Las decisiones que se comunicarán en las próximas horas fueron el resultado de intensas negociaciones, a lo largo de la semana, entre el gobierno nacional, el bonaerense y el porteño. Aunque suene raro debido a la dualidad salud – economía lanzada a correr con franqueza en algunos casos y con fines aviesos en otros, lo que escucharemos invierte los términos aunque mantiene el sentido de lo que ya puede llamarse la experiencia argentina.
Por Gabriel Fernández *
A diferencia de naciones en las cuales se facilitó con aperturas intermitentes el desarrollo de los contagios, se alcanzó un pico con gran cantidad de muertes y se visualiza un descenso –mientras se teme por el rebrote-, nuestro país resolvió sostener un desarrollo plano que, aún con la creciente de las últimas dos semanas, lo muestra como uno de los mejor posicionados en el triste ranking mundial del coronavirus.
Consciente de la inutilidad de cambiar de caballo en mitad del río, el presidente Alberto Fernández insistió en la fórmula local y logró, hace pocas horas, que el epicentro de la enfermedad –Ciudad Autónoma de Buenos Aires y Gran Buenos Aires- retome los controles estrictos. Es preciso comprender que la persistencia se ancló en su sorpresivo comentario de la víspera: “en no mucho tiempo más la economía va a funcionar a pleno”. ¿Por qué?
El gobierno nacional estima, lápiz en mano, que si no se logra quebrar el alza de los contagios ahora, la reactivación económica demorará tanto que el 2021 puede ofrecer una caída semejante al ya perdido tramo presente. Nuestras Fuentes Seguras se comportaron bien en esta ocasión y lejos de las recriminaciones por la libertad interpretativa de este periodista registradas en otros envíos, ayudaron a sintetizar los párrafos precedentes. Y los venideros.
Ellas nos indicaron que la filosofía del jefe de Estado es “hay que impedir esta suba en los contagios ahora para poder abrir el comercio en el último período del año y poner en marcha la producción con toda la energía posible en el primer trimestre del año que viene”. Esa mirada tuvo que lidiar con la de los representantes de la administración capitalina, donde la inmediatez por resolver algunos “negocios” es revestida con argumentos que pretenden cuidar la “economía”. Y, créase o no, la incidencia cultural del entorno (catalizada en los runners), tiene su peso.

Los funcionarios de la provincia de Buenos Aires fueron terminantes a puertas cerradas: “podemos resolver lo que sucede en el cordón, lo podemos manejar, pero necesitamos cerrar el tránsito con Ciudad”. Finalmente, ante la imposibilidad política de aunar poder para modificar todo el esquema, el gobierno porteño avaló lo inevitable. Inevitable porque una modificación “como en otros países” –como difundieron sin nombrar a Bolsonaro los periodistas involucrados con el PRO durante las recientes jornadas- generaría una catástrofe acentuada por la dualidad procedimental.
En materia de datos, todos admitieron que la táctica albiceleste viene resultando exitosa y todos se alarmaron al observar que el uso de camas dispuestas para los tratamientos creció un 30 por ciento en la última semana. Aunque Chaco es un distrito que se ha revelado particularmente complejo, los protagonistas de las reuniones aquí narradas tuvieron que coincidir en que el eje de la cuestión se asienta en el ahora famoso AMBA. Como dato curioso, bueno es decir que uno de los representantes bonaerenses recriminó a sus pares porteños por “seguir utilizando trolls en las redes para dañar la cuarentena y desprestigiar el trabajo del gobierno nacional”. La réplica (“no tenemos nada que ver con eso”) no convenció.
Pero el eje es económico. Las Fuentes nos aseveraron que Alberto Fernández, Axel Kicillof y –al fin- Horacio Rodríguez Larreta, concluyeron que “para promover la recuperación necesitamos quebrar el virus ahora. De otro modo no habrá comercio, fábrica o empresa que pueda continuar”. El presidente logró que la ayuda económica que se anunciará esta noche, involucre a las tres administraciones. “El problema debe dejar de ser sólo de Nación –narraron los informantes- y tiene que quedar claro que es de todos, especialmente de quien tiene peores números en materia de contagios”.
Por eso, en pocas horas el trío habitual que aparece en cámaras desde la llegada de la pandemia, anunciará la vuelta a una cuarentena estricta por dos semanas a partir del próximo miércoles 1 de julio en el AMBA, la restricción del tránsito, el cierre de los comercios no esenciales y la suspensión de la autorización a los entusiastas corredores nocturnos. Continuarán abiertos los negocios de cercanía, los bancos con turno previo y las salidas de los chicos de fin de semana. El mensaje ¿será grabado? Lo cierto es que miembros del gobierno nacional se mostraron molestos por las preguntas posteriores a varias conferencias: “mandan operadores a hostigar la cuarentena, como si le emergencia sanitaria no involucrara a toda la población”.
- Área Periodística Radio Gráfica / Director La Señal Medios / Sindical Federal














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