Por Nehuén Gusmerotti *
Tanguero, rockero, futbolero. Cucuza. Todo es parte del cantor que se anima a jugar con los límites propuestos por los géneros, desde un absoluto respeto, pero con la conciencia de su rol de “mantener lúcido el tango” en los tiempos modernos. Cucuza Castiello ha ido ganando reconocimiento en la escena nacional con el correr de los años. Hoy piensa y analiza “mi vida de cantor es plena”. Lleva hace más de trece años adelante el ciclo “El Tango vuelve al Barrio” en el histórico bar El Faro de Villa Urquiza. Ese lugar que es una símil “Cueva de Pasarotus” tanguera y contemporánea, donde conviven leyendas del género, con nuevos intérpretes.
Una de sus últimos lanzamientos discográficos fue Menesunda: Tangolencia Rockera. Un disco de reversiones y mezclas entre canciones de rock hechas tango, algunos tangos rockeados y la hermandad entre dos géneros de esencia poderosamente porteña que se hace carne en este LP.
Su llegada al rock y el vínculo con el tango
Para entender el origen de Menesunda, hay que remontarse a los primeros años en la vida de Cucuza. “El rock llega a mí por mi hermano mayor. Mientras mi viejo y yo escuchábamos tango, mi hermano capaz venía con uno de Purple, de los Beatles, Almendra. Después volvía mi viejo y ponía de nuevo a Ángel Vargas”. En la casa de los Castiello la mezcla era parte del día a día. Pero con el correr de los años, Cucuza también se permitió jugar en ambas canchas. “En la adolescencia fui a ver miles de recitales en vivo. Soy comprador compulsivo de música”. Ya con más de cincuenta años encima, igualmente reivindica el rol de su hermano en su formación musical: “El tango es mi primer amor, pero me salvó la oreja escuchar los discos de mi hermano”.
A partir de este inicio, la pregunta que aparece en escena es, ¿Cómo nace la idea de la mezcla entre el tango y el rock? “Fue sentirlo. A mí me funciona mucho la piel de gallina”, explicó Cucuza. Luego, ahonda en el análisis: “Después vas viendo a Mederos tocando el Almendra, a Charly diciendo en sus primeros años que Sui Generis era, entre otras cosas, tango, estas conexiones uno las va viendo. Hay tango en el rock, y rock en el tango”, sentenció.
Yendo a ejemplos más actuales, Cucuza recordó uno de los primeros recitales junto a su hijo. “El primer show que fue a ver mi hijo Mateo, con cuatro meses, fue de Los Visitantes, de Palo Pandolfo. Ahí hay tango, es afinar un poquito la oreja”. La Menesunda arrancó en 2013, desde aquellos años que Cucuza busca y revuelve encontrando esas conexiones entre ambos géneros. “A veces cuesta más, pero a veces están a la vista. El de Babasonicos fue un hallazgo, me lo hizo ver una amiga tanguera”, agrega, destacando también que a veces es un trabajo colectivo.
Dos bandas que dicen presente en Menesunda son Babasonicos y Virus. En estos casos particulares, Cucuza analiza lo que representan y el hallazgo hecho en sus canciones. “Tanto Virus como Babasonicos han sido emblemas de la modernidad, acá estamos diciendo que adentro de la modernidad también hay tango. Es añoso, pero puede ser moderno, Troilo alguna vez fue vanguardia”.
El cambio de época
El cantor no le esquiva al presente. Reconoce que este contexto está mucho más preparado para una apuesta como Menesunda que hace unos años. “Siempre ha habido diferencias, incluso dentro de los géneros. Pero las generaciones rockeras y tangueras que vienen, están más abiertas, no solo en lo musical. Sigue habiendo espacios más cerrados, pero esto de la menesunda, por ejemplo, hace unos años no se habría podido hacer, o no hubiera sido bien recibido”.
El presente del rock y del tango
Un debate ineludible tiene que ver con el presente de ambos géneros. Al tango le han dado certificado de defunción más de una vez, el rock comienza a ver como su reinado se pone en disputa. Cucuza lo analiza desde otro enfoque. “Hay un paralelo entre el tango y el rock. Al tango se le dio cierta mortalidad en algún momento, ahora se dice del rock. Yo creo que ambos han alcanzado un nivel de inmortalidad, en eso juegan juntos, sin dudas junto al folclore”. Y resaltó el rol presente de las y los artistas contemporáneos, “Siempre está en nosotros mantenerlo lúcido”.
En esta discusión, ahora se suma el trap, la ola impuesta por las y los pibes que sacude el avispero entre los más conservadores. “No hay que ser giles, lo del trap está pasando, dentro del género se dicen cosas muy interesantes”, aclaró Cucuza. “ Ysy A me gusta muchísimo, tiene esa pata metida en la música del Río de la Plata. Esa idiosincrasia con el barrio que en es un punto de contacto con el tango”, agregó, revalidando una postura más abierta con las y los artistas de este género. “Es una música recontra válida, hay cosas que te van a gustar, cosas que no. Eso pasa. No hay que negar que en la escena, están ocupando un lugar, a los pibes les pasa algo y es una opción muy válida”.
Para cerrar el asunto en lo que a su postura respecta, Cucuza hizo referencia a una analogía bien futbolera, “En la música te podes poner dos camisetas, no es mala palabra. No es una cosa o la otra, se puede”. Además, resaltó que hay que respetar los gustos, y no mirar de reojo de antemano. “La menesunda, hacerle un tango al Ysy, son muestras de que mi camiseta es la de la música”, dejo en claro el cantor porteño.
Su admiración por Diego
Como gran parte del pueblo argentino y del mundo, Cucuza es un ferviente admirador de Diego Maradona. Compañero en Argentinos Juniors de su hermano, Hugo, el “Turco”, tuvo la suerte de conocer a Diego desde chiquito, a Doña Tota, a todos. El reencuentro se dio hace no mucho tiempo, para sus cincuenta años, cuando Diego le mandó un vídeo de Whats App saludándolo. “A partir de ahí retomamos un breve contacto a través del teléfono”.
Antes de continuar, y contar una anécdota muy particular, Cucuza aclaró: “Mi vida de cantor y futbolista es muy plena, estoy realmente muy feliz con lo que me pasa”. Pero hay cosas que superan la expectativas, y una de ellas fue entonar el mítico tango “El sueño del pibe”, junto al ídolo máximo del pueblo argentino. “Esto que me pasó con Diego, yo lo soñé. Yo pensé: Que lindo sería alguna vez cantar con Diego. Sabiendo que es tanguero, que ha cantado “El Sueño del Pibe”, un tema que a mí me emociona mucho”, adelantó.
El sueño se cumplió en un partido a beneficio jugado en cancha de Argentinos Juniors en 2019. “Pude estar en el vestuario por haber sido jugador, un vestuario con mucha gente amiga y gente que admiro mucho. Estaba chocho solo con estar ahí. Encima, al rato llega Diego al vestuario. Cuando él me saluda me dice con su voz desgastada: Cucuza, la concha de tu hermana, te pasó un tren por encima. Y en esta barbaridad te demuestra, siendo la persona más conocida del planeta, que sabe quién sos, te recuerda”, contó al borde de la emoción.
La coronación de esa épica noche en La Paternal se dio al final de la jornada. Para Cucuza el recuerdo está grabado a fuego. “Cuando Diego saluda a la gente, el “Pipa” Gancedo le dice a Diego que yo quería cantar un tango. Me quería meter debajo de la tierra. Y Diego me agarra y yo me pongo a cantar “El Sueño del Pibe”, con la esperanza de que me siga. Cuando empieza a tararear la letra le di el micrófono, y terminamos cantando el tema juntos. Superó el sueño, porque fue en la cancha de Argentinos, eso no lo había soñado”.
El Faro y el tango vuelve al barrio
Una de las iniciativas que lleva adelante Cucuza Castiello hace ya varios años es “El Tango Vuelve al Barrio”. Se trata de jornadas nocturnas en el histórico bar El Faro, ubicado en Av. de los Constituyentes 4099. “Yo si bien canto tango de toda la vida, sin ninguna duda, el 2007 es un antes y un después en mi vida”, aclaró Cucuza al ser consultado por su vínculo con este lugar.
“Yo soy vecino del Faro, vivo a dos cuadras. Mi viejo fue habitué del bar, incluso antes que yo viva cerca. Está esa relación. Y es un bar de 1931 y pensé en hacer tango ahí, veía una quietud, tenía ganas. Y pensé en “El tango vuelve al barrio”, no porque en Villa Urquiza no hubiera tango, es un barrio tanguero, pero en El Faro no había tango, solo en su espíritu”, comentó acerca de cómo nació este ciclo que ya cuenta con trece años un reconocimiento popular importante.
Modestia aparte, el cantor destaca la importancia de haber sostenido este ciclo en el tiempo. “Es mucho para una movida independiente y tanguera, el tango no es masivo como antes. Sigue siendo popular, pero ya no es masivo. Trece años, en ese lugar han pasado muchas personas, cantores muy conocidos, consagrados. Pero la misma noche que venía Rubén Juárez o Alberto Podestá, venía gente que está empezando o no es tan conocida. Se armó una especie de semillero. Hice amigos y amigas que están siempre”, contó con alegría Cucuza. Hoy El Tango vuelve al Barrio es una iniciativa única en la Ciudad de Buenos Aires, ese semillero mantiene viva la llama tanguera desde una cercanía vital para, como destacó Cucuza: “mantenerse lúcido”.
Cucuza Castiello podría seguir charlando horas. Es de esos tipos sumamente cálidos, cercanos y abiertos a entrar, sin chicanas, en cualquier polémica. Su obra ya lo trasciende y lo ubica entre los tangueros más interesantes de estos tiempos. Aunque, como aclara, el tango lo sostiene a él, desde toda la vida, y no al revés. Cucuza. Tanguero, rockero, futbolero. La esencia porteña viva en una menesunda digna de conocerse.
(*) Conductor de Resistiendo con Ideas (sábados de 18 a 20, domingos de 16 a 18)
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