Por Gabriel Fernández *
Fue una ratificación del sentido. Durante dos horas el presidente Alberto Fernández volvió a evidenciar el posicionamiento que lo lleva a proponer una secuencia actualizada del Proyecto Nacional.
Con alguna excepción, el conjunto de los temas abordados quedó enlazado directamente con el interés profundo de los argentinos. Vale cual aserto primordial, porque del anclaje que un protagonista reconozca depende el desarrollo de sus políticas.
Tuvo algunos puntos brillantes; industria, deuda, justicia. A su lado, enseñanzas de la pandemia, Multipolaridad, Mercosur, Bolivia, México, Papa. Debió lidiar con una dificultad previsible: la floja redacción del capítulo económico. Faltó un cepillo general para homogeneizar.
El Presidente, acompañado por Sergio Massa a su derecha y Cristina Fernández de Kirchner en el otro polo (de la mesa que presidió la reunión bicameral) auguró crecimiento y lanzó rayos y centellas sobre los que “derrumbaron” la Nación.
Habrá, finalmente, acciones judiciales para quienes endeudaron. Habrá, también, proyectos de Ley sobre asuntos que configuran exigencias internas del movimiento nacional. Y habrá que leerlos para absorber su razón de ser y su funcionalidad.
Mientras los alegres miembros de la Corte Suprema se esforzaban para que su televisación se asemejara a una foto, les enrostró stornellis, irurzunes y sugirió al Congreso meter mano en el asunto para gestar instancias de control. Admitió que lo realizado hasta ahora no raspó la coraza de ese poder encapsulado y lo lamentó cual falencia personal.
Junto a la descripción afiatada del pasado y el borroneo esperanzado del porvenir, los símbolos tuvieron su lugar. El peronismo, los caudillos, el ARA San Juan. Las Malvinas, los derechos humanos, el diálogo. Varios se tradujeron en propuestas pero sobre todo, brindaron clima al generar resonancias.
Tras una extensa demostración de paciencia, Alberto fustigó este lunes a los medios corporativos y puso en palabras lo que cada argentino de cualquier posición política sabe desde hace mucho: se escudan tras la objetividad para difundir la falsedad, el odio y la mentira.
También apuntó la incoherente acción opositora –canalizada por esos espacios periodísticos- a la hora de abordar emergencia y vacunas. Palo porque bogas, palo porque no bogas, la cuarentena fue prisión y la apertura fracaso; el líquido inmunizador pasó de veneno a demanda.
Pero sobre todo, el jefe de Estado persistió en una narrativa situada. A diferencia de los referentes liberales, que hablan desde otro barrio, quien llegó al frente de la lista del Frente de Todos ratificó la adopción del Sur como norte, y de la comunidad como epicentro.
De allí que el llamado a la unidad nacional haya mostrado una orientación. De allí también, al conocer los bueyes con los cuales aramos, que en el subtexto quedara claro que algunos quedarán fuera.
Como las formalidades son importantes para este abogado, habrá que soportar nuevas invitaciones molestas. Que nadie diga que no se lo convocó. Sin embargo, hoy quedó claro que los llamados no son para hacer cualquier cosa, sino para construir en base a ese Proyecto que pervive y se relanza cuando logra la fuerza básica imprescindible.
- Área Periodística Radio Gráfica / Director La Señal Medios / Sindical Federal
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