Por Lorena Fernández Bravo*
El miércoles 24 de febrero se publicó en el Boletín Oficial un nuevo requisito para obtener la Licencia Nacional de Conducir, se trata de un curso sobre “masculinidades, violencias de género, identidad de género y patriarcado”.
El curso se suma al examen teórico y la parte práctica habitual. Entre los temas que incluye abordará los siguientes: género, roles y estereotipos, identidad de género, violencia de género, tipos y modalidades de violencia, masculinidades: patriarcado y heteronormatividad, mitos sobre violencia, femicidios, travesticidios, transfemicidios y crímenes de odio, entre otros. Además, se dará como anexo una “Guía práctica de comunicación con sensibilidad de género del transporte”, para eliminar el sexismo en señales y cartelería.
La iniciativa estuvo a cargo de la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV), dirigida por Pablo Martínez Carignano, que depende del Ministerio de Transporte y el área de género del mismo Ministerio definió los contenidos del curso. El director expresó que calculan que en marzo, el mes corriente, ya se empezará a exigir en las grandes ciudades.
La disposición se basa en las leyes nacionales N° 26.485 de Protección Integral para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres y N° 26.743 de Identidad de Género, con el objetivo de confirmar el derecho de igualdad ante la ley, el principio de no discriminación por motivos de género y la eliminación de patrones socioculturales que promueven y sostienen la desigualdad de género y las relaciones de poder sobre las mujeres.
En línea con la perspectiva de género que se intenta incluir en esta capacitación, aclaran desde la Agencia que, “se entiende necesario incorporar en el curso obligatorio para el otorgamiento de la Licencia Nacional de Conducir, un módulo que contemple la temática en cuestión y promueva valores de igualdad y la deslegitimación de la violencia contra las mujeres en la conducción de vehículos, la vía publica, la seguridad vehicular, y todo lo relativo a la materia”.
Mujeres al volante
La cantidad de mujeres que manejan crece a paso lento. En 2012, tenían el 28% de un total de 385 mil licencias y, en 2018, se registró que un 32% de los 459 mil registros fue otorgado a conductoras, según los informes relevados por organismos de la Ciudad de Buenos Aires.
Aunque desde hace seis años y según datos de la Agencia Nacional de Seguridad Vial, la mujer comenzó a sumar protagonismo a la hora de conducir automóviles y motos.
En sus declaraciones sobre esta nueva iniciativa, Martínez Carignano mostró datos que confirman que las mujeres mueren en mucha menor proporción que los varones en siniestros viales, que es significativamente menor la cantidad que maneja alcoholizada, que usan con más frecuencia el cinturón de seguridad, el sistema de retención infantil y el casco si están en moto y que no participan en eventos violentos como bajar del auto para pelear con otras personas.
Licencias, roles y estereotipos sexistas
La cantidad de mujeres que manejan tiene mucho que ver con los roles y estereotipos sexistas, una forma de violencia simbólica, que pesan sobre sobre las que sí lo hacen y sobre las que no.
Los roles de género se relacionan con lo que el entorno enseña, desde el nacimiento o antes, a cumplir como comportamiento de varones y mujeres, y lo hace aprobando o sancionando la conducta de las personas. En este caso, sería: se celebra que los hombres manejen y se critica que las mujeres lo hagan o cómo lo hagan. En algunos sectores, se está transformando esta concepción, pero en otros todavía se les regala autitos a ellos y cocinitas a ellas.
“Entre las mujeres predomina una ética del cuidado (que en el caso del tránsito implica cuidar la vida del otro y la propia), que podría estar asociado a los roles de género socio-culturalmente asignado a las mujeres”, aseguran desde el Observatorio de Movilidad y Seguridad Vial de la Ciudad de Buenos Aires.
Por su parte, los estereotipos son un conjunto de ideas que un grupo o sociedad obtiene a partir de normas o patrones culturales previamente establecidos que ayudan a la convivencia y a construir pensamientos, pero el problema aparece cuando son limitados y negativos. Como la idea de que las mujeres manejan mal, que no pueden hacerlo o que tienen que hacer otras cosas, como lavar los platos y cuidar a las hijas e hijos.
Al no reconocer las necesidades de las personas, cuáles son sus habilidades y sus deseos, los estereotipos afectan la formación de la propia identidad. Por eso, para deconstruir los estereotipos sexistas es importante incluir la mayor cantidad de información posible, logrando al mismo tiempo no quedarse en las características negativas y prejuiciosas, que además suelen ser dirigidas hacia colectivos sociales que de antemano encarnan situaciones dolorosas.
*Columinista “Loló Decronstructora” en Abramos la Boca, lunes a viernes de 16 a 18 hs, por Radio Gráfica.
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