Un jubilado de 70 años asesinó a un hombre que ingresó a robar a su casa. Fue a 60 metros de su domicilio, hasta donde lo siguió y remató con un disparo en el pecho. El hecho sucedido en Quilmes causó revuelo, no solo en lo extensivo del país, sino también en las esferas institucionales. Sentó posiciones contrapuestas que no tardaron en hacer circular discursos vinculados a la culpabilidad, a la inseguridad y a la delincuencia. Garantismo o punitivismo, comprensión del origen o último acto a juzgar. En Radio Gráfica, los periodistas Ricardo Ragendorfer, Cacho Gómez y Juan José Salinas analizaron, junto a Gabriel Fernández, la agenda y la coyuntura de la seguridad nacional.
Desde el punto de vista fáctico, la materialidad de los hechos está atravesada por el asesinato, en manos de un jubilado, de un joven (que había entrado a robar a su casa), en el municipio de Quilmes. En este punto se despertaron distintas visiones y opiniones al respecto. Hay quienes sostuvieron que el primero habría actuado en legítima defensa, y por otro lado emergieron las posturas de que se trata de un homicidio a sangre fría. Varios ejes transitan esta cuestión, y sobre la mesa se ha puesto a la inseguridad como matriz relacional y de conflicto social.
En este sentido, Ricardo Ragendorfer sostuvo que “uno de los grandes problemas que tiene este país, a nivel seguridad, son precisamente sus fuerzas de seguridad”. Dentro de las aristas que se produjeron a partir de la polémica, está la posición que incorpora a los organismos y entidades de seguridad como actor clave de la problemática. “La bonaerense es la fuerza más numerosa del país (tiene 90 mil integrantes ,de ahí mi metáfora “El monstruo de 90 mil cabezas”), y actúa sobre uno de los territorios más grandes, pero sus vicios, y sus procedimientos ilegales, son compartidos por todas las agencias policiales del país”.
En este orden de cosas, Cacho Gómez coincidió con la postura de Ragendorfer y expresó que los integrantes “la fuerza de seguridad de la provincia son partícipes del delito, aunque esto es otro tema con respecto a la constitución del lumpen como nuevo sujeto dentro los barrios”. Añadió, a su vez que “la policía maneja a los lúmpenes, a quienes les dan cobertura y les brindan zonas”. Esta postura es sostenida por Ragendorfer, quien mencionó que “estamos hablando de fuerzas que se autofinancian a través de la recaudación del delito, en consecuencia, estamos hablando de fuerzas que se autogobiernan”.
Ragendorfer: “La bonaerense es la fuerza más numerosa del país pero sus vicios y sus procedimientos ilegales son compartidos por todas las agencias policiales del país”
El capitalismo marca una nueva subjetividad
Hay otro punto fundamental en este análisis trazado por los periodistas entrevistados, y tiene que ver con la forma en la que la subjetividad es producida en el marco del capitalismo financiero, de la holística mercantilización de la vida y de la circulación discursiva. Cacho Gómez sostuvo que lo que emerge es un nuevo tipo de sujeto, luego de que el universo que respondía a un mundo previo de códigos y de valores comunitarios fuera deteriorado. “Ocurre que con el quiebre de lo que vendría a ser la cultura burguesa, capitalista, que explota al capital, se genera una nueva forma de acomodación de ese capital, que es el capitalismo del deseo”, explicó. A su vez, argumentó que “el consumo personal determina las relaciones sociales, y que el capitalismo financiero señala un nuevo tipo de persona que irrumpe en la sociedad, que es el lumpen”.
Este sujeto que emerge, como producto de una nueva dinámica de las relaciones sociales, es un individuo atravesado por la lógica de la acumulación y el goce permanente. Por eso, cuestiones como el consumo de alcohol y de drogas se han vuelto moneda corriente. Una posibilidad de transitar hacia ese mundo que tiene lugar sólo en el ámbito de lo ideal. “Este lumpen pierde esta serie de códigos, y no tiene ningún problema en aprovecharse del obrero, del trabajador”, explicó, y definió que “el capitalismo margina al desposeído, y de la misma manera actúa el lumpen con respecto a los viejos, a la mujer”. Y al mismo tiempo, acompañó esta posición: “Yo soy lo que yo gozo, lo que tengo o la marca de mi auto. Ahí se construye mi identidad, hay una especie de festejo en eso”.
El goce, concepto lacaniano que se entreteje dentro de las relaciones capitalistas actuales, en virtud del fetiche de la mercancía, establece un nuevo tipo de dinámicas sociales. Cacho Gómez indicó que “el capitalismo, en términos de globalización financiera, hace un rito del goce de la mercancía. Todo lo que pueda poseer como sujeto económico, merece un goce”. Su posición se sostuvo con la cita realizada a Eliade: “el planteaba la existencia de un tiempo profano y un tiempo sagrado. Este último es el tiempo del rito, es el tiempo donde yo salgo a trabajar, cumplo con el rito para la manutención de la comunidad, voy a laburar, me tomo el bondi. El tiempo profano es el tiempo de supresión de esos ritos”.
Gómez: “El capitalismo financiero señala un nuevo tipo de persona que irrumpe en la sociedad, que es el lumpen”
Entramado con esta posición, Juan Salinas indicó que “hoy, cualquier muchacho de 18 o 19 años que ansía levantarse una chica, de hecho la propaganda le dice que tiene que tener un auto, que tiene que consumir. Y el no tiene un peso partido al medio. Y además de propagarse esos valores, no para ir a delinquir, porque es una parte minoritaria, existe una gran tentación de delinquir”. En este sentido, la subjetividad también es interpelada desde la circulación de los discursos publicitarios, y acompañada de una tendencia a la acumulación de mercancías que sólo puede existir en el plano ideal.
La circulación discursiva, además de ser subjetivante, es productora de agendas. “Lo primero es que cuando no hay nada de qué hablar, los medios concentrados hablan del tema de seguridad. Es un tema que vende siempre porque la gente tiene miedo, y este miedo es incentivado por los medios”, advirtió Salinas, y añadió que “alguien que está sometido a la catarata de valores y marcas de la publicidad, podes llegar a matar hasta por un par de zapatillas.Las marcas dan prestigio, y te pueden matar si te resistís”.
Los códigos y la irrupción de las nuevas relaciones
En términos de Gómez, se abrió paso a un nuevo tipo de sociedad, en donde el individualismo paso a gobernar las relaciones. “Había una serie de códigos, antes”, indicó el periodista. “Por ejemplo, en el barrio no se roba, al vecino se lo defiende, si te tenías que cagar a tiros es con la yuta, si salís a chorear te bancas la que venga, si caes no cantas. Es un código elemental que permitía, a los sectores chorizos, convivir en el barrio”, añadió. Sin embargo, el pasaje a nuevas modalidades implicó la participación de otros actores. El lumpen, en su proceso de lumpenización, celebra continuamente un “goce individual”. Para Gómez, “mientras vos estes en estado de goce, sea con la banda de pibes, con alcohol o drogas, o con quien sea, ese es el reflejo del propio goce de la mercancía”.
Sin embargo, “el tema de la seguridad es importante en algunos barrios del conurbano”, aclaró Salinas. “No se puede quitar importancia al tema. Lo que pasa es que no es una sola cosa la que genera la inseguridad, sino una concatenación de varios actores. Atribuírsele a uno solo es una explicación simplista”. En esta modernidad, hay nuevos sujetos sociales que se involucraron en prácticas delictivas y cuya acción e intervención sobre la ciudadanía pasó a otro ámbito.
La búsqueda de soluciones
Desde el ámbito de aplicación de la ley, Gómez indicó que “se juzga el último hecho, y a partir de ello reflexionan de las teorías jurídicas y eso es solo un recorte”. En este sentido, detalló que “el jubilado tendrá que pagar la pena que pagará. Pero mi planteo es anterior: donde la sociedad pública su comprensión y compasión del hecho, y ahí es cuando uno tiene que rescatar los valores comunitarios. Cómo llega, cada uno, a ese hecho. Está claro que la víctima es el jubilado”.
En continuidad, añadió que hay que “dejar que este último recorte lo defina la justicia, si es que salió en legítima defensa, y en términos sociales, comprender cuál es la situación de las personas que viven en esas comunidades. El tema es donde nos ubicamos para comenzar a comprender el hecho, para que a partir de allí brindar soluciones”. Explicó, por último que, “quienes son las víctimas de los hechos es la pregunta, que somos los trabajadores. Los otros son los que la seguridad defienden”.
Salinas, por otro lado, indicó que “esto es cosa de todos los días, y son valores que circulan en sociedad”. Opinó, además, que esta situación “se arregla mucho más con trabajo y escuela que con policías. La policía ya convive en ese medio”. Agregó que “la clave está en la generación de trabajo genuino. Y no es que no hay posibilidad. Hay mucha gente abandonada. Está lleno de servicios que se pueden a organizar. Hay que volver a iniciar la industria”.
Salinas: “Se arregla mucho más con trabajo y escuela que con policías”
En este sentido, el arista que se dejó entrever es la contraposición de visiones entre Sergio Berni, Ministro de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires, y Sabina Frederic, Ministra de Seguridad de la Nación. Salinas opinó que “es reprochable a Berni la manera en cómo la hizo. Berni dice muchas cosas sensatas, pero las dice con una formulación que es un poco demagógica”. Añadió, a su vez, que “cuando Berni patalea porque los jueces han soltado a una serie de presos con el argumento razonable de que hay una sobrepoblación en las cárceles, y que sino se van a morir del virus, es razonable lo que dice en términos de que no hay ningún instituto que procure que los presos”. Por último, concluyó que esto impide que “cuando salgan de la cárcel, tengan alguna posibilidad de reinsertarse en la sociedad, de conseguir un trabajo, de no volver a delinquir”.
- Entrevistas realizada por Gabriel Fernández, en los Especiales de Radio Gráfica (Viernes 18hs).
- Redacción por Juan Patricio Méndez.
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