Charla con Eduardo Gurucharri: Gustavo Rearte, Perón y las elecciones de 1973

Eduardo Gurucharri, militante e investigador de temas históricos, conversó en el aire de Radio Gráfica sobre su reciente libro La Patria Socialista escrito junto a Jorge Pérez, Sara Alfaro y Edgardo Fontana en el que aborda el análisis de los sectores que se reivindicaban como parte del peronismo revolucionario. Una de las historias allí contadas es la de Gustavo Rearte, militante de la resistencia peronista.

La candidatura de Perón tras las vuelta de 18 años de proscripción

“En diciembre de 1972, en las postrimerías del gobierno de Agustín Lanusse, se realiza el Congreso del Partido Justicialista para decidir sus candidaturas y las del Frente Justicialista de Liberación (FREJULI) para las elecciones del 11 de marzo de 1973. Recordemos que Perón había vuelto el 17 de noviembre de 1972 a la Argentina.

“En el Congreso había tres fuerzas importantes: la rama política, que respondía a la conducción de (Héctor) Cámpora, en tanto delegado de Perón, y el sector sindica que respondía a las 62 Organizaciones. Este, a su vez estaba dividido en dos tendencias, una encabezada por Lorenzo Miguel, la otra por José Rucci, ambos del sindicato metalúrgico. Rucci además era el secretario general de la CGT”.

“No se sabía quién iba a ser el candidato, Perón no mostraba las cartas. Había dos en potencia: Cámpora y Antonio Cafiero, que contaba con las simpatías de los sindicalistas de las 62 organizaciones. Entonces Gustavo Rearte, que era delegado en el Congreso por La Matanza sorprendió. Primero proponiendo una resolución por la libertad incondicional y la amnistía de todos los presos políticos que eran miles, cosa que el Congreso votó por unanimidad. En segundo lugar sostiene que el candidato tenía que ser Perón. Los que apoyaban esa postura eran los de las 62 Organizaciones, Lorenzo Miguel y Rucci porque evaluaban que Cámpora tenía el apoyo de los sectores combativos de la izquierda peronista como Montoneros”.

“Gustavo sorprende con esa posición. Hubo dos votos a favor de la moción de Rearte, una fue de Bernabé Castellano (del MRP de Entre Ríos). En otra votación el sector sindical de las 62 también fue derrotado frente al sector que promovía la candidatura de Cámpora. Entonces el sector de Rucci se retiró del Congreso. Finalmente se votó y la imagen que quedó fue la entrada de Cámpora y Lorenzo Miguel al Congreso, con Lorenzo Miguel apoyando la candidatura de Cámpora”.

Sustento de la propuesta

“Rearte y todo un sector que había encabezado la tendencia revolucionaria de 1968, 1969 y 1970 con Ongaro, Alberte, Di Pascuale, no tenían confianza en cómo podía terminar el proceso abierto con la vuelta de Perón al país y el llamamiento electoral. El respaldo a la idea de que Perón fuera candidato era un intento de conseguir definiciones de la dictadura y del propio Perón, que se mantenía en la ambigüedad de que no iba a ser candidato. Si lo era, el gobierno militar iba a tener que enfrentar la situación, y quizás impedir la elección. La idea era forzar la baraja detrás de la candidatura de Perón”.

“Perón no quería ser candidato en ese momento, sino que buscaba la candidatura de Cámpora como un sustituto de él. Ahora, hay que tener en cuenta que cuando están pasando las cosas nadie sabe cómo va a terminar la historia. En ese momento, Perón escondía su verdadero juego, nadie sabía lo que iba a pasar. La posición de Rearte fue una apuesta que no era operativa, porque no encajaba ni con los deseos de Perón ni con la mayoría del ala izquierda del peronismo, que veía a través de Cámpora la idea de generar un movimiento revolucionario en el país. Sin embargo, Rearte veía a mediano plazo era que se trataba de un proceso de institucionalización del peronismo que iba más allá de la figura de Perón. Esto finalmente ocurrió, el Partido Justicialista y las 62 Organizaciones fueron absorbidas por el sistema en tanto estructuras políticas. Al final terminaron separados del Gobierno los que querían proponer un cambio como el propio Cámpora y hasta el propio Gelbard. Rearte veía más lejos que lo que la mayoría podía ver”.

Lucha armada y política

Gurucharri también habló de la cuestión de la lucha armada, elemento clave de la historia argentina en la década del ’70: “Rearte fue uno de los pocos del campo popular que sabía cómo podía terminar el camino de la lucha armada. En 1970, en pleno auge de la misma, dijo que ‘si no tenía inserción en el marco de ciertas premisas teóricas, políticas y organizativas, podía deparar al movimiento revolucionario derrotas más trágicas que las conocidas hasta hoy, con la secuela de vidas valiosas sacrificadas prematuramente’. Más de uno puede sorprenderse de que un héroe resistencia diga cosas como esta, pero desgraciadamente no se equivocó. Veía más lejos que la mayoría de los compañeros de su tiempo. El problema fue que las pasiones políticas a veces iban para otro. Los muchachos de Montoneros calcularon mal su peso, las circunstancias, y además hay que Perón no fue neutral, inclinó la balanza y no fue para el lado de la izquierda peronista”.

Finalmente Gurucharri se refirió a las consecuencias de la coyuntura política en el proyecto económico del tercer peronismo: “el proyecto de Gelbard tenía sus limitaciones, pero se lo podía distinguir de la burguesía oligárquica y el proyecto entreguista de las dictaduras militares. Intentó desarrollarse en el último año de vida de Perón, pero estuvo muy condicionado por el ala ultraderechista del peronismo encabezada por José López Rega, que previamente había provocado la masacre de Ezeiza. Si uno lo mira con frialdad, el retorno del peronismo al gobierno terminó mal, con el movimiento dividido, porque aparte de la izquierda peronista y otros sectores que reivindicaban la ‘Patria socialista’ o el ‘Socialismo nacional’. También terminaron derrotados varios gobernadores como Obregón Cano en Córdoba, Martínez Baca en Mendoza, Oscar Bidegain en Buenos Aires, Jorge Cepernic en Santa Cruz, Miguel Ragón en Salta, pero hubo. El peronismo terminó con una fuerte división en ese período”.