La Comunidad El carpintero asentada desde hace décadas en medio del monte, a 5 kilómetros de la Ruta Nacional 81 entre Fortín Dragones y Pluma de Pato, está compuesta de 30 familias que resisten las adversidades de la falta de agua potable, energía eléctrica, trabajo y asistencia sanitaria. Para llegar al territorio indígena hay que transitar por un viejo camino ancestral que se anega cada vez que llueve. Sin embargo, hay viviendas de material y techos de loza de excelente terminación. También un pozo de agua y un tanque elevado de 5 mil litros. Es lo que permanece y lo que insiste como signos de otro tiempo, cuando el estado pensaba a los originarios como parte de la comunidad nacional. Presentamos los testimonios del presidente comunitario Raúl Martínez, preservando en los enunciados los rasgos propios de la oralidad.
Por Erika Eliana Cabezas y Ariel Weinman*
Hace poco me han elegido como presidente de la Comunidad wichí El Carpintero, y quería presentar las necesidades que tenemos acá: el tema del agua que necesitamos, nosotros muchas veces tenemos la concurrencia de los agentes sanitarios porque tenemos muchos chicos desnutridos y por los caminos nunca llegan las ambulancias.
Quería pedir a las autoridades de la Nación que se acuerden de nosotros, y agradecerles a todos, porque esta Comunidad ha recibido estas viviendas que se ven de la Nación. Pero necesitamos más apoyo de la parte alimentaria: no tenemos comedor infantil, no tenemos nada de ayuda de los políticos. Ellos muy pocas veces llegan. Queremos un poquito más de atención de esa gente. Acá mi comunidad está sufriendo mucho. A veces, cuando llueve no podemos salir, sufrimos la inundación y es muy riesgoso.
Muchos nos plantean la huerta para reproducir, pero nosotros no podemos hacer porque agua no tenemos. El pozo de agua fue donado por una iglesia evangélica hace dieciséis años, y tenemos un tanque elevado de 30 mil litros y otro de 5 mil litros que no funciona, porque el agua no tiene mucha presión para subir. El otro tanque se ha roto y se lo estamos planteando al Municipio, y nadie viene a dar una mano para que bajen el tanque o lo arreglen: cuando corre viento se mueve de un lado para el otro. Hay una casa debajo de ese tanque. Es un peligro para los chicos que juegan. Todo eso es lo que necesitamos.
En la Comunidad hay 30 familias, otras a veces se van por tema de trabajo o necesidades personales, porque no hay trabajo en este lugar. Estamos a 20 kilómetros de Fortín Dragones y la otra localidad más al este, dieciocho kilómetros, es Pluma de Pato. La gente tiene que ir en moto a buscar trabajo. Algunos vuelven, otros no vuelven más.
Se puede cuando se mueven muchas políticas. Los políticos van y vienen, se acuerdan cuando hay próximas elecciones. Hace cuatros años atrás vino gente de Desarrollo Social de la Nación. Nos ha sorprendido mucho también: son 14 viviendas, 15 en total con el salón del CIC (Centro de Integración Comunitaria) para reuniones. Nos han faltado 15 viviendas más para otras familias. Fue la doctora Cristina Kirchner quien nos mandó esas viviendas. Y también tenemos ese pozo y el tanque elevado de 30 mil litros que nos ha donado su esposo, que era Néstor Kirchner.
Acá tenemos un CIC que fue preparado para que venga un centro sanitario a atender un día o dos días. Está ahí, está abandonado y cerrado.
Hemos planteado muchas a veces a Aguas del Norte, Aguas de Salta creo que se llama hoy, y nos mandan de un lado para el otro, porque dicen que “no tienen nada que ver”. Nadie nos soluciona el problema de la falta de agua.
Otro tema de preocupación es la escuela, que ya tiene treinta años. Mandan computadoras, y los chicos egresan de séptimo grado sin tocar las computadoras porque no tenemos corriente. No tenemos luz, así que no se puede hacer funcionar las computadoras. A veces los chicos tienen dificultades de aprender las computadoras, y cuando el chico sale de esa escuela para ir al colegio, porque no les enseñan acá. No hay corriente para que le enseñen las computadoras.
Estamos luchando por la tierra que es muy importante para nosotros. Estamos rodeados de fincas: a veces salimos a campear y nos rodea mucha gente. Mucha alambrada que toca el camino de nuestros ancestros, caminos que han sido cerrados. Ya no podemos recorrer. Cuando salimos nos encontramos que es prohibido cazar, así que nosotros estamos rodeados de toda alambrada. Estamos pidiendo mucha ayuda del gobierno. Que se acuerden de nosotros. Viéndolo todo, sí se puede hacer, como en la gestión de antes. Agradecer que nos tengan en cuenta, que se acuerden de esta Comunidad, que necesitamos más viviendas. Pero lo más importante es la tierra.





(*) Integrantes de Panorama Federal.














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