En la Comuna 4 (La Boca, Barracas, Parque Patricios y Pompeya) el acceso al sistema de salud pública se encuentra en crisis. Con un porcentaje de desocupación que supera el 17%, un alto nivel de trabajo precario y graves problemas en el acceso a la vivienda, la salud de los habitantes del distrito más pobre de la ciudad se ha deteriorado de manera grave. Ante esta situación el Gobierno de la Ciudad más rica del País ha reducido el presupuesto, mientras que los Centros de salud y acción comunitaria (Cesac) se encuentran desbordados ante una demanda que aumenta y se diversifica.
Por Ramiro Coelho y Manuel Crespo
La situación socioeconómica de los pobladores de la zona sur de la ciudad se ha deteriorado gravemente. El aumento de la desocupación y precarización laboral ha llevado a que una importante cantidad de personas hayan perdido su obra social y se vuelque al sistema público. Los equipos de profesionales de los Cesac, creados para atender el primer nivel de salud, sufren los efectos de un colapso social que se suma a los problemas estructurales históricos de los barrios de sur. Ante la crisis social, el Gobierno de Horacio Rodríguez Larreta ha achicado en un 8% el presupuesto de salud de la Ciudad en el último año, lo que genera una situación casi insostenible.
Hoy en día conseguir un turno para pediatría en ginecología en un Cesac se ha vuelto casi imposible. Cada madrugada se observan largas colas de personas intentando acceder al sistema. Cada Cesac tiene conformado un equipo interdisciplinario de profesionales que, además de atender a los pacientes en los consultorios, sale a los barrios para llevar adelante acciones de prevención y promoción. Su trabajo consiste en generar acciones aminoren efectos que las condiciones sociales y habitacionales tienen sobre la salud de la población más pobre de la Ciudad más rica del País. Sin embargo, la acción de estos equipos se encuentra en crisis ante el aumento de la demanda, el achicamiento de las prestaciones de sistema de salud y la diversificación de tareas que sufren los profesionales.
“En los últimos años, familias que estaban acostumbradas a atenderse en una obra social, irse unos días de vacaciones y comer todos los días en su casa vienen a atenderse aquí y tiene que asistir a comedores comunitarios para alimentarse” explicaron los trabajadores del CESAC Nº 41. El aumento de la demanda sobrecarga un sistema que ya mostraba problemas serios. A las dificultades para conseguir turnos en el primer nivel de salud, se suman las desconexiones con los servicios de segundo nivel. “Cuando derivamos a un paciente para hacerse un estudio en el Hospital Argerich, por lo general sucede que son maltratados os e pierden en los pasillos, sin conseguir un turno” relatan los trabajadores del dicho centro de salud.
Para los trabajadores del Cesac Nº 16 de Barracas el problema en el Área Programática del Hospital Argerich es complejo. “La gente del barrio siente al hospital como propio. Por eso muchas veces prefiere atenderse allí en lugar de los Cesac. Pero, últimamente nos comentan que la guardia no atiende a la noche y tienen dificultad para conseguir turnos hasta con un oftalmólogo que les rece unos anteojos”. Desde hace un tiempo, la intención del Gobierno Porteño ha sido la de escindir los Cesac del Hospital para volver al Argerich un centro de alta complejidad destinado solo a derivaciones, desvinculándolo del primer nivel de salud.
Pero las desarticulaciones no solo involucran al sistema de salud porteño, sino a los servicios sociales con los que normalmente los equipos interdisciplinarios trabajan para atender la problemáticas sociales y ambientales que muchas veces tienen efectos negativos en la salud. “Nosotros somos parte del equipo interdisciplinario que trabaja con las viviendas colectivas y los conventillos que están al costado de la vía en la Boca y los asentamientos” relata una trabajadora del Cesac Nº41. “Hay zonas no reconocidas como viviendas. Por lo tanto, los equipos de fumigación no entran a esas viviendas, lo que genera un problema con los roedores en el barrio”, añadió.
A la sobre demanda de atención por parte de la población del barrio, se suman las consecuencias de la desarticulación de la obra social de discapacitados PROFE. La derivación de dicha población a los Cesac para retirar medicamentos ha complicado aún más la crisis. “Vienen a buscar medicamentos familiares de discapacitados que están en una situación muy compleja y angustiante. Además, con procedimientos administrativos diferentes a los nuestros, lo que genera aún mayores complicaciones” explica a Radio Gráfica una trabajadora del Cesac Nº 41.
El desmantelamiento de plan REMEDIAR durante el Gobierno de Mauricio Macri desabasteció durante los últimos años las farmacias de los Centros de Salud, con el agravante de que una importante cantidad de la población, debido a la pérdida de empleo, dejó de comprar vía obra social, aumentando la demanda sobre el sistema público.
Ante esta situación de desborde el Gobierno de la Ciudad no parece tener respuestas adecuadas a las graves circunstancias bajo la cuales vive una importante cantidad de habitantes de la zona sur.
https://www.facebook.com/grafica893/videos/1458314151014912/
Discusión acerca de esta noticia