Por Lucas Molinari y Leonardo Martín
La pandemia puso el mundo patas para arriba, en una situación sin paralelismo histórico en su dimensión. Un presente que generó perplejidad con imágenes propias de un futuro distópico. Se habló y se escribió mucho, desde diferentes ángulos, desde la filosofía, la ciencia, la religión con una pregunta coincidente: ¿Por qué está pasando esto? ¿Cuáles son las razones?
Sin embargo, la causa del surgimiento del COVID-19 no está en la agenda política mundial, mucho menos en los medios del sistema. Porque sería poner en cuestión el capitalismo y la relación de la especie humana con la naturaleza. Es que la respuesta a cómo evitar una nueva pandemia está en un cambio de raíz.
Ahora bien, a un año del decreto del ASPO (Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio) en Argentina, vale la pena hacer una reflexión sobre el mismo nombre de la medida tomada el 20 de marzo del 2020. Aunque quedó naturalizada vale poner en debate esto del “aislamiento social”, que luego tuvo que ser modificado como “aislamiento comunitario” en los barrios populares (corrección planteada por la problemática del hacinamiento, no por una política pública participativa).
Si de lo que se trata es de separar los cuerpos para evitar el contagio del virus, deberíamos corregir ese concepto de “aislamiento social” por otro que destaque la importancia de la comunidad, donde prime el cuidado colectivo.
Porque sin la comunidad millones de compatriotas no habrían subsistido. La solidaridad de las ollas populares, la fuerza del trabajo militante, en cada comedor, unidad básica, sindicato, entre tantos espacios. Sin comunidad no se podría estar desarrollando con éxito la impresionante campaña de vacunación en Provincia de Buenos Aires (que está dando cátedra sobre la gestión de lo público).
Cierto que esta reflexión le cabe no sólo al “lenguaje” del gobierno argentino, sino que le cabe a muchos otros países (el culto al individualismo, atraviesa Occidente).
En ese mismo sentido, cuando Alberto Fernández definió en la apertura de las Sesiones Ordinarias del 2020: “Somos un gobierno de científicos”, vale preguntarse ¿Qué significa ese planteo para el desarrollo de la política de Estado?
Porque ¿Cómo se construye la ciencia?
Si es desde el sector privado sabemos que predomina la búsqueda ante todo de la tasa de ganancia, como se manifiesta en la puja entre laboratorios que fabrican vacunas (con tremendas operaciones mediáticas).
Si es desde el sector público la prioridad está en el interés común, pero… ¿Cómo se investiga, cómo/quién toma las decisiones? ¿El pueblo organizado interviene? En un gobierno de científicos, ¿Solo importa la palabra de quienes tienen un título universitario? ¿Y los saberes populares?
Claro, que son discusiones que parecieran imposibles dado el trágico nivel de debate público, con las expresiones anti-cuarentena y terraplanistas que promovieron los medios hegemónicos y la oposición apátrida. Pero no por eso, son reflexiones a dejar de tener en cuenta.
Destaquemos a Venezuela, un país sitiado por el imperio, que logró una gestión de la pandemia que debería estudiarse. “La cuarentena radical” 7 más 7: Una semana el aislamiento total y una semana, parcial, para poder mover el aparato productivo. Un esquema que logró evitar los contagios masivos. Tal y como manda una comunidad organizada, con el saber popular jerarquizado en la planificación de la política pública.
Le guste o no a muchos sectores, la gestión de la pandemia de Gildo Insfrán en Formosa, resguardó no solo a su provincia sino al país entero del ingreso de nuevas cepas, como afirmó el querido Jorge Rachid esta semana en Gráfica. Mientras tanto, por el Aeropuerto de Ezeiza llegaron turistas con “test pcr” truchos.
Como la pandemia sigue y se viene la “segunda ola”, estos debates son necesarios. Porque en Argentina terminó ganando el discurso “aperturista” pro-mercado, que llevó a un relajamiento de los controles desde el Estado, que hoy pareciera que sólo puede limitarse a dar recomendaciones.
Porque “nadie se salva solo” y “nadie se realiza en una comunidad que no se realiza”.
Finalmente, para la semana próxima, prometemos trabajar en la radio y en este Panorama, los 45 años del Golpe con la palabra de los y las resistentes.
PANDEMIA EN EL MERCADO LABORAL ARGENTINO. Este 20 de marzo se cumplió un año del comienzo del Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio, que luego se fue flexibilizando por zonas, con algunas marchas y contramarchas según las diferentes regiones del país. Una situación necesaria, donde inevitablemente se agudizó la crisis económica heredada del macrismo. Punto a favor del Gobierno, todos los pacientes tuvieron la atención requerida. Se evitó un colapso que hubiera dejado imágenes aún más dolorosas.
Los índices macroeconómicos del 2020 fueron similares a la brutal caída económica del 2002, con un retroceso en torno al 10% en ambos años. Un golpe demoledor sobre el mercado laboral donde el sector formal de los trabajadores logró sostener empleos y salarios (en el saldo final un leve retroceso en ambos), pero que una vez más dejó al descubierto la precariedad y la informalidad en que muchos compatriotas viven y trabajan.
A partir de los incrementos salariales con sumas fijas por decreto en el primer trimestre del año, el refuerzo de políticas sociales como la Tarjeta Alimentar e incrementos para jubilados de la mínima, congelamiento de tarifas, se podía prever que el 2020 iba a ser un año de recuperación de empleo y poder adquisitivo tras el desastre macrista. Pero, “pasaron cosas” hubiera dicho un ex mandatario reaparecido en estos días. Esta vez no autoinfligidas.
Retomando. En el impacto de la pandemia sobre el trabajo hubo dos velocidades y capacidades de respuesta distinta. En el mercado laboral formal con sus organizaciones gremiales, con registros accesibles, se logró atenuar una crisis económica de dimensiones históricas.
El gobierno desplegó medidas como los ATP (que alcanzó a 2,7 millones de laburantes en el momento más cruento del aislamiento), promovió los acuerdos de suspensiones con cobertura de una parte del salario, hizo una rebaja de cargas patronales a sectores afectados por el aislamiento y dispuso créditos a tasa baja (muy difíciles de implementar por la lógica especulativa y autónoma del sistema financiero).
A ello sumó la prohibición de despidos y prorrogó la doble indemnización, entre otras medidas. El gobierno enfrentó esta situación con recursos escasos producto de la crisis heredada y resolviendo el default que Macri generó a los 25 minutos de su “primer tiempo”.
Las cifras oficiales indican que respecto a la prepandemia se perdieron 187 mil puestos formales con un poder adquisitivo que se retrotrajo un 1% según un informe que esta semana difundió la Universidad de Tres de Febrero. Una recuperación que se dio sobre el tramo final del año, tras ser aplazadas las paritarias en el momento más duro del aislamiento.
Los sectores más afectados fueron turismo, espectáculos, gastronomía que en los últimos meses del año comenzaron a tener un alivio tras una afectación casi total. Otra actividad golpeada que viene mostrando mayores niveles de recuperación fue la construcción que ya venía en picada durante el último tramo del macrismo y que en el primer tramo del aislamiento quedó totalmente paralizada.
Diferente fue la suerte para el sector denominado informal y cuentapropistas donde hubo un derrumbe de los índices. En el momento de cuarentena más duro afectó a 4 millones de trabajadores y trabajadoras que perdieron sus ingresos. 11 millones de personas asistieron a comedores, 3 millones más que en 2019. Muchos de ellos lo hicieron por primera vez.
El pago del Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) fue una medida paliativa que trazó un cuadro de situación alarmante. Inicialmente el gobierno estimó que su pago alcanzaría a 3 millones de personas, finalmente fueron 9 millones tras registrar 12 millones de pedidos.
Una realidad que se explica por años de políticas neoliberales y miseria planificada, de desestructuración del sistema productivo, en un contexto global del triunfo del capital financiero que sigue deteriorando las condiciones laborales y agudizando la concentración y centralización de la riqueza en pocas manos.
Es un desafío para Argentina y el mundo consolidar sociedades donde haya trabajo con derechos, con una cobertura social adecuada, menos desiguales, quebrando la pobreza y marginalidad estructural y con oportunidades de desarrollo pleno para el conjunto social. Es posible hacerlo, las condiciones técnicas lo permiten. La respuesta está en la política que los poderes concentrados se encargan de desgastar y desprestigiar justamente porque saben que allí está la capacidad transformadora.
Los primeros tiempos de la pandemia generaron estos debates, algunos imaginaron que tras la crisis sanitaria sobrevendría un mundo mejor, que la “crisis civilizatoria” iba a convertirse en una fuerza transformadora. Lo que en realidad pasó es que quedaron descubiertos los engranajes de cómo funciona el sistema más que incubar un cambio radical. De todos modos habrá que esperar para ver las consecuencias y el saldo final de la pandemia.
Bajemos a nuestro territorio. ¿Cómo se expresa esto en términos de estructura económica? El “ejército” de desocupados es utilizado por el capital para avanzar sobre conquistas obreras. El gremio metalúrgico es una muestra clara de este proceso, porque hasta en las principales empresas la flexibilización laboral gana cada vez más lugar, a partir de las tercerizadas.
También en las fábricas donde los laburantes están todos registrados, viene dándose un fenómeno de multi-tareas que van contra el convenio colectivo de trabajo, porque los trabajadores que tienen enfermedades crónicas se siguen quedando en sus casas. Como en general no se contratan suplencias, en muchas líneas de producción fabril hay una sobrecarga en quienes están trabajando.
Ahora bien, cuando se terminen los decretos que obligan a las empresas a pagarle a trabajadores que por edad o enfermedades crónicas no fueron a la fábrica, ¿los van a volver a sumar a los planteles? ¿Llegarán las vacunas antes del fin de esos decretos? Pero si una empresa pudo producir con menos laburantes ¿Volverá al esquema pre-pandemia? Y cuando se termine la prohibición de despedir ¿Qué escenario se prevé? Interrogantes que están siendo analizados sobre todo en los gremios (de hecho el “retiro voluntario” está siendo utilizado hace meses como forma de despido encubierto).
A la vez, se aceleraron transformaciones en un mundo muy desafiante para el sindicalismo. ¿Cómo responder a esas mutaciones económicas y sociales. Teletrabajo, trabajadores de plataformas sin derechos, donde un algoritmo organiza sus jornadas laborales, utilización de la inteligencia artificial, reducción en ciertos ámbitos de la cantidad de trabajadores e irrupción de otros nuevos, una informalidad creciente.
¿Cómo representar adecuadamente a esos trabajadores que hoy teletrabajan y que no tienen la perspectiva de volver a la oficina? ¿Cómo conquistar derechos y sostener los que ya se lograron en las nuevas modalidades?
¿Cómo negociar con empresas con directivos invisibles? ¿Cómo ganar fuerza social frente a las grandes corporaciones cada vez más poderosas? Sólo algunos aspectos de debates se proyectaban para un futuro próximo pero que ya está entre nosotros.
PERSECUSIÓN. Venimos cubriendo el conflicto en la fábrica del Grupo Techint, Ternium Siderar de Canning. Allí un reclamo de la base metalúrgica por el correcto pago de sueldo desató un fuerte conflicto el pasado 11 de febrero que ni la comisión interna ni la UOM Seccional Avellaneda pudieron conducir. “Hay mucha bronca entre los trabajadores porque el maltrato también se agudizó con la pandemia y los salarios no superan la línea de pobreza”, explicaron fuentes gremiales.
Parece que la extensión del conflicto que tuvo varios días parada la planta que produce chapas para la construcción y para la línea blanca, hizo que tres directivos del Grupo que dirige Paolo Rocca fueran eyectados.
Ahora la empresa va por la cabeza de quienes lideraron, sin fueros gremiales y desde el llano, la protesta. Son cuarenta laburantes que organizaron el acampe y encabezaron varias peleas al mismo tiempo (con Ternium y con la UOM Avellaneda).
Uno de esos obreros escribió a Gráfica esta semana con un mensaje preocupante: “Buenas tardes compañero!! Te paso el panorama de hoy en TERNIUM CANNING!! Estando en conciliación, la planta en producción, en distintas reuniones. En ministerio / gremio y por zoom!! Celebrado incluso ayer, ambas partes “mostraron” avances en las conversaciones. Lo llamativo de todo es el accionar de la empresa en el día de hoy ! Con un método muy poco ortodoxo, llamando uno por uno a cada trabajador de los 40. (despedidos). Para realizar un ofrecimiento. 1) arreglo “voluntario”.. 2) Sanción disciplinaria. 3) Despido con causa. Y la empresa deja o bien sabe de los juicios que puedan tener!! Esa es la situación en planta !! Encarando el tema ni más ni menos que el mismísimo gerente de recursos humanos!! El doctor MUSCOLINO !!”
A 45 años del golpe cívico militar, Techint que fue parte del genocidio, acumuló un gran poder desde 1976 y se sigue manejando con nuevos métodos extorsivos que un Estado democrático debería no sólo repudiar, sino hacer respetar los derechos básicos de quienes producen las riquezas.
IMPUESTO A LAS GANANCIAS. La semana entrante se tratará en la Cámara de Diputados el proyecto de ley para elevar el impuesto a las ganancias a 150 mil pesos, tras obtener dictamen en una reunión conjunta de las comisiones de Presupuesto y Legislación Laboral. Las modificaciones tuvieron el apoyo del grupo de diputados de extracción sindical.
Vanesa Siley (presidenta de la Comisión de Legislación Laboral), Hugo Yasky y Pablo Carro (CTA-T), Walter Correa (Trabajadores del Cuero), Patricia Mounier (SADOP), María Rosa Martínez (Corriente Federal de Trabajadores) y Facundo Moyano (ex Peajes), expresaron su satisfacción con la iniciativa. Subrayaron la importancia que la medida tiene en la reactivación del consumo, no dejando de mencionar en algunos casos la necesidad de debatir una reforma tributaria integral.
Hugo Yasky indicó que “se dio una coincidencia en todo el espectro sindical apoyando con convicción el proyecto que estamos tratando. Habla de un consenso altísimo entre sindicatos con una enorme diferencia de ingresos”.
“Se llegó a un punto de distorsión tan grande donde cobrar un salario bajo la línea de pobreza y tributar ganancias tenía una diferencia de solo $20.000. En lugar de ser impuesto progresivo se convirtió en un impuesto regresivo“, agregó.
Vanesa Siley, por su lado, expresó: “Tenemos la satisfacción de haber sacado este dictamen donde vamos a tener a partir del nuevo piso y de todas las deducciones, incluyendo el aguinaldo, la retroactividad a enero, la deducción por viáticos, el diferencial patagónica, las especiales consideraciones para los ingresos de jubilados y jubiladas, guardería, hijos con discapacidad y deducción para personal de salud esencial. 1.267.000 dejarán de tributar ganancias en un aporte importante para recuperar poder adquisitivo del salario. La satisfacción de poder contribuir desde el Congreso a la reactivación económica movilizando la rueda del consumo y el empleo“.
En el último tramo de la negociación se adicionaron ítems que no sumarán para el pago del impuesto: gastos de guardería y jardín materno infantil; adicionales por hijos con discapacidad y en el caso de los trabajadores de salud no se computarán horas extras hasta el 30 de septiembre de 2021.
Pese a algunas críticas de los legisladores de Juntos por el Cambio, está allanado el camino para la sanción de las modificaciones. La primer iniciativa significativa parlamentaria del oficialismo y que atiende un reclamo gremial que atravesó la última década y que provocó no pocos conflictos durante el segundo gobierno de Cristina Kirchner y que durante el macrismo sumaron 1 millón más de trabajadores que comenzaron a pagar el tributo que durante la campaña Cambiemos había prometido eliminar.
Impuesto a las Ganancias. Obtuvo dictamen, la próxima semana se tratará en el recinto
PARITARIAS
UNIÓN OBRERA METALÚRGICA. Una paritaria de referencia para el sector industrial y que se da en un contexto de recuperación de la producción, incluso por encima de los niveles prepandemia. Este jueves se produjo la primer reunión en donde se estableció un cuarto intermedio hasta fines de marzo.
La UOM pide un 35% de incremento salarial y una mejora de algunos puntos más en el mínimo, una propuesta que sube un par de puntos las negociaciones paritarias que arrancaron a comienzos de año con un 29%. También busca establecer cláusulas de revisión, como ocurrió en otros acuerdos ya firmados.
AMSAFE: Docentes santafesinos aceptaron la propuesta salarial en un plenario provincial donde votaron 29.091 trabajadores y trabajadoras suspendiendo el paro de 48 horas previsto para el comienzo de semana. La paritaria se acordó en un 35% en tres tramos, adelantando uno de ellos para que impacte en el aguinaldo. También se establecieron una serie de puntos a cumplir para mejorar las condiciones laborales.
DESMOTADORES: La Federación de Trabajadores del Complejo Industrial Oleaginoso, Desmotadores de Algodón y Afines de la República Argentina acordó la paritaria de los desmotadores bajo los Convenios Colectivos de Trabajo 387/04 y 388/04.
El salario inicial de un trabajador de una jornada normal (200 horas mensuales) de la categoría inferior -peón- entre salario básico y adicionales llegará a $66.043,92 a partir del 1° de abril de 2021, a $68.915,40 a partir del 1° de junio de 2021 y a $71.786,87 para septiembre de 2021. El acuerdo paritario tendrá vigencia hasta el 31 de diciembre de 2021.
Además, acordaron el pago de una asignación extraordinaria no remunerativa de $16.000 que se abonará en dos cuotas iguales y consecutivas que se liquidarán en noviembre y diciembre de 2021.
YAPA. Táctica y estrategia. Este jueves Radio Gráfica cubrió el acto por el dragado y balizamiento del Canal de Magdalena. El cierre estuvo a cargo del senador nacional Jorge Taiana que dejó una reflexión que debería ser tomada en cuenta por la militancia popular toda: “Hay un error muy común en la dirigencia política de todos los sectores, incluso la nuestra. Es la creencia que una serie de aciertos tácticos garantizan un resultado estratégico correcto. Y la verdad que no. Yo puedo contarles demasiadas historias donde hemos tenido aciertos tácticos que nos han llevado a derrotas estratégicas. Así que de lo que se trata es de tener clara una estrategia de acumulación de fuerzas y poder social para los sectores que quieren la transformación de la argentina, para que este sea un país justo, con un desarrollo sustentable, donde haya futuro para nuestros hijos”.
Elocuente Taiana, haciendo una crítica a la manera de pensar de muchos “profesionales de la política” en esta “democracia de la derrota” (recomendamos en este sentido el artículo de Piraña).
Invitamos a leer y difundir la cobertura (que también realizaron otros medios populares como Barricada TV y FM Riachuelo, además de la Agencia Télam). Son los grandes temas nacionales que deberían estar permanente en la agenda. Porque se trata de la recuperación de la industria marítima argentina, donde no sólo está en juego la soberanía y la posibilidad real de recaudar más para el Estado… sino que son miles de puestos de trabajo que podrían generarse.
Por eso, diferentes expresiones del movimiento sindical están levantando las mismas ideas que hace 200 años circulaban entre las montoneras y los caudillos federales: Tener el control de nuestras vías navegables.
Las luchas de ayer y de hoy conectadas por la tradición nacional y popular que sigue soñando en la segunda y definitiva independencia.
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