Según detalló el último boletín epidemiológico semanal, elaborado por el Ministerio de Salud de Nación, en los últimos 12 meses se registraron 56.492 casos confirmados de dengue, número que marca un récord histórico de contagios de la enfermedad en Argentina. A raíz de esto, el especialista en mosquitos Nicolás Schweigmann brindó para Radio Gráfica una serie de recomendaciones para evitar que la epidemia se propague.
Entrevistado por Marcos Maldonado, el investigador del Instituto de Ecología, Genética y Evolución de Buenos Aires (IEGEBA, CONICET-UBA) y miembro del grupo de Investigación sobre el Mosquito en Argentina (GIMA) explicó cuáles serían las medidas necesarias para evitar un rebrote una vez que se termine el invierno, estación que marcó como ideal para llevar adelante las acciones preventivas.
-¿A qué se debe el reciente crecimiento de casos de dengue a nivel nacional?
-Mi opinión es que en el caso del dengue si haces lo mismo, el resultado va a ser cada vez peor. Y esto está demostrado en la cantidad de casos. En la epidemia del 2009, en la Ciudad de Buenos Aires hubieron más de 200 casos. Para el 2016 se confirmaron 5.000 en el mismo distrito. Actualmente hay 7.862 casos confirmados en CABA.
Si no se hace nada, cada vez la situación con las enfermedades transmitidas por mosquitos van a ser peores. Y es lo que ocurre en todo el país, este año ha pegado muy fuerte, por ejemplo en las provincias de la Rioja y Jujuy que antes no lo tenían.
No están atendiendo a la situación entomológica de las provincias como corresponde.
-¿Se sabe si los Estados nacional y provinciales están llevando adelante las tareas de prevención correspondientes o se dejó de lado por el COVID-19?
-En el caso del dengue, por un lado se usa la propaganda con respecto al descacharrado que ya no sirve. Y también se fumiga, que no alcanza por la cantidad de casos, que supera todos los actos que se pueda realizar.
Hay una propaganda que habla del dengue y recomienda ponerse repelente. Ahora en invierno es cuando el Aedes Aegypti no está activo. Hay una desconexión de lo que es la realidad y cómo se difunde. Y esto tiene que ver con quienes se encargan de la propaganda, porque no son adecuadas y no tienen el nivel que corresponde para hacer prevención contra la epidemia.
La verdadera prevención hay que hacerla en invierno, que es este momento. Hay que hacer una gran limpieza de todas las ciudades del país. Para esto requiere de un compromiso político y trabajar seriamente en pos de lograr una buena prevención.
Una gran medida es educar ambientalmente a la sociedad a que no tenga recipientes con agua. Hay que meter dentro de la currícula escolar el tema del ciclo de vida del mosquito para que los niños de ahora tengan incorporado lo que es difícil enseñar a los adultos con respecto a cómo es una larva del mosquito, cómo detectarla, y cómo se eliminan correctamente.
La regla general es que si no hay recipientes con agua en la manzana, es imposible que haya dengue. La cuestión va por hacer una muy buena prevención en programas, no campañas, que sean de larga duración, o de educación permanente del ambiente.
-¿Cuáles son las medidas que deberían adoptarse para prevenir la propagación en invierno? ¿Estamos a tiempo de frenar su crecimiento?
-El invierno es el momento ideal para hacer la prevención, porque al no haber adultos de mosquitos, están solamente los huevos y larvas. Cualquier acción que hagas en contra los huevos va a ser letal contra la población de mosquitos.
Estamos a tiempo para lograr evitar nuevas epidemias de dengue porque afortunadamente el virus del dengue no está instalado en nuestro país. No ha llegado para quedarse.
El dengue tiene que entrar por la onda epidémica que ocurre en el Cono Sur, a través de nuestros países vecinos. Cuando ellos tienen brotes importantes del virus, como ocurrió en Paraguay, el dengue entra por la cantidad de argentinos que van de vacaciones o visitan familiares en los países limítrofes en las primeras semanas de enero.
Estas personas entran al país infectados, y lo trasladan a los mosquitos de nuestros barrios.
Lo que si está instalado en nuestro país es el mosquito, el Aedes Aegypti, y eso en invierno es fácil controlar, porque los huevos se pueden eliminar cepillando los recipientes, o tirando agua hirviendo.
A su vez, hay diez medidas que son políticas de Estado para hacer prevención del dengue. Tres tienen que ver con el reciclado de cubiertas de vehículos -principales criaderos del Aedes-, el reciclado de la chatarra que no pueden estar en zonas urbanas. Lo mismo sucede con los basurales a cielo abierto. Son temas que los municipios conocen y saben qué tienen que hacer.
Hay otros temas que no son muy discutidos, como los hospitales, donde hay criaderos del mosquito portador debido a que hay material inventariado que no se descarta. En esta pandemia, por lo menos en La Rioja y en Rosario, han generado casos de dengue.
En este caso, lo que hay que hacer es contratar personal de seguridad e higiene para monitoreo y control. Lo mismo sucede con las escuelas.
Por otro lado, también se encuentran las obras en construcción que deberían ser un tema aparte, porque son grandes sitios de proliferación del mosquito. Tiene que haber algún tipo de control sobre este tipo de edificios.
Por último, los cementerios, que mediante una ordenanza, ya debería estar prohibida la utilización de recipientes con agua.
-¿En qué situación quedó el convenio de la UBA con el GCBA para investigar al mosquito?
-En este momento, los convenios con la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales se cayeron, pero hay negociaciones para que nuestros grupos mantengan actividades mínimas. Esto es por el contexto de la pandemia del coronavirus, y después cuando se termine la cuarentena se va a volver a negociar nuevos convenios.
Mantenemos algún tipo de interacción, pero nos vemos imposibilitados de mantener un trabajo de monitoreo por la cuarentena, no podemos andar por la ciudad libremente.
- Redacción por Carolina Ocampo
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