Por Agustín “Piraña” Colovos*
“En el medio del odio me pareció que había dentro de mí un amor invencible. En medio de las lágrimas me pareció que había dentro de mí una sonrisa invencible. En medio del caos me pareció que había dentro de mí una calma invencible.
Me di cuenta, a pesar de todo, que en medio del invierno había dentro de mí un verano invencible. Y eso me hace feliz. Porque no importa lo duro que el mundo empuje en mi contra, dentro de mí hay algo mejor empujando de vuelta”. Albert Camus- El verano (1953)
La condición humana
Más allá de la excelente noticia para fin de año de la llegada de la vacuna rusa Sputnik V, primero para los profesionales y trabajadores de la salud, que se la están aplicando en estos momentos, el covid-19 no nos dio respiro y en estos primeros días del 2021, año que todos estábamos esperando con ansias, se da un nuevo salto en la cantidad de infectados.
No solo aquí. En el Viejo Continente y en EE.UU, ya vienen con la segunda ola hace rato. Brasil con Bolsonaro, ni hablemos.
Lo cierto es que el año 2020 con la Pandemia nos mostró algo que ya la mayoría de la humanidad venía intuyendo y que pudo poner en palabras el Indio Solari, uno de los últimos ídolos populares que nos quedan después de la partida al comando celestial de Diego Maradona.
El Indio, dijo en una entrevista radial el día 30 de diciembre del año pasado en Radio Provincia que le concedió al periodista Marcelo Figueras: “se está yendo todo al carajo, el mundo todo”.
Ser un paciente de riesgo, (lo que me posibilitó por los decretos presidenciales no tener que concurrir presencialmente a mi trabajo en la fábrica), me permitió, debido al encierro y al autocuidado, adentrarme en ciertas lecturas que nunca había tenido antes, de toda índole,
Pero a la poesía, sí que le había prestado poca atención en mi vida, y la verdad, es bellísima, solo hay que agarrarle la mano y te lleva, como la música, una novela, una película, la radio, una pintura, un mural en el barrio, es decir cualquier forma de arte nos puede llevar a conmovernos, y conmoverse es estar vivo.
Estaba leyendo estas semanas al Poeta argentino Raul González Tuñón (Buenos Aires 1905-1974), que escribió una enorme cantidad de libros, con una mirada muy humana y muy terrestre también.
Como la mayoría de los poetas del siglo XX, su mirada es de una esperanza ilimitada en el cambio social y en el futuro luminoso que le aguardaba a la humanidad. Las luchas por otro tipo de sociedad que no fuera la capitalista estaban a la orden del día y comprometen a millones de seres humanos alrededor del mundo, que creían y confiaban en un proyecto superador de sociedad.
Muchísimos murieron por esas ideas y Tuñón ponía la música en prosa para esas batallas, con una visión teleológica ( la frase de la época que sintetiza el pensamiento teleológico: “el presente es lucha, el futuro es nuestro”), que hoy ya no tenemos más, no porque no luchemos todos los días en el presente, sino porque nos arrebataron la idea de un futuro distinto y mejor, de un proyecto donde todos los hombres seamos hermanos.
El Indio literal en el programa de radio: “La ciencia ha hecho muchas cosas, pero no ha logrado tener una nueva conciencia de este mundo, que arrastre; este…vivimos el capricho de los muertos, las leyes del mundo son el capricho de los muertos, esto va más rápido que el alma, va más rápido que las leyes. Esta historia que se está viviendo en el mundo va más rápido que el alma de los pueblos y de los individuos. Nadie es tan esquizofrénico como para soportar esta vida con dignidad. No hay una enfermedad, no hay una cura, no hay una mierda que nos ponga al alcance, de lo que está sucediendo y puede suceder”.
“En este contexto lo que han hecho, lo que han conseguido en los últimos años, es tirar abajo todo lo que considerábamos verdad de algún tipo”, le contesta Figueras, y el Indio dice: “Las certezas no duran nada”.
Últimamente uno tiene que ponerle mucha garra para no deprimirse. Uno ve a su familia, a sus amigos, a sus compañeros, a sus vecinos, bastante mal. Es entendible por la pandemia, por la situación económica, pero también por una falta de proyecto en común, que pueda canalizar toda esa potencia positiva que tenemos los seres humanos. Volvemos siempre al viejo proyecto peronista, simple y popular: realizarse en una comunidad que se realice.
Como dice el Indio: “el capitalismo ha transformado al mundo en una cosa espantosa”, este sistema solo nos ofrece muerte y destrucción y por eso nos angustia y nos tira para atrás. “Y cuando está todo mal, no solo los Estados se ponen egoístas, sino que las personas se ponen egoístas y miserables, porque tienen miedo, el miedo es un engendrador de conductas miserables”.
En el siglo XVII en Holanda, hoy Países Bajos, hubo un filósofo que trató de pensar un poco todo esto de la condición humana que se llamó Baruch Spinoza y creo que hay ciertas ideas interesantes que podemos pensar para juntar fuerzas y ver cómo salimos de todo esto.
Dice Spinoza: “los seres humanos se hallan naturalmente en estado de servidumbre, no de libertad”, por eso Spinoza, no postula una libertad ya dada en los individuos, sino que más bien parte de un sometimiento a la adversidad y al infortunio que las existencias deberán revertir para construir una libertad cuya irrupción presupone lo común, la composición, la comunidad. Es decir, el spinozismo no se plantea tanto como una filosofía de la libertad, sino como una “filosofía de la liberación”, consistente en que los cuerpos y las inteligencias se vuelvan activos y desarrollen su impredecible potencia de obrar y de pensar.
Que la de Spinoza es una filosofía de la liberación significa en primer lugar que la libertad es efecto y resultado de un “camino”.
Que útiles y que bellos estos pensamientos porque nos sacan del lugar de víctimas y nos hace ver toda nuestra potencia para actuar y poder cambiar las cosas como nos son dadas.
“Un hombre libre en nada piensa menos que en la muerte, y su sabiduría no es una meditación de la muerte, sino de la vida”. El hombre cuya existencia se determina por el miedo a la muerte se halla naturalmente proclive a la tristeza, la melancolía, la soledad ( es decir a la desestimación de la propia potencia) y el sometimiento político.
Muerte es lo que nos ofrece este sistema todos los días, no solo muerte física, sino existencial, moral, nos quiere romper la autoestima todo el tiempo, para dominarnos y seguir destruyendo el planeta y que muy pocos se beneficien de esta situación.
Tenemos que ser muy fuertes como individuos y como pueblo para resistir toda esta barbarie, que nos golpea a diario. Estar unidos, organizados y pensantes.
Hasta aquí el excomulgado Spinoza, volvamos a la entrevista de Figueras al Indio Solari.
La política como herramienta de transformación.
La visión del Indio de la actualidad política, coincide con la que venimos viendo muchos, que es una visión crítica y autocrítica de cómo se está militando hoy en la Argentina, pero con la certeza de que estas críticas y autocríticas nos ayuden a reflexionar y a poder accionar de una manera diferente para enfrentar al poder real que hoy nos domina.
“Si pienso en la ecuación, en el esfuerzo que se pierde en la rosca y en todo eso, la ecuación es negativa, se pierde demasiado tiempo”, “ no hay una política franca de decir vamos a solucionar esto…”, traducido humildemente esta frase del Indio, falta programa estratégico de país.
“Otra de las cosas que hace que uno no crea en nada, es que ninguno de los grupos que toman el gobierno, enjuicia a los demás que hicieron cagadas. Yo pensé que esta gente (Frente de Todos) iba a subir y a decir: ‘vengan para acá’. Tengo miedo por Cristina, porque es la única que dice, si tienen miedo vayan a laburar de otra cosa” y “menos mal que la Argentina tiene al peronismo en el medio del sanguche entre el comunismo y la izquierda y los poderosos”.
Cuantos conceptos interesantes del Indio: con miedo no se puede transformar nada, el miedo paraliza; sí tomar en cuenta la relación de fuerzas que es siempre dinámica para acumular poder popular para llevar a cabo políticas de fondo que mejoren realmente la vida de las grandes mayorías; cuán impotente son los cargos en el Estado sin un proyecto nacional que lo sustente y se milite para ese proyecto, con matices pero con una mirada estratégica que aglutine a todos los sectores dañados por el poder real. Y esto se puede hacer solo con una política realmente peronista, no socialdemocrata ni desarrollista.
Dignidad y esperanza
“Sigo pensando que primero hay que hacer la rebelión y después aprender de ella, porque no se puede ensayar mucho la rebelión y los jóvenes tienen ese deber”.
También contó el Indio que está preparando un nuevo material titulado: ”La vida es una misión secreta”, y cuenta: “he visto a nuestra juventud desangrar, este nuevo material, trata de poner en su lugar a esos jóvenes que fueron heroicos, porque hoy sí creo que le falta a los chicos esa calidad. Desprecian las cosas. No estoy hablando de todos los jóvenes, sino de muchos de la clase media, que en la Argentina es la clase del “cambio”, aceptemos por más que haya pobres”. Esperanzador.
“Y mi interés es ver que sigo pudiendo hacer para mantener aunque mas no fuera esa idea de dignidad, que me parece que es algo que no debe perderse”.
“Yo creo que la dignidad es un bien que hay que mantener, es un filtro de cosas, el tener un ego digno, te lleva a ser mejor, y vos te das cuenta, de que es mejor”.
Nada más que agregar, a las palabras de este artista de 71 años.
“La vida hay que vivirla, la muerte hay que morirla”. Si es con dignidad muchísimo mejor.
*Militante político / Delegado Envases del Plata
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