Amanda Alma es periodista, escribió un libro que compila la historia de los Encuentros desde 1986 hasta 2005: “Mujeres que se encuentran”. En comunicación con Radio Gráfica mientras se desarrolla el Encuentro Plurinacional en la ciudad de La Plata, planteó: “La dimensión de la diversidad identitaria y muchas compañeras agitando las banderas de los feminismos populares, marrones y comunitarios este año va a estar más presente que en otros tiempos. Y la discusión con un sector que tiene muchos años en el feminismo y que quiere imponer su perspectiva, que es muy urbana y de clase media. Este es el triunfo de los feminismos marrones”.
“Considero que hay una dimensión de la libertad que es muy importante en este el encuentro, que siempre tuvo una línea muy política y declamativa. Me parece que el derecho al placer, a la libertad, al goce es fundamental y si bien se expresa en general en el encuentro, en este año en particular, como va a haber jóvenes, es un cambio paradigmático que hay que reconocer”, planteó en diálogo con Feas Sucias y Malas sobre esta edición del encuentro, que se realiza del 12 al 14 de octubre en la ciudad de las diagonales.
Un recorrido con historia de lucha
“Mujeres que se Encuentran”, una recuperación histórica del Encuentro Plurinacional de Mujeres, Lesbianas, Trans, Travestis y No Binaries en Argentina, fue publicado en 2009 por Amanda Alma y Paula Lorenzo. “Nos interesó analizar en esos términos el aporte que estaba haciendo el movimiento feminista, que no se expresaba tampoco como tal porque era muy estigmatizado en esa época llamarse así, y cómo había aportado a un proceso de emancipación popular que se venía expresando con mucha fuerza en reclamo de que las políticas públicas tuvieran dentro las opiniones organizadas de la ciudadanía”.
Al igual que en 2001, el Encuentro tiene sede en La Plata otra vez. En ese momento, “había muchas mujeres de los barrios que se hacían cargo de los comederos populares, de la sociabilidad de los piquetes mientras se hacían los acampes. Ellas se encargaban de estar con los pibes, de traer la comida. En ese momento estaban en desarrollo los movimientos sociales, se iban conformando los movimientos piqueteros y las organizaciones de lucha. Nos dimos cuenta de que algo de eso estaba presente en el encuentro. Nosotras necesitábamos entender los fenómenos que estaban sucediendo, había una preocupación para comprender colectivamente y canalizar la organización a partir de la escucha. Los encuentros son tan importantes debido a que es donde podes interactuar con compañeras que hacen la misma actividad en otro punto del país”.
“En el 2001 había muchas mujeres de los barrios que se hacían cargo de los comederos populares. Estaban en desarrollo los movimientos sociales, piqueteros y las organizaciones de lucha. Nos dimos cuenta de que algo de eso estaba presente”
El libro hace un recorrido desde el primer Encuentro llevado a cabo en 1986, tres años después de la vuelta a la democracia. “En ese encuentro por primera y única vez hubo mesas expositivas, donde las Madres de Plaza de Mayo tuvieron un gran protagonismo. Nora Cortiñas fue un personaje fundamental de ese encuentro realizado el 25 de mayo del 86 en la ciudad de Buenos Aires, en el complejo teatral San Martín”, explicó.
Además sumó que “la propuesta fue hablar sobre trabajos específicos, por ejemplo, sobre el impacto de la dictadura y las mujeres que todavía estaban presas en el 86. Esa discusión estuvo muy presente, se expuso y luego recorrió toda la historia de los encuentros. El taller Mujeres y Derechos Humanos fue uno de los que siempre lo atravesó. La preocupación sobre el impacto de la represión institucional sobre el cuerpo de las mujeres se fue constituyendo de manera tal que a partir del año 2005 se pudo comenzar a juzgar específicamente las violaciones como forma de tortura”.
En el primer Encuentro del 86, las Madres de Plaza de Mayo tuvieron un gran protagonismo”
El presente
“En 2015 se vio la capacidad organizativa, política y popular que el movimiento tiene acumulado después de tantos años. Siempre se subestimó y se pensó que era una lucha menor, que vendría naturalmente una vez que se modificara la realidad. Sin duda el “Ni Una Menos” fue un punto de inflexión en la Argentina. Frente a la continuidad errante de asesinatos de jóvenes menores de 20 años, de una manera brutal y la movilización masiva junto con los medios hegemónicos que tomaron el reclamo, hizo que la sociedad empezará a conversar de una manera más seria el impacto que tiene la violencia contra las mujeres”, explicó la periodista respecto a la estigmatización que ha tenido el Encuentro en diversos sectores.
“Siempre se subestimó y se pensó que era una lucha menor, que vendría naturalmente una vez que se modificara la realidad”
En relación a la discusión por el nombre –34 Encuentro Plurinacional de Mujeres, Lesbianas, Trans, Travestis, Bisexuales y No Binaries-, sostuvo: “En un país con una Ley de Identidad de Género sin patologización, es fundamental que las identidades indígenas, originarias y no binarias estén presentes en uno de los fenómenos sociales y políticos más convocantes de la Argentina”. Y agregó: “Como lesbiana considero que aquello que no se nombra, no existe. De allí la importancia de nombrar al encuentro reconociendo las diversidades. Las compañeras y les compañeres expresaron en las conclusiones de los talleres la necesidad de este reconocimiento como algo que esperan del encuentro”.
“Como lesbiana considero que aquello que no se nombra, no existe. De allí la importancia de nombrar al encuentro reconociendo las diversidades”
Para culminar reflexionó sobre algunos aspectos en los que es necesario profundizar: “Es una deuda interna que tenemos el hecho de que subestimemos nuestro poder. No le hemos dado ninguna profundidad a ese debate o lo subsumimos a discusiones que parecen más urgentes e importantes, sin entender que la desigualdad que se da entre el acceso, en términos genéricos, al poder o en las toma de decisiones, es la base de todas las desigualdades”.
JM/GF/RG
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