El 12 de agosto fue el Día Internacional de la Juventud y parece interesante, hasta podría decirse pertinente, reflexionar sobre las juventudes. En especial acerca de mujeres jóvenes que son parte de las instituciones políticas.
Por Juliana Milanesio*
En 1999 la Asamblea General de las Naciones Unidas designó el 12 de agosto como el Día Internacional de la Juventud, siguiendo las recomendaciones de la Conferencia Mundial de Ministros de la Juventud (Lisboa, 1998). Se trata de una celebración anual que busca promover el papel de la juventud como socia esencial en los procesos de cambio y generar un espacio para generar conciencia sobre los desafíos y problemas a los que estos se enfrentan.
Este año la ONU propone a la juventud la acción mundial. Con ello se refiere a la participación de las y los jóvenes en los espacios e instituciones políticos. La participación de los jóvenes en la política formal fomenta la equidad de los procesos políticos al reducir el déficit democrático y contribuye a la creación de políticas mejor formuladas y más sostenibles. Además, puede contribuir en restaurar la confianza en las instituciones políticas, especialmente entre la juventud.
En nuestro país hay varias exponentes de mujeres jóvenes que ocupan lugares de importancia en nuestras instituciones políticas como por ejemplo, Ofelia Fernández en la Legislatura Porteña y María Eugenia Catalfamo en el Senado de la Nación.
Ofelia Fernandez, electa para su cargo en la Legislatura porteña, se convirtió en la mujer más joven de Latinoamérica en ser legisladora. A los 19 años fue incluida en la boleta del Frente de todos y fue elegida como representante de su generación. Sus bases políticas son ni más ni menos que la despenalización de la interrupción del embarazo, la necesidad de la ESI y la defensa de la educación pública. “Por el futuro de mi generación en toda América Latina. Sí, juro” dijo el 3 de diciembre del 2019 al momento de hacer la jura de su cargo.
Ya a los 13 años empezó a militar cuando ingresó a la Escuela Superior de Comercio Carlos Pellegrini. Tras dos años en los que se dedicó a darse a conocer, Fernández se convertía –con 15 años– en la presidenta del Centro de Estudiantes más joven de la historia del colegio. Además a los 16 fue la primera en ser reelecta.
Otra exponente de las mujeres jóvenes en la política es María Eugenia Catalfamo, la senadora más joven de la Cámara Alta. Ella actualmente impulsa un proyecto de ley para la creación de la Comisión de Juventudes en el Senado. Solo hay 3 bancas ocupadas por jóvenes menores de 35 años, de las 72 que tiene el senado. La senadora tiene 30, que es la edad mínima para ingresar a la cámara del congreso, restricción que no hace simple ni accesible a la juventud ocupar un lugar en él.
Senadora del Frente de Todos que ingresó por la provincia de San Luis, Eugenia es una mujer joven, feminista y peronista. Y eso no es poco siendo que ocupa una banca en el Senado, lugar donde el 8 de agosto de 2018 se rechazó el proyecto de interrupción voluntaria del embarazo.
La juventud siempre es cuestionada y desacreditada por aquella parte de la sociedad que tiene temor de que las cosas cambien. Las y los jóvenes son los factores principales de cambio, aquellos que vienen a replantear y reformular las reglas del juego.
Me parece importante reflexionar sobre las juventudes y el lugar que se los pone cuando osan involucrarse en política. Como pasó el pasado 13 de agosto cuando en la conferencia de prensa que realiza diariamente el Ministerio de Salud de la Nación con el reporte del avance del Covid-19, apareció un joven hablándole a las pibas, los pibes y les pibis.
En las redes sociales se vio claramente el miedo que genera un varón, agredido por no ser la representación de lo heteronormativo, que le habla a su generación. Lucas Grimson tiene 19 años y es parte de la dirección de Adolescencias y Juventudes del Ministerio de Salud nacional. Joven e involucrado en la política le habla a su generación, pero los que se sienten más interpelados – y amenazados- son las generaciones más grandes y políticamente contrarios.
Desde el Gobierno Nacional se le dio lugar a Lucas, Ofelia y Eugenia. Por eso, en este mes en el que la juventud es protagonista, parece necesario e importante hablar, reflexionar sobre la juventud y cómo se involucra con las instituciones del Estado. Las mismas que un día, espero, serán lideradas por ellas y ellos.
Necesitamos que la juventud, y en especial las mujeres jóvenes, ocupen el lugar que les corresponde. Lugares de visibilidad y de poder.
(*) Columna “la fea, sucia y mala de la semana” en Feas Sucias y Malas (sábados de 9 a 12hs)
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