La liberación de los bienes regulados por propiedad intelectual en torno al Covid 19, un debate crucial que atraviesa la geopolítica y el modelo de producción mundial. En el 2020, en el marco de la Organización Mundial del Comercio (OMC), India y Sudáfrica solicitaron la liberación de las patentes de las vacunas en el contexto de la pandemia. Pocos días atrás, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se expresó a favor de esa postura.
La experta en la materia, Beatriz Busaniche, de la Fundación Vía Libre, habló con Úrsula Asta en Radio Gráfica sobre el tema y aseguró que “hay un montón de campos donde la propiedad intelectual está operando como una limitación” por lo que “liberar las patentes es condición indispensable, mas no suficiente”.
UA: ¿En qué contribuiría la liberación de los bienes regulados por propiedad intelectual y cuáles son los contrargumentos ante lo que sostienen algunos laboratorios: que esto va a socavar la repuesta ante la pandemia y que esto va a frenar la innovación?
– Las grandes corporaciones, que son la industria farmacéutica, las que producen medicamentos, métodos diagnósticos, semillas, todo lo que tiene que ver con la industria química; la industria del entretenimiento, de los libros, de las películas, de la música y la industria tecnológica, vienen sosteniendo desde hace décadas algo que es una falacia, que es que el sistema flexible de propiedad intelectual bloquea o frena la innovación, que sin propiedad intelectual no habría innovación. Esto no es así. Estudiado a lo largo de la historia, los países que más se han desarrollado, en sus áreas de industria basadas en conocimiento, lo han hecho con sistemas laxos de propiedad intelectual. Solo después de haber desarrollado ampliamente esas industrias se generaron mecanismos más rigurosos de regulación de propiedad intelectual. Esta versión actualizada, de que si se flexibiliza la propiedad intelectual, para aquellos elementos claves para luchar contra el Covid 19, en este marco podría llegar a tener un impacto en la innovación es una de las mentiras más claras.
Primero porque toda la innovación, que ha sido asombrosa en este último tiempo, en el desarrollo de vacunas y demás, se ha hecho con fondos públicos. Incluso las tecnologías que más se destacan como innovadoras, que son las que están detrás de las vacunas de Pfizer y Moderna, se hicieron con desarrollos científicos que fueron desarrollados con fondos públicos en los Estados Unidos. Esto es una falsedad. No es cierto económicamente ni históricamente que liberar los bienes regulados por propiedad intelectual puede llegar a socavar la respuesta a la pandemia o frenar la innovación.
UA: ¿Por qué sostienen, las organizaciones que trabajan el tema, que no sólo hay que liberar patentes de vacunas sino también toda la propiedad intelectual que regula otros bienes en relación a la pandemia? ¿Cuáles son esos bienes?
-Las organizaciones que venimos sosteniendo la necesidad de un waiver en materia de propiedad intelectual, entendemos que la liberación de las patentes es condición indispensable, mas no suficiente. ¿Qué significa esto? Que con las patentes solas no se llega al objetivo de atender la emergencia de salud pública que implica la pandemia. Existen muchos otros campos, regulados por propiedad intelectual, sobre los cuales también hay que poner el foco. Por ejemplo, todo lo que tiene que ver con los secretos industriales y el know how. Muchas veces conocer y tener la posibilidad de liberar una patente y tener toda la información vinculada con el registro de una patente, no permite el desarrollo de esa innovación o de ese principio activo sino que hace falta una serie de conocimientos aledaño, lo que generalmente se reservan los laboratorios bajo la forma de know how.
También hay, por ejemplo, temas vinculados con software, con programas de computo que se usan para definir o desarrollar las cadenas celulares, para la implementación de las tecnologías que se necesitan para la producción de ciertos tipos de vacuna. También hay que tener acceso pleno a papers académicos, a investigación, a los datos de prueba farmacológicos, al software que hace funcionar los respiradores. En muchos casos, por prohibiciones vinculadas con el copyright, hay respiradores que tienen problemas de software y no se pueden reparar. Hay un montón de campos donde la propiedad intelectual está operando como una limitación a lo que los distintos cuerpos médicos, los sistema de salud, los laboratorios de cada país pueden hacer frente a la pandemia. Es muy amplio el tema de propiedad intelectual y nosotros lo que decimos en la Fundación Vía Libre es que liberar las patentes es condición indispensable, mas no suficiente.
UA: Por último, ¿crees que es auspicioso el debate que se está dando y que puede efectivamente llegarse a un acuerdo de este tipo?
-El debate que se está dando es de una riqueza importantísima y la verdad es más que auspicioso. Es un debate que típicamente se da en un nicho muy pequeño de especialistas, donde algunos estamos habitualmente, como la Organización de Propiedad Intelectual, la Organización Mundial del Comercio. Pero salir de esos ámbitos de nicho a la discusión del gran público, es una de las cuestiones que más nos ha costado a lo largo de los años. Nosotros, en Fundación Vía Libre, trabajamos hace 20 años en darle visibilidad pública a este debate por el impacto que tiene, no solo en la salud pública, en esta coyuntura, sino también en derecho a la educación, en la economía de un país, en la administración y el giro de regalías por propiedad intelectual.
Es un tema central en el desarrollo económico, en el desarrollo social y en los derechos humanos. Sin embargo, lograr que un tema complejo, que muchas veces es planteado de forma crítica, gane espacio en el debate del gran público para nosotros no puede ser más que una excelente noticia. La OMC es un bicho muy difícil, un lugar muy complejo para el logro de acuerdos . Creo que la perspectiva abierta, a partir de las declaraciones de Joe Biden, el cambio de posición de Estados Unidos al respecto es fundamental. Pero ahora hay que ver cómo se posicionan los otros países que estaban en la negativa y cuáles son los consensos que se logran. Un waiver amplio es el objetivo que nosotros tenemos, pero lo cierto es que la construcción de consensos al interior de la OMC requiere mucha cintura y mucha muñeca negociadora por parte de los que están ahí sentados y, por supuesto, por la representación de cada uno de los países. Esperamos que los países como la India, como Sudáfrica, como Argentina, puedan sostener una posición fuerte a favor de los derechos humanos.
Redacción Lucía Izaguirre
Discusión acerca de esta noticia