Por Alejandro “Gitano” Ulloa
Cinco grandes temas Cinco
De acá al 2030 el 65 % de los puestos de trabajo en la Argentina serán reemplazables por tecnología. Cómo será ese cambio es un resultado abierto y está en manos de la actual generación de dirigentes sindicales y políticos. En nuestro país es un problema cuya gravedad aún no es posible vislumbrar detrás de la humareda inmediata de la pandemia.
Hay quienes pretenden vendernos el futuro como un movimiento circular con pasillos de laberinto que solo conocen escapistas avezados. La venta de un futuro venturoso como regreso a “todo tiempo pasado fue mejor” es una traición al sentido común bajo el manto de aspiraciones deseables pero no realistas.
La Confederación Sindical Internacional (CSI) a través de su secretaria general Sharan Burrow insistió en la necesidad de “establecer las bases para los derechos en el trabajo, salud y seguridad laboral, salarios mínimos dignos y límites en las horas de trabajo.” Esas demandas de los trabajadores se relacionan con la creación de empleo –especialmente en relación con el medio ambiente–, derechos, protección social universal, igualdad e inclusión. Reclama políticas fiscales, monetarias y de comercio e inversiones centradas en las personas, y el firme compromiso de un acceso universal a las vacunas, los tratamientos y las medidas preventivas, así como la necesidad de una política industrial.
El modelo tiene profecías que no se cumplen
Hace demasiado poco un importante diario digital anunció con gran pompa que “Walmart y Mercado Libre, las dos derrotas de los Moyano que marcan el final de una era en el sindicalismo.” La bajada de la nota señalaba que “tras la capitulación en el conflicto con la empresa de Marcos Galperín, el Sindicato de Camioneros debió ceder ante la cadena de supermercados. La batalla que viene serán las paritarias”. El autor de tal profecía es un insigne alcahuete periodístico de la gran patronal que no cree en los sindicatos.
Pablo Moyano no come vidrio; es muy directo y habla del modelo de la coyuntura. “Los empresarios tienen que dejar de ganar un poquito. De hecho siguen haciendo sus grandes negociados, como Mercado Libre, que tiene más de 600 empleados flexibilizados y no reconoce el convenio. Macri le habilitó una reforma laboral de hecho y luego el empresario se rajó del país”.
“Desde el Ministerio de Trabajo no hay un control sobre el trabajo en negro, desde el Ministerio de Producción no hay un control sobre la inflación” repasa Moyano. “Yo creo que más allá de la bronca que hay en la gente por los problemas económicos, por la vacunación o por la inflación; creo que cuando haya elecciones no vamos a volver a los cuatro años de liberalismo”.
Hugo Moyano padre opinó con dureza en Infocamioneros sobre el futuro profetizado de la conducción de la Confederación General del Trabajo: “No tenemos la menor idea respecto a Gerardo Martínez como posible secretario general de la Confederación General del Trabajo; no sé en qué diario habrá salido, no lo he leído… entre ellos lo habrán decidido”, a lo que agregó que “El ciclo de los jefes de la CGT está cumplido”.
Santa María metió el dedo en el ventilador
Para Víctor Santa María el sindicalismo de antaño “sabía de los temas, se adelantaba y podía proponer cosas. A partir de los 90, el sindicalismo se quedó atrás de los problemas. Todavía hay convenios colectivos de trabajo que son del año 75, y eso atrasa. Hay que discutir esos temas, lo digo como sindicalista. Perdimos también la discusión política. El último gran documento del sindicalismo fue el de Saúl Ubaldini con los “26 puntos para la Unión Nacional” de la CGT. El sindicalismo no volvió a discutir el Estado que quería, los problemas que veía, la solución posible. Era un movimiento obrero preocupado por el pago de la deuda, que también dificultaba el desarrollo de los trabajadores.” En una conversación con el dueño de Perfil, desarrolló sus ideas sin pelos en la lengua.
La conciencia de clase desarrollada en su doble rol de administrador y dirigente sindical cuestiona la sinapsis entre lo que piensa y lo que dice, siempre al borde de lo políticamente correcto o de una mirada conservadora, según el color del cristal de clase con que se mire. Víctor Santa María es el jefe del Sindicato Único de Trabajadores de Edificios de Renta y Horizontal (Suterh) y la cabeza visible del gerenciamiento de un grupo propietario de varios medios y protagonista del “ecosistema mediático de centroizquierda” de la Argentina encabezado por Página/12.
Para Santa María “El peronismo creó una herramienta que le dio mucha vigencia a una discusión histórica de la humanidad que se llama paritarias, afirma el sindicalista. En ese lugar los trabajadores, los dueños de la fuerza, y el capital, se tienen que poner de acuerdo y lo pueden hacer en un contexto en el que el Estado puede mediar. Es una discusión sana en un mundo capitalista.”
“No hemos despedido a un solo trabajador en el tiempo que nos tocó conducir el diario. Hemos pagado los salarios en tiempo y forma. Trabajamos en lo que tiene que ver con el código de violencia de género laboral. Es el único grupo de medios que tiene un código de violencia de género. En la pandemia fortalecimos el teletrabajo”. Santa María lleva adelante un enfrentamiento abierto con los periodistas de Página/12 y la representación sindical interna, adherida al SiPreBA, rechaza sus afirmaciones, lo acusa de provocar “retiros voluntarios” y muestran sus recibos de sueldo como venganza.
Hay que romper el molde
Roberto “Beto” Pianelli, del Sindicato del Subte, es uno de los nuevos emergentes del sindicalismo y opina sobre problemáticas estratégicas: “Hay todo un molde cultural- ideológico que te dice que el mundo va a la reducción de mano de obra. Hay quienes por izquierda se adaptan a esta lógica, y dicen: no va a haber más trabajo en blanco, hagamos una asignación universal para todo el mundo para que puedan comer y que la gente no se muera de hambre.” Es una visión que comparten gobiernos europeos y hasta el propio Vaticano.
Pianelli, cuyo gremio trabaja una jornada reducida de6 hs. x 6 días a la semana, viene insistiendo en que la solución viene por reducir las jornadas laborales, porque la verdad es que cada vez se necesita menos mano de obra. Lo que se necesita no son menos trabajadores, sino menos horas de trabajo para cada uno. “Casi el 60% de los laburantes del país está por fuera de la ley de contrato de trabajo. Yo lo que creo que hay que generar es trabajo con derechos.” El sindicalista subterráneo se niega a las tercerizaciones, a no ser que sean cosas muy específicas, para eventualidades. En el Subte una tercerizada solo entra para eventos puntuales. Todo lo que es trabajo permanente está dentro del convenio.
La reconversión neoliberal de los 90 modificó los convenios colectivos de trabajo, y aparecieron los sindicatos precarizadores. Entonces, en vez de flexibilizar su convenio, flexibilizaron a los trabajadores. Algunos flexibilizaron sus convenios y otros a sus trabajadores, pasándolos a una tercerización estructural: limpieza, seguridad, mantenimiento. Pianelli afirma que “no es más moderno que tengan un convenio más flexible. Eso es el discurso neoliberal. Hay un problema de modelos. Estos vienen por todo, el neoliberalismo no es sólo un sistema económico, también es un conjunto de estructura de ideas y de parámetros establecidos en la sociedad.
Hay que retomar eso que se abandonó en alguna época, la carta de la fundación de la OIT que decía que riqueza es capital, más trabajo. La pandemia lo dejó en evidencia. El capital solo no puede ser el que decida, los trabajadores también tienen que decidir. Una de las grandes peleas es decir que los trabajadores tengan participación. Lo de la participación está en la Constitución, lo que hay que hacer es empujar para que se concrete. Hay que frenar el avance hacia la precarización, flexibilización, abandono del mundo laboral, de las relaciones laborales e ir acercándonos a donde salimos de la derrota, que no va a ser lo mismo, porque no vas a llegar nunca al lugar dónde estabas antes.
“Defender el poder adquisitivo para recuperar el mercado interno”
Omar Plaini encabeza el Sindicato de Vendedores de Diarios (SiVenDia). El gremialista se mostró partidario de alinear precios, salarios, tarifas y jubilaciones, al señalar que de no hacerlo, “se termina afectando el poder adquisitivo del salario. Los trabajadores no pueden seguir perdiendo” frente a la inflación, remarcó el también senador provincial bonaerense, y dijo que se debe ir hacia un esquema de un “Gobierno regulador” de la actividad económica.
“Hay una dirección del gobierno correcta, pero no podemos quedarnos a mitad de camino. Hay un Gobierno articulador del proceso socio-económico y yo creo que tenemos que ir un paso más allá, hacia un Gobierno regulador”, reflexionó. El sindicalista y legislador pidió “dar las discusiones de fondo” al expresar que “tener el gobierno no es tener el poder, ya que el poder pasa por los grandes grupos económicos”.
Plaini es un analista fino de la evolución tecnológica de la sociedad y en su actividad en particular. Desde su sindicato han elaborado una propuesta para responder a la revolución digital que va más allá de los diarios y revistas en papel. A esa evolución responden con la transformación de los kioscos en Unidades Polifuncionales de Servicios (UPS) que presten atención tecnológica digital para trámites informáticos y recaudación, y aprovechando la capilaridad y confianza ganadas por los canillitas en los barrios sirvan como cadena de distribución de pequeños productos.
El dirigente de los Canillitas se planta en una interpretación sociológica: “sectores sociales hay varios, pero clase hay una sola. Se trata de organizar cuadros integrales de la clase trabajadora en el barrio, la parroquia, el sindicato o en lo político institucional.” Para integrar las listas para las próximas elecciones legislativas, señala que el oficialismo tiene “muchos cuadros muy formados, con una generación entre 30 y 50 años que viene pujando muy fuerte.” Plaini se expresó a favor de “volver a recuperar los programas de los partidos políticos” al argumentar que “hoy cualquiera va a la tele y arma un partido”.
María la Paz, un paso patrás, patrás, patrás
El muerto ex presidente Carlos Menem instaló la cultura de decir en campaña lo contrario a lo que tenía pensado hacer en la gestión de gobierno. Sin anestesia y con orgullo. No hubo otro gobierno que destruyera tanto empleo e involucionara en la protección de los derechos de los trabajadores.
Se consolidó un sindicalismo empresario con la capitalización de AFJP de gremios, cundió la precarización de los contratos y la reducción de puestos de trabajo, la flexibilización salvaje a como dé lugar, los períodos de prueba interminables, las tercerizaciones de segunda y tercera generación en servicios públicos que a su vez eran subcontratadas y encomendadas a un cuentapropista para que los brindara bajo su responsabilidad. El sindicalismo argentino no puede aún debatir estas cuestiones en profundidad para tener un balance serio.
La cúpula sindical vigente es parte de aquella historia de negaciones de derechos individuales y colectivos de los trabajadores. En el sindicalismo apenas asoma una superación generacional, con una nueva dirigencia donde se integren las mujeres y lo más dinámico de los movimientos sociales para enfrentar a los desafíos del futuro.
En todo el mundo es la hora de luchar por establecer las bases para los derechos en el trabajo, salud y seguridad laboral, salarios mínimos dignos y límites en las horas de trabajo. Cinco grandes temas, cinco.
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