El periodista e investigador Eduardo Gurucharri anunció la adopción del corralito pocos meses antes de aquella medida dispuesta por la gestión de Fernando de la Rúa y Domingo Cavallo. Lo hizo en La Señal. Este programa, que ahora sale al aire en nuestra Radio Gráfica, por entonces se difundía en las emisoras Latinoamericana y Abierta de Capital Federal, Futura de La Plata, Revés de Córdoba, De la Calle de Bahía Blanca entre otras.
“Hago memoria del 2001. De los grandes diarios, yo dije eso en aquel programa y era obvio lo que iba a ocurrir, y los grandes medios no te lo van a decir”. A pesar de la notoria primicia, Gurucharri insiste en que si se observa la realidad detenidamente, con información certera, se pueden anticipar varios de los pasos que pretende dar el poder. Ahora, por ejemplo.
“Por un lado estoy convencido que las elecciones es un tema terminado, y que seguramente Alberto Fernández y el Frente de Todos van a ganar por un margen mayor al obtenido en las PASO. Pero lo que no es seguro que no haya un revolcón con el tema de las reservas. Yo tengo algunos números, entre el 12 de agosto y el 23 de agosto se perdieron 8050 millones de dólares de reservas del Banco Central, lo cual da un promedio de 809 millones de dólares por día”.
“Entre el 12 de agosto y el 23 de agosto se perdieron 8050 millones de dólares de reservas del Banco Central”
En diálogo con Gabriel Fernández –como en aquél 2001-, indicó que “la gente quizás se pierde un poco con éstos números, pero si esto sigue así todos los días, el gobierno no llega. O esto se para de alguna manera con confianza o los que tienen que liquidar liquidan, o el gobierno toma medidas que no va a tomar. Una cosa elemental sería un control de cambio, esto es una sangría tremenda, ni siquiera se sabe si el FMI va a poner los 5000 millones”. Lo destacó en el aire de la Gráfica horas antes del decreto dominguero difundido en estas páginas.
“Si uno ve el gráfico del 8 o del 9 de agosto, y compara, la caída es vertical. Esto no puede seguir. El ministro Lacunza no dice nada concreto, el día que habló no se refirió al tema de la deuda externa ni de las reservas”. Frente a esto “hay voces que están pidiendo ya mismo la emergencia alimentaria y volcar los recursos disponibles del Estado”. Hay otros factores a considerar: “El Congreso está paralizado, no hay iniciativas, hay una especie de resignación como que las cosas van a ocurrir por decantación, no hay iniciativas para la magnitud de la situación, más allá del desenlace que está cantado y se va a inclinar para el lado conveniente”.
El autor de la biografía del Mayor Bernardo Alberte añadió que “en el 1989 había partidos; ahora están debilitados, esa es una de las explicaciones de por qué el Congreso está paralizado. Después, hubo desbordes sociales, saqueos, ahora bien o mal hay una extendida trama de pequeña contención social, que por fortuna o por las enseñanzas del pasado es un pequeño colchón. Pero hay un hambre al interior de las casas que no se ve. Pensemos en las personas jubiladas, es una cosa terrible”. Completó que “otra cosa que tuvo el 89, fue que Alfonsín tuvo el patriotismo de renunciar anticipadamente a su cargo, adelantar las elecciones, `no puedo gobernar`, y me voy´”. Concluyó: “pero lo que sucede hoy es peor de lo que uno se podía imaginar”.
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