Luego de 24 años, ganó la oposición en Boca Juniors. Jorge Ameal, junto a Mario Pergolini y Juan Román Riquelme, estarán al frente del club en los próximos cuatro años. El voto mayoritario, casi abrumador de los socios, puso final a un ciclo que pecó de soberbia. Razones de la caída del bastión macrista.
Por Carlos Aira (*)
Daniel Angelici, ese hombre robusto, de pocas palabras y poder que creyó omnímodo, dejó el club antes del cierre de los comicios. Su camioneta de alta gama partió desde Brandsen 805 con rumbo desconocido. Juan Carlos Crespi, hombre del barrio, visceral, sin sacarse la gorra azul y oro con la frase Cero Descensos, estaba inhallable. Se sabían Mariscales de la derrota. En ellos recayó el armado electoral. Con el aval de Mauricio Macri eligieron a Christian Gribaudo. También expulsaron a Royco Ferrari, partiendo las peñas del interior y diversas agrupaciones. Pero el golpe de gracia se lo dio Juan Román Riquelme. Cuando se dieron cuenta la jugada, era tarde. Eran dos hombres derrotados por el peso de la política y su soberbia. Campana final para un vínculo orgánico de construcción neoliberal emparentado con el club.
Como explicamos en el enfoque anterior, explicar el resultado de las elecciones en Boca Juniors es motivo de una multiple lectura. Varios factores se pusieron en juego. Pero dos son insoslayables: el escaso relieve deportivo del equipo en copas internacionales – sumado el factor River -; y el hastío de las agrupaciones boquenses por el escaso rol que ocupan en la vida activa del club.
El hastio de gran parte del pueblo xeneize se hizo carne el domingo. En el enfoque previo preveíamos un triunfo opositor si la asistencia social superaba las 35.000 personas. Números. Votaron 38.363 socios. En 2015, lo hicieron 26.136 socios. Exactamente, 12.227 socios más. Esos nuevos votantes fueron vitales para poner fin al macrismo dentro de Boca. El voto oficialista siguió siendo el mismo que 2015: 11.421 aquella vez, 11.607 hoy. José Beraldi también logró una cifra muy similar de votos: 6.549 y 6.225. Si Ameal tuvo 8.063 votos hace cuatro años, hoy sumó esos doce mil sufragios que no existieron en 2015: 20.045. Los números no mienten.
Pero no sólo son números. Hay política, intrigas y pasiones. Horas antes de las elecciones, quien escribe se sentó con un hombre del riñón oficialista. Apesadumbrado, casi abatido, murmuró una sentencia con forma de excusa formal:
– Carlitos; Angelici hizo muchas cosas bien, pero a River no le gana nadie. Jugamos diez veces y nos gana nueve. La gente vota eso.
El fútbol fue un talón de Aquiles de la gestión Angelici. Tres campeonatos, dos copas Argentina y una Supercopa Argentina sabe a muy poco para el paladar xeneize. Sobre todo cuando la conquista de títulos internacionales fue una obsesión xeneize entre 1998 y 2007. Los duros campeonatos locales fueron catalogados de cabotaje por los propios dirigentes. Varias generaciones de socios crecieron con esa concepción. Boca no gana un título internacional desde 2007. Doce años son muchos. Sobre todo cuando River ganó todo lo que parecía reservado para Boca. Una humillación muy grande.
Otra clave de la derrota oficialista fue la debilidad de Daniel Angelici. En tiempos de guerra es necesario no abrir varios frentes. El presidente de Boca Juniors lo hizo. En 2016, con la asunción de Mauricio Macri, el Tano emprendió contra Conmebol y AFA. En ambos casos fue derrotado. Las consecuencias están a la vista: su club tiene peso nulo a nivel continental – como sí lo tiene River -; en Superliga fue humillado cuando en noviembre de 2018 no pudo generar la asamblea que cambiara el estatuto que permitiera el ingreso de SAD. AFA lo golpea dentro del campo de juego: a Boca le cobraron muy pocos penales a favor en los últimos años. Los socios esto lo saben.
Otro enfrentamiento de Angelici fue con Coti Nosiglia. La interna radical. La denuncia sobre la agrupación Por un Boca Mejor, liderada por Nosiglia, calentó el ambiente. El tema quedó en manos de la Comisión Electoral, conducida por Nacho Aguas, hombre del riñón macrista, quién exigió que la Inspección General de Justicia, conducida por Sergio Brodsky, hombre de Angelici, se expida.
La vida política de Boca hay que comprenderla. Un club con millones de hinchas, 200 peñas en el país y el exterior y una gran cantidad de Agrupaciones con personería. Ese núcleo vive la vida política del club. El día a día. En los últimos años, el descontento de las peñas y agrupaciones fue en aumento. ¿Por qué? Porque el club se encerró cada vez más. Los socios no encontraron espacios donde participar. Royco Ferrari – vicepresidente en ejercicio y titular de Peñas – fue filmado mientras explicaba la necesidad de mejorar estructuras sociales del club. En el círculo rojo de Angelici y Crespi se entendió como traición.
Aca se desmadró todo. Las peñas ya no respondieron monoliticamente al oficialismo. Las Agrupaciones tampoco. Los reclamos fueron cada vez más fuertes. ¿Por qué? Porque muchas de estas agrupaciones tienen cientos de socios adherentes en sus filas, quienes pagan un dinero mensual pero no tienen derecho a casi nada dentro del club. Tan solo a aportar a la economía de la institución. Los socios adherentes – sobre todo del conurbano – realizan esfuerzos importantes para pagar una cuota sin beneficios. Por esta situación, muchas peñas y agrupaciones – compuesta por socios en esta condición – rompieron su alianza con el oficialismo.
Preservando la fuente, un alto dirigente xeneize trató de negros a los socios adherentes del club. Para el club, mas de cien mil personas que aportan un dinero al club sin recibir casi nada a cambio no merecen el más mínimo respeto. Esto también hay que ponerlo en la balanza.
Un conocedor de la interna xeneize comentó a Radio Gráfica: “Este año, en una cena de mesa chica junto a Beraldi y Ferrari, se dejó entreveer la posición de Royco de cuidar a la gente del interior y darle acceso a mas beneficios, junto a Boca Social y el manejo de la información. Esa es la primera clave para comprender el voto de las peñas. Hubo peñas que jugaron con Royco y muchas que no le dieron bola fueron con Ameal. Con respecto a las Agrupaciones, muchos de los socios activos del conurbano, analizaron su poca participación activa dentro del club: no tener espacios comunes. Eso jugó en contra del oficialismo”
Esta situación quedó evidenciada en las mesas del interior. Donde el oficialismo lograba números muy fuertes, ganó Ameal con el 40,66%. En estas mesas, el binomio Beraldi-Ferrari obtuvo su mayor franja de votos. Gran derrota para un oficialismo que siempre construyó poder con ellas.
Pero el golpe de gracia lo dio Juan Román Riquelme. La derrota de Mauricio Macri fue vital para la participación explícita del ídolo. Alguien cercano a Román olió debilidad y lo alentó a cobrarse dos viejas deudas: una con Macri y otra con Angelici. Ese respaldo político llegó desde Tigre, su pago chico. Las derrotas de Macri son cachetazos tras otro.
Actor de excepción. El 19 de noviembre pasado se rompió la elección cuando confirmó su participación. Angelici lo había llamado varias veces. Román respondió con evasivas. Llamó a la unidad. Confundió más. Cuando quisieron darse cuenta, era tarde: Riquelme le tiró a Angelici un caño similar al que padeció Yepes.
El macrismo dejó su lugar luego de 24 años. Fiesta en el barrio de la Boca, el más postergado por un club que le dio la espalda, sobre todo, en los últimos años. Christian Gribaudo vio en pocos meses como perdía María Eugenia Vidal la provincia y él la oportunidad de afianzar su carrera política con la presidencia de Boca. Comienza una etapa con interrogantes. ¿Que pasará con el fútbol profesional del club? Gustavo Alfaro y Nicolás Burdisso parecen ser pasado. ¿Miguel Angel Russo será presente? Puede ser. ¿Cómo negociará las dos medias manzanas para ampliar la Bombonera? ¿Cual será el rol de las peñas y adherentes en el nuevo mapa del club? ¿Que rol tendrá Mario Pergolini? ¿Como será la relación Boca-Gobierno Porteño?
Todas las respuestas que comenzarán a tener respuesta cuando Jorge Amor Ameal se siente en el salón presidencial de Brandsen 805.
(*) Periodista. Conductor de Abrí la Cancha. Colectivo de Dirección de Radio Gráfica.
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