados de 9 a 12 hs, por Radio Gráfica.
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